Conservan un trato para que no haya bloqueos, pero Camioneros busca impugnar en la Justicia un convenio para Mercado Libre que fue aprobado por la gestión de Macri; el moyanismo y Milei tienden un puente
Nicolás Balinotti
Hay un expediente caliente en la Justicia laboral que apila folios desde hace tres años y en el que todos los meses hay algún movimiento que pone en alerta a las partes. Se trata de la causa 12568/2020 en la que la Federación Nacional de Camioneros, encabezada por Hugo Moyano, acusa al Ministerio de Trabajo de la gestión de Cambiemos por haber homologado un convenio colectivo de Mercado Libre, el gigante del comercio electrónico que creó Marcos Galperin.
La causa que enfrenta al sindicalista más poderoso del país con el empresario más exitoso se libra en el juzgado laboral N°63, a cargo de María Alejandra D’Agnillo, nombrada en 2012 por Cristina Kirchner y de quien dan buenas referencias en los tribunales laborales. “No juega políticamente con nadie a diferencia de muchos otros jueces del fuero”, la rescató un abogado laboralista de mil batallas que es reconocido tanto por gremialistas como por empresarios.
D’Agnillo encabezó el año pasado una inspección en el centro de distribución que Mercado Libre montó en Villa Madero, donde en 2019, cuando abrió sus puertas, trabajaban 80 operarios afiliados a la Unión de Carga y Descarga y hoy lo hacen 1800. La jueza estaría cerca del cierre de la recolección de pruebas, lo que alimenta especulaciones sobre una sentencia. Hasta el momento, tanto el peritaje como los recursos presentados fueron desfavorables a los deseos de Moyano. El golpe más duro fue el intento para que el Ministerio de Trabajo de la actual gestión modifique su postura sobre el acuerdo homologado anteriormente. Ni Claudio Moroni primero, ni Kelly Olmos, después, revisaron lo que había avalado Dante Sica, su antecesor.
En el expediente está en juego mucho más que el encuadramiento sindical de los empleados. En caso de que se resuelva impugnar el acuerdo entre Mercado Libre y Carga Descarga, que había sido homologado sin objeciones por Sica, los Moyano se entusiasman con meter finalmente un pie en los centros de logística. “Queremos ser parte del servicio de puerta a puerta”, dicen en el entorno del jefe camionero. Por primera vez entre los dirigentes que lo frecuentan se menciona la posibilidad de flexibilizar su convenio, sobre todo en lo relativo a los horarios, para atender las demandas que impone el comercio electrónico. Observa también de reojo el eventual desenlace judicial el bancario Sergio Palazzo, que pretende avanzar con la afiliación de miles de personas que se desempeñan en el sistema financiero tecnológico, donde crece cada día más Mercado Pago, otro de los exitosos inventos de Galperin.
Desde la otra orilla del Río de la Plata, Galperin sigue de cerca y a diario lo que ocurre en la Argentina. Siempre activo en redes sociales, no pierde oportunidad para polemizar, sobre todo con el kirchnerismo. Cuentan que nunca se reunió cara a cara con Hugo Moyano. Quien lleva adelante las negociaciones es Juan José Etala, un abogado laboralista muy cercano a Mauricio Macri que integró una suerte de consejo asesor del ministerio de Trabajo durante la gestión de Sica. Etala, que también fue dirigente de Boca durante el macrismo, es quien periódicamente interviene en el expediente que está en el juzgado N°63.
Pero con los años surgió otra negociación, más subterránea, aunque incluso más importante que la que se pueda generar en los despachos judiciales. Todo empezó cuando Moyano y Galperin pactaron una tregua mediante otros interlocutores para levantar los bloqueos en diferentes centros de distribución. Del lado sindical, el jefe camionero delegó las tratativas en su hijo Hugo, que es abogado, y en los dirigentes Marcelo Aparicio, Omar Pérez y Rodrigo Condorí. Del lado de Mercado Libre, Galperin dejó todo en manos de su equipo de asuntos legales y públicos. Desde ambos extremos destacan el canal de diálogo que se generó. Estratégicamente, Moyano excluyó de la negociación a su hijo Pablo, el fronting de los conflictos callejeros.
El diálogo se afianzó durante la pandemia y tuvo sus progresos: acordaron que, de la puerta de los centros de logística de Mercado Libre hacia adentro, el gremio que seguirá mandando será el de Unión Carga y Descarga. Pero de la puerta hacia afuera, Moyano podrá avanzar con el encuadre sindical de cualquier trabajador que distribuya la mercancía. Un trato similar alcanzó Camioneros con Coca-Cola y el gremio de Aguas y Gaseosas. Mercado Libre, en este caso, además, se comprometió a darles el servicio de la distribución a empresas de correo postal que tuviesen a sus trabajadores bajo el convenio 40/89 de los camioneros y limitó la entrega de sus paquetes a choferes autónomos y monotributistas que eran vistos como una amenaza para los Moyano, según fuentes gremiales. La flexibilización de su convenio que estudian los Moyano apuntaría justamente a cubrir los repartos que realizan hoy fleteros y motoqueros autónomos en una franja horaria que no es cubierta por su tropa.
Este pacto no escrito sigue vigente mientras una sentencia laboral no altere el diálogo. “Un fallo a nuestro favor haría volver todo a foja cero”, especulan cerca de Moyano. De todos modos, aún no hay ni siquiera un fallo de primera instancia, por lo que el cierre definitivo del litigio judicial todavía se proyecta lejano, si se tiene en cuenta las eventuales apelaciones. Una última instancia sería resolver la pulseada por el encuadre entre Camioneros y Carga y Descarga en el comité arbitral de la CGT, donde hoy los Moyano no cuentan con mayoría para torcer la disputa.
"Hubo un pacto fraudulento y espurio entre el Ministerio de la Producción y Trabajo, una empresa fantasmática y un sindicato sin representación"
Hugo Moyano
Las tensiones comenzaron en julio de 2019. Enfrentado con el macrismo, Moyano fue a la Justicia para impugnar el acuerdo que habían sellado Mercado Libre y Carga y Descarga, homologado por Sica, para aplicar un convenio laboral más flexible en el centro de distribución que se inauguraba en Villa Madero. “Hubo un pacto fraudulento y espurio entre el Ministerio de la Producción y Trabajo, una empresa fantasmática y un sindicato sin representación”, planteó el líder camionero en la denuncia. Los Moyano, que se jactaban de haberle volteado a Macri su plan para reformar la legislación laboral, llevaron este caso a la Justicia. Se trató de una especie de micro reforma laboral en un gremio determinado: la letra chica de aquel acuerdo establecía modificaciones en lo relativo a la jornada laboral, la creación de un banco de horas, la polifuncionalidad de tareas, la eliminación de los delegados por turno, la limitación para ejercer el derecho a huelga y la garantía de guardias mínimas para garantizar el funcionamiento de la planta. Vila, el sindicalista de Carga y Descarga que aceptó flexibilizar su convenio, no se arrepiente de nada. Muestra con orgullo cómo el proyecto creció de 80 a 1800 operarios, cuyos sueldos estarían un 30% por encima del básico del de los camioneros y quienes lograron en pandemia embolsar un bono de 500 dólares.
El experimento reformista del convenio colectivo de Carga y Descarga recobra interés y actualidad ante las propuestas laborales de Javier Milei, el candidato a presidente más votado en las elecciones primarias. En caso de ganar, el libertario pretende avanzar en una “modernización laboral”. Resulta irónico su espíritu vanguardista después de conocerse sus encuentros furtivos con Luis Barrionuevo y Gerardo Martínez, quienes están al frente de sus gremios desde hace 44 y 33 años, respectivamente. Una de las cartas de intención que mostró Milei es reemplazar la indemnización por un seguro de desempleo al estilo el de la Uocra. No estaría en sus planes generalizar esta medida, como así tampoco involucrarse en la democracia interna de los sindicatos. Imagina reformas por convenio y actividad, y entre sus asesores ya toman como ejemplo el caso Carga y Descarga.
Milei y el moyanismo ya tendieron un puenteRamiro Marra, legislador de la Libertad Avanza, y Facundo Moyano, dirigente del gremio de los peajes
Blanqueada su sociedad electoral con Milei, Barrionuevo cuenta a Vila, de Carga y Descarga, como tropa propia. El jefe de los gastronómicos habla cada vez más seguido con los asesores del libertario. En las charlas ya no solo surge el intercambio sobre la eventual reforma laboral, sino que aparecen otros temas que refuerzan el alineamiento: apoyo territorial con punteros, fiscales y hasta algún comentario nostálgico futbolero de la época en la que el sindicalista presidía Chacarita Juniors, el club donde Milei jugó de arquero.
Con su experiencia, Barrionuevo convenció a los asesores de Milei de que es capaz de alinear al clan Moyano, con excepción de “Pablito”, como a veces ningunea al 1 de la CGT, detrás de la reforma laboral que propone la Libertad Avanza. Hugo Moyano recibió un mensaje de un allegado de Barrionuevo, pero lejos está por ahora de sumarse al tren libertario. El camionero, sin embargo, habilitó a su hijo Facundo para que afiance el vínculo con Ramiro Marra, legislador porteño de La Libertad Avanza. Compartieron el jueves un desayuno en una reunión de la comunidad judía y ambos ofician ya de puentes entre el moyanismo y los libertarios.
Como todos, en la Justicia laboral también están expectantes al desenlace electoral. Antes de las PASO hubo un fallo de la Sala VIII de la Cámara Nacional de Apelaciones que dispuso ajustar el pago de una indemnización al valor del dólar MEP. El caso testigo en el que se basó la resolución del tribunal es el del futbolista Cristian Espinoza, que le reclamó al club Huracán un pago en dólares. “No se puede fijar el monto al valor del dólar oficial porque no se adecúa con la realidad y tampoco se puede determinar ir al mercado ilegal”, explicaron fuentes judiciales al tanto del fallo que firmaron los jueces Víctor Arturo Pesino y María Dora González. Una postal con las dos caras de la economía argentina que surge de un fuero judicial que es terreno fértil para el peronismo.
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