El conflicto entre el Gobierno y los gremios, sobre todo los que tienen conducciones afines al kirchnerismo, está lejos de enfriarse. Por el contrario, la administración del presidente Macri puso en la mira a un grupo de sindicatos y dirigentes para enfrentarlos política y judicialmente. El caso de los docentes adquirió más dimensión, pero hay otros que en la Casa Rosada tienen en carpeta.
Por: MARIANO SPEZZAPRIA.
Uno de ellos, considerado como un “laboratorio” para la acción gubernamental sobre los gremios, es el del SOMU (Sindicato de Obreros Marítimos Unidos). El jefe de ese gremio, Omar “Caballo” Suárez, está preso en el penal de Marcos Paz por delitos de extorsión contra los empresarios del sector. Mientras tanto, la organización está intervenida y no se negocian aumentos salariales.
Suárez fue uno de los preferidos de la ex presidenta Cristina Kirchner en el ámbito gremial, pero ahora está fuera de juego y viene de sufrir un incidente cerebro vascular en prisión. Mario Morato, que era su secretario adjunto, comenzó a reclamar al Gobierno que cese la intervención, con el argumento de que el gremio debe seguir funcionando. Pero los planes oficiales serían otros.
De hecho, en marzo se renovó la intervención del sindicato –un cargo que supo ocupar Gladys González, actual titular de ACUMAR y posible candidata oficialista para la Provincia- y en el Ministerio de Trabajo afrontan el desafío de reunir a los cinco grupos internos del SOMU y llevarlos a integrar una nueva conducción que no siga la línea política del kirchnerismo.
De acuerdo a fuentes oficiales y sindicales, el presidente Macri tomó el caso como emblemático. Se trata de un gremio estratégico, porque se desempeña como un actor del ámbito agroexportador. Además del Gobierno, también sigue de cerca este asunto la Confederación de Trabajadores del Transporte (CATT), que acaba de ser clave en el paro general del 6 de abril.
Pero el caso traspasó las fronteras y fue abordado por la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF), con sede en Londres, que envió una delegación a Buenos Aires para reunirse con el Gobierno, aunque no tuvo éxito. En la Casa Rosada, mientras tanto, se pertrechan con información sensible sobre actividades por lo menos dudosas que desarrollan algunos gremios.
El enfrentamiento de los gremios docentes con el Gobierno está declarado. Tras la nueva huelga de este martes, anunciarán una movilización al Ministerio de Trabajo, al tiempo que insistirán en reclamar la renuncia del ministro de Educación, Esteban Bullrich
Según trascendió, uno de los sindicatos apuntados es la UOM (Unión Obrera Metalúrgica), pero no toda su conducción sino especialmente dos dirigentes que abrevan en el kirchnerismo, Antonio Caló y Francisco “Barba” Gutiérrez. En este caso, el Gobierno seguiría con atención el avance de una causa judicial por lavado de dinero que tiene entre los imputados a esos dos dirigentes.
En la lista de los sindicalistas a los que se puso “bolilla negra” en el oficialismo también figura Omar Viviani (Peones de Taxis), que llamó a “dar vuelta los autos” de los taxistas que trabajaran durante la reciente huelga general. Pero los que ahora figuran al tope de la cruzada macrista contra los gremios son los docentes. La figura de Roberto Baradel (SUTEBA) está bajo la lupa.
El sindicalista bonaerense volvió a aparecer el domingo entre un grupo que quiso instalar una nueva “Carpa Blanca” –como la que simbolizó el conflicto docente contra el Gobierno de Carlos Menem en la década del ´90- junto a militantes del gremio porteño UTE, dos de los cuales fueron detenidos y más tarde liberados por la Policía. Hoy mismo se desarrolla un paro por ese motivo.
El enfrentamiento de los gremios docentes con el Gobierno está declarado. Tras la nueva huelga de este martes, anunciarán una movilización al Ministerio de Trabajo, al tiempo que insistirán en reclamar la renuncia del ministro de Educación, Esteban Bullrich. Paradójicamente, este funcionario vuelve a ser mencionado como posible candidato de Cambiemos en la Provincia.
El trasfondo de la pelea es cada vez más electoral. Tanto es así, que los gremios docentes planean que la Carpa Blanca salga de gira por todo el territorio bonaerense para apuntar directamente contra la gobernadora Vidal, la figura determinante del oficialismo en la provincia que definirá los próximos comicios legislativos. Aunque no toda la oposición avala este tipo de acciones políticas.
Un ejemplo lo ilustra: ayer los diputados nacionales del FpV y el Frente de Izquierda fueron raleados por sus colegas del Frente Renovador, el Bloque Justicialista, el Partido Socialista, Libres del Sur y GEN, de Margarita Stolbizer, en una conferencia de prensa para convocar a una sesión especial de repudio a la represión contra los gremialistas docentes en la Plaza del Congreso.
Pero en el ámbito gremial, el Gobierno será castigado luego de acciones como la del domingo. El encargado de advertirlo fue Pablo Moyano, a quien suelen darle rienda suelta cuando la CGT necesita mostrar los dientes. El dirigente camionero advirtió que “el conflicto se va a profundizar por las provocaciones” que atribuyó a la Casa Rosada. Por ahora no se avizora ninguna pipa de la paz.
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