Firmó su pedido de licencia hasta fin de mandato y se corrió de todos los cargos que ocupaba. El gremio estuvo ayer repleto de manifestantes. La justicia lo tiene en la mira por sus manejos irregulares.
Por: Jorge Duarte.
Se terminó la vida sindical para el ahora ex titular de la Federación Argentina Sindical del Petróleo, Gas y Biocombustibles, Alberto Roberti. Luego de otra jornada en la que la sede gremial de Avenida Caseros 715 estuvo repleta de trabajadores que mostraban su descontento con los desmanejos del diputado nacional, firmó un pedido de licencia indeclinable a todos sus cargos hasta el fin de mandato.
Roberti está acorralado por el malestar de los afiliados, pero también por la justicia que lo tiene entre ceja y ceja por administración fraudulenta de los fondos sindicales. La denuncia que más complica al legislador nacional investiga el supuesto desvió de fondos por millones de pesos. Entre las “desprolijidades” mencionadas en los expedientes, figuran cheques emitidos sin cruzar y sin la leyenda “no a la orden” por grandes montos. Al emitirlos “al portador” facilita las cosas para que sean cambiados y, de esa manera, desvanecer el camino de la ruta del dinero.
También se detalla la existencia de “pagos a Salud Industrial SA por casi 9 millones de pesos pero sin estar registrados” en la contabilidad. Y se señala que hay una factura de esa empresa por $ 22.750.000 por prestaciones de alta complejidad “a pesar de que no brinda ese tipo de servicios”.
Concretamente la sospecha es que el financiamiento de las campañas políticas del sindicalista y las de su mujer, de la escurridiza Mónica López, se produjeron con fondos del sindicato y sus añexos.
La salida de Roberti, que llegó desde la seccional Avellaneda a liderar la Federación desde 2008, deja al mando de la organización al secretario Adjunto, el histórico Julio Miranda, ex gobernador de Tucumán y ex presidente del Club Atlético Tucumán. Con mandato hasta 2020, la idea que sobrevuela es cumplir los tiempos pautados y esperar al próximo proceso electoral para encarar la renovación.
En paralelo ya comienza a generarse consenso sobre quién pudiera ser el próximo dirigente que consiga los respaldos suficientes para encabezar un armado nacional. Allí el que pica en punta es el actual secretario Gremial, Pedro Milla, quien es mirado con agrado por la totalidad de la comisión directiva y le daría algo de aire a una conducción que Roberti dejó muy desgastada.
Sucede que en los 10 años de Roberti al frente de la Federación terminó perdiendo peso específico en la Patagonia, principal cuenca de producción de petroleo. Allí se desafiliaron de la Federación los gremios conducidos por Guillermo Pereyra (Río Negro, Neuquen y La Pampa) y Claudio Vidal (Santa Cruz), hecho que dejó muy debilitada a la organización.
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