El Gobierno desplegó un fuerte operativo de seguridad para evitar un corte en la autopista. Organizaciones políticas y sociales, organismos de derechos humanos, vecinos y pacientes insistieron en rechazar el fuerte ajuste en el centro de salud.
Los trabajadores del Hospital Posadas continúan con las acciones para mantener visible el reclamo por la reincorporación de 122 despedidos. Acompañados por organizaciones políticas y sociales, organismos de derechos humanos, vecinos de los barrios cercanos y pacientes, ayer hicieron un abrazo al hospital público de alta complejidad, el más importante centro de atención de la salud del oeste del conurbano. El Posadas tiene bajo su área de cobertura a cuatro millones de personas. Los trabajadores denuncian que los despidos de enfermeras y técnicos implican el cierre de servicios como neonatología, cirugía cardiovascular y terapia intensiva pediátrica.
Durante la jornada, en el Posadas hubo un paro de 24 horas. Los trabajadores habían anunciado que cortarían la autopista pero, como viene siendo habitual frente a los reclamos por despidos, el gobierno desplegó un fuerte operativo de gendarmería. En cuanto los manifestantes quisieron acercarse al asfalto, los gendarmes, con escudos antidisturbios y el apoyo de camiones hidrantes, rodearon la columna. La protesta se movilizó entonces hasta la estación de Ramos Mejía.
“Los 122 despidos llegaron sin previo aviso. Ninguno de los 122 tenía faltas, no hubo ningún motivo que justificara legalmente las cesantías. La mayoría de los que quedaron sin trabajo son mujeres, enfermeras, algunas con hasta 20 años de en el hospital”, contó Luis Escobar. El delegado de ATE señaló que en su reemplazo, la dirección “hizo entrar a compañeros monotributistas: No estamos en contra de ellos, que no tienen la culpa de la situación; pero son compañeros sin experiencia, en algunos casos que todavía no se recibieron, y que los pusieron a reemplazar a enfermeras calificadas, con 20 años de experiencia y una licenciatura. Esto muestra lo que les importa la salud pública”.
Los despidos tuvieron por otra parte un claro carácter antisindical, ya que incluyeron a 17 de los 23 delegados de la Cicop, a afiliados de una lista de ATE opositora a la conducción local y a las enfermeras que habían participado de medidas para oponerse a un intento de extender la jornada laboral de 10 a 12 horas.
En medio del conflicto, las autoridades del hospital tomaron una medida para ahogar financieramente a la Asociación de Profesionales de la Salud (Cicop) y el Sindicato de Trabajadores de la Salud (STS) del Posadas, al no ejecutar el descuento de la cuota sindical de sus afiliados en los sueldos de enero.
Los gremios denunciaron la omisión como un acto ilegal. Guillermo Pacagnini, de Cicop, señaló que la Asociación tiene personería gremial, por lo que las autoridades del hospital están obligadas a hacer de agente de retención de la cuota de los afiliados para transferírselos al gremio.
El abogado laboralista Guillermo Pérez Crespo explicó a su vez que en el caso del Sindicato de Trabajadores de la Salud, las autoridades del hospital tampoco están habilitadas a omitir el descuento. “El sindicato tiene simple inscripción, pero hace años interpuso una acción de amparo, justamente porque el Hospital en un conflicto anterior dejó de retenerle la cuota sindical. La justicia dio la razón a los trabajadores y ordenó al Hospital retener por planilla salarial la cuota sindical de los afiliados al STS. La sentencia del juzgado del trabajo nº 58 es de mayo de 2012 y fue confirmada por la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo en agosto de ese mismo año. Mantiene, por supuesto, plena vigencia”.
Este aspecto del conflicto, seguramente árido para muchos, es sin embargo clave para que los gremios puedan sostener en el tiempo los reclamos por despidos, dando contención económica a los que perdieron su trabajo durante el tiempo que sea necesario mantener la movilización por las reincorporaciones.
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