Los referentes acordaron no discutir en público contra el proyecto de unificación pero evitarán darles curso a los pedidos.
La CGT avanzará hacia una unificación interna con el sector disidente de Hugo Moyano mientras que dejará en suspenso la eventual reincorporación de los gremios de la CTA de los Trabajadores que había promocionado Alberto Fernández. Por el primer objetivo la central obrera mayoritaria montará un plenario de secretarios generales que buscará encarrilar las gestiones con el Frente Sindical por el Modelo Nacional que tiene como referentes al camionero, al bancario Sergio Palazzo y al mecánico (Smata) Ricardo Pignanelli.
Las gestiones confluirán en un plenario de secretarios generales, una suerte de asamblea de líderes sindicales más amplia que las reuniones de Consejo Directivo y cuyas conclusiones suelen tener un peso ineludible en la vida interna de la CGT. Así lo resolvió la denominada “mesa chica ampliada” de la central mayoritaria este miércoles en un encuentro que reunió a una veintena de gremialistas de alto nivel.
Con la presencia de los dos cosecretarios generales de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, los referentes debatieron por varias horas sobre el escenario preelectoral que encuentra a la inmensa mayoría de ellos involucrada en la campaña del Frente de Todos. En la reunión, en la sede del sindicato de estatales UPCN, hubo coincidencias en sostener públicamente la necesidad de una unificación amplia del movimiento obrero peronista pero también de llevarla a cabo en los hechos sólo con el grupo rebelde de Moyano.
Junto a los titulares de la CGT y al dueño de casa, Andrés Rodríguez, se encontraban Gerardo Martínez (albañiles, Uocra), el mercantil Armando Cavalieri, el metalúrgico Antonio Caló, José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Hugo Benítez (textiles y líder de una de las fracciones de las 62 Organizaciones), Rodolfo Daer (Alimentación), Carlos Sueiro (Aduana) y Oscar Rojas (maestranza), todos ellos integrantes del Consejo Directivo actual. Por fuera de ese organismo de conducción pero decididos a respaldar a la jefatura también estaban Sergio Sasia (Unión Ferroviaria), Guillermo Moser (Luz y Fuerza), Omar Viviani (taxistas), Oscar Mangone (personal de las distribuidoras de gas), Osvaldo Iadarola (telefónicos, Foetra) y el portuario Juan Carlos Schmid, extriunviro de la central.
Como había anticipado este diario, y tal como advirtieron en los últimos días dirigentes como Omar Maturano (maquinistas de trenes, La Fraternidad), Rodolfo Daer y Guillermo Pereyra (petroleros de Vaca Muerta), en la charla quedaron expuestos los cuestionamientos a cualquier retorno de la dirigencia de la CTA a la estructura de la CGT. Los presentes acordaron decir públicamente que la vuelta será bienvenida y accionar en sentido inverso una vez que eventualmente estén presentadas las solicitudes.
En esa línea quedó claro que si los docentes de Ctera cumplen con el anuncio de Hugo Yasky, líder de la CTA-T, de pedir su reincorporación a la central mayoritaria deberán zanjar antes una serie de obstáculos administrativos cuya resolución dependerá de la voluntad política de la mayoría del Consejo Directivo. En otras palabras, se les aplicará un estricto derecho de admisión y, en el mejor de los casos, el análisis podrá llevar años.
Tan importante como esa estrategia fue que acordaran no confrontar con la iniciativa en público. Cuando le tocó hablar, Mangone sostuvo la necesidad de mantener las apariencias y no bombardear sin retorno el plan de Alberto Fernández: “si hay algo que no nos une es lo que pensamos de los otros”, dijo. Lo notable fue que toda la iniciativa en teoría unionista se convirtiera en un diálogo de sordos: cuando Yasky pidió volver a la CGT lo hizo en un acto en el que no hubo un miembro de esa central; mientras que el encuentro del miércoles en UPCN que dejó como conclusión la inviabilidad de ese proyecto no contó con un solo referente de la CTA.
Distinta fue la consideración respecto de Moyano y su núcleo de opositores al Gobierno. El camionero, que participó en el acto en Lanús donde Yasky lanzó el llamado a la CGT, insistió ayer con la necesidad de unir el movimiento obrero frente a “situaciones difíciles” en el futuro inmediato. “Siempre algunos por ahí no están de acuerdo, pero siempre es importante que el movimiento obrero esté unido”, dijo en El Destape Radio. De todos modos habló con términos cuidadosos de la gestión con el sector tradicional de la CGT y evitó mencionar eventuales candidatos a una futura conducción consensuada: “no se pueden adelantar nombres, no queda bien”.
Comentá la nota