Carlos y Gonzalo Heflin fallecieron mientras trabajaban en un Maxi Carrefour de Boulogne. Fueron encontrados después de dos días, mientras el comercio continuaba operando con normalidad.
Una tragedia familiar sacudió a la comunidad bonaerense de Boulogne, cuando Carlos Heflin y su hijo Gonzalo perdieron la vida mientras realizaban trabajos de mantenimiento en un Maxi Carrefour.
Su otro hijo, Braian, sobrevivió de milagro, pero permaneció en estado de shock, mientras la familia, indignada y devastada, denunció la falta de atención de las autoridades y la desidia de la empresa.
Fin de semana de zozobra y silencio en Boulogne
Todo comenzó el sábado, cuando Carlos y sus dos hijos realizaron tareas de mantenimiento en el Maxi Carrefour de Sarratea y Márquez, en Boulogne. A pesar de que debían presentarse en Hurlingham al mediodía, la familia notó su ausencia y comenzó a preocuparse.
Durante dos días, el auto de los trabajadores, un Renault 11 gris, permaneció estacionado en el lugar, mientras nadie del personal del Carrefour ni las autoridades policiales se percataron de su desaparición. La famosa cadena francesa de supermercados, en su variante mayorista, continuó operando con normalidad, sin advertir que los cuerpos de Carlos y Gonzalo permanecieron dentro del predio.
No fue hasta el lunes, cuando los olores provenientes del lugar se hicieron evidentes, que se inició la búsqueda y finalmente se hallaron los cuerpos. Mientras tanto, Braian, el único sobreviviente, recibió traslado de urgencia al hospital, afectado por el terrible suceso y en un estado emocional crítico.
Negligencia y falta de respuestas de Carrefour y la policía
La falta de respuesta y acción de parte de las autoridades y la empresa Carrefour resultó uno de los puntos más indignantes del caso. Según relató Mariana Heflin, hermana de Gonzalo, en redes sociales, Carlos y su hijo cayeron en un pozo mientras trabajaban y allí permanecieron por dos días sin que nadie notara su ausencia.
Braian logró escapar, pero se encontró en estado de shock, incapaz de recordar con claridad lo que sucedió. Alejandra Lavadia, madre de Braian y esposa de Carlos, relató en declaraciones a medios locales el calvario que vivieron al intentar buscar a sus seres queridos. "Nadie me tomó las denuncias", explicó, mencionando cómo la enviaron de comisaría en comisaría, sin recibir respuestas.
"Nadie me tomó las denuncias. Yo el domingo estuve en la comisaría 3° y 9° de Boulogne y no me quisieron tomar la denuncia. Me mandaron a Pilar porque ellos eran de acá, pero acá no me quisieron tomar la denuncia porque ellos se perdieron en Boulogne... Es una vergüenza lo que vivimos", dijo.
También agregó: "Mi hijo Braian sigue en shock todavía, no sabe bien qué pasó... Solo pregunta por su hermano y su padre. Hoy le dijimos la verdad y tuve que llevarlo al Hospital Central de Pilar, donde le hicieron tomografía, radiología, análisis y todo salió bien, pero necesita urgente un psicólogo porque está en shock. No puede responder preguntas porque no sabe bien lo que pasó".
Finalmente, cuando la tragedia se confirmó, la familia quedó destrozada, no solo por la pérdida de sus seres queridos, sino también por la indiferencia de quienes debieron actuar. Alejandra Lavadia reafirmó que a pesar de la desidia "yo no paré nunca de buscar a mi hijo. Estuve hasta las 3.30 de la mañana el domingo y no me decían nada, me mandaban de acá para allá como títere y ahora nos lamentamos por dos personas inocentes que no se merecían eso".
Silencio de la corporación: final trágico e indigno para los trabajadores
Hasta el momento, según relató Alejandra, la familia no recibió ni siquiera una llamada de Carrefour ofreciendo condolencias. La empresa mantuvo un silencio absoluto, mientras la justicia investigó lo sucedido. Versiones iniciales apuntaron a una posible intoxicación por gases, dado que los Heflin trabajaron en la pintura de un tanque, sin las medidas de seguridad adecuadas.
La falta de mascarillas y otros equipos de protección destacó Alejandra en sus denuncias. Este trágico caso mostró claramente el abandono que enfrentan los trabajadores en su día a día, y cómo grandes empresas pueden ignorar responsabilidades y permitir que ocurran tragedias sin ofrecer respuestas ni justicia.
Los Heflin, una familia de trabajadores, resultaron tratados como meros números en un sistema que los ignora, incluso en la muerte. La justicia y la sociedad toda deberán tomar nota y evitar que algo así vuelva a ocurrir.
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