El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, deambulaba por primera vez después de su designación en el edificio en el que ahora trabaja cuando Gabriela Abreliano lo abordó para hacerle entrega de lo que ella llama "una herramienta de lucha". Vio la oportunidad y la aprovechó para acercarle el proyecto de ley nacional que armaron distintas agrupaciones trans con el patrocinio de la diputada Nancy González para impulsar y regular el cupo laboral tran en todo el país.

InfoGremiales le consultó por este encuentro: "Le dijimos 'Nosotras estamos para acompañar (el gobierno de Alberto Fernández) y este proyecto forma parte de una lucha y de un proceso político. Estuvimos trabajando fuertemente y vibilizando la falta de acceso a los derechos y la imposibilidad de diálogo con el modelo neoliberal. Ante esa lógica, ahora que estamos frente a un modelo distinto, se lo vamos a presentar a todos los compañeros y las compañeras", relató.

En su artículo cuarto, el proyecto de ley que le acercaron al ministro aumenta el porcentaje de inserción laboral que proponen otros proyectos: "Cupo laboral. Los puestos de trabajo del Sector Público Nacional deberán integrarse con la representación de personas trans en una proporción no inferior al tres por ciento (3%) de su total."

Abreliano entró como trabajadora del Estado con un decreto de la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el año 2012, que logró el ingreso de tres personas trans a la planta de trabajadoras del Estado en el Ministerio de Trabajo de la Nación. 

La militante de Personas Trans Autoconvocadas cuenta por qué se animó a acercarse al flamante ministro, salteando todos los caminos institucionales: "Nosotros tenemos una coordinadora pero yo no sé cuán a favor está del cupo entonces lo hice de insolente, digamos, porque tenía que meter el proyecto. Trabajamos durante estos cuatro año como oposición y no podía dejar pasar el momento con este modelo político".

"Con esta coordinadora, Cristina Antunez, y con una responsable, Matilde Garuti, ya tuvimos una mala experiencia con Carlos (Tomada), que no le pasaban el proyecto, lo cajoneaban", afirma. 

En el 2015, tras la victoria de Mauricio Macri en las elecciones presidenciales, las organizaciones del Frente Florida se pusieron en campaña para lograr reunirse con Carlos Tomada y lo lograron. Gabriela Abreliano así lo cuenta: "Le dije 'queremos saber qué postura va a tomar el bloque porque si no vamos a ir también en contra de ustedes y no queremos porque sabemos cuál es el modelo político que amplió nuestros derechos' y él me dijo 'Bueno, vamos a ponernos a trabajar en una ley'. Entonces hicimos un proyecto para la Ciudad de Buenos Aires, al que se le infiltraron Maxi Ferraro (se refiere a Maximiliano Ferraro, del riñón Coalición Cívica - ARI en Juntos por el Cambio) y Pablo Ferreyra (del entonces Bloque del Frente para la Victoria), que destruyeron al proyecto." Abreliano cuenta que los legisladores apuntaban a que el cupo lo tuvieran que cumplir las empresas privadas, entes autárquicos entre otros, pero las organizaciones trans estaban pidiendo que el Estado garantice el acceso formal al empleo de esa población y que sea ejemplificador para los demás sectores. "Si se lo pedimos a las empresas ni siquiera iba a responder porque no les interesa. No hay manera de darle viabilidad.", argumenta.

Las organizaciones que conforman el Frente Florida cuentan con las referentes: Marcela Tobaldi de La Rosa Naranja, Paula Arraigada de la UB La Nelly Omar, Diana Lavena de Putos Peronistas, Personas Trans Autoconvocadas, Daniela Ruiz de cooperativa arte trans, Emma Serna, Alba Rueda de Mujeres Trans Argentina y Alejandro Iglesias de Amigos Trans.