En un gesto que marcó el inicio de una nueva etapa de diálogo tripartito, la Confederación General del Trabajo (CGT), el Gobierno y representantes del sector empresarial se reunieron para debatir cambios en el sistema de riesgos laborales
Este encuentro, convocado por el secretario de Trabajo, Julio Cordero, y con la participación del titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, se dio en un contexto clave tras la decisión de la CGT de no avanzar con un nuevo paro general.
El líder de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA), Gerardo Martínez, encabezó la delegación cegetista, acompañado por figuras como Cristian Jerónimo (vidrio), Jorge Sola (seguros), y Claudio Marín (telefónicos), secretario Gremial de la CTA de los Trabajadores. Por el sector empresarial, participaron también Juan José Etala, del Departamento de Política Social de la UIA, y otros referentes.
Un detalle que no pasó desapercibido fue la presencia del abogado Hugo Antonio Moyano, hijo del histórico líder camionero Hugo Moyano. Esta decisión se interpretó como un gesto estratégico del veterano dirigente para marcar distancia con su hijo mayor, Pablo Moyano, quien continúa impulsando un paro con movilización en rechazo a las políticas del presidente Javier Milei.
El motivo formal de la reunión fue analizar actualizaciones en la Ley de Riesgos de Trabajo. Según comunicó la Secretaría de Trabajo, se busca una “simplificación de los baremos” que determinan el grado de incapacidad laboral y la incorporación de nuevas enfermedades profesionales al listado vigente. “Estamos trabajando en un proyecto más amplio para modernizar el sistema y garantizar una mayor protección para los trabajadores”, señaló Julio Cordero.
Desde la CGT, Gerardo Martínez valoró el encuentro como un paso importante. “Estamos comprometidos a buscar consensos. Los trabajadores necesitan soluciones concretas, no conflictos permanentes”, afirmó. Sin embargo, desde sectores más críticos dentro del sindicalismo se advierte que este tipo de diálogos podría diluir la presión sobre el Gobierno en un momento de alta conflictividad social.
El diálogo tripartito abre interrogantes sobre el futuro de las relaciones entre el Gobierno y el sindicalismo en el contexto del mandato de Javier Milei. Mientras algunos sectores gremiales apuestan por el acercamiento, otros sostienen que la única respuesta posible frente a las políticas oficiales es la movilización. La CGT, con esta reunión, parece dar señales de priorizar el diálogo, aunque las tensiones internas continúan latentes.
“La unidad sindical no puede construirse a partir de imposiciones. Hay que buscar equilibrios”, concluyó Martínez.
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