Los accionistas de Aerolíneas Argentinas, principalmente representados por funcionarios del Gobierno nacional decidieron expulsar del directorio al secretario general del sindicato de pilotos, Pablo Biró. El gremio de Aeronavegantes calificó de «despótica» la decisión y apuntó contra la gestión Milei: «Para el gobierno no es un tema de salarios sino una cruzada ideológica».
La Asamblea de Accionistas de Aerolíneas Argentinas, principalmente representados por funcionarios del Gobierno nacional, echó del Directorio de la empresa al sindicalista Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Se trató de un nuevo escalón en un conflicto que parece estar destinado a no terminar.
En ese sentido desde la Asociación Argentina de Aeronavegantes repudiaron «la decisión despótica del Gobierno Nacional» y lo calificaron de un «nuevo ataque».
«No es más que una nueva bravuconada de un poder ejecutivo ensañado con la aerolínea de bandera y con todas las personas que trabajamos en ella», señaló la organización que comanda Juan Pablo Brey.
«Las autoridades nacionales han convertido un justo reclamo salarial en un circo sin precedentes, usando como rehenes de su ‘batalla cultural’ a los trabajadores que cada día hacen posible la conectividad aérea del país, y a sus familias», añadió el gremio.
«Desde que la discusión salarial alcanzara, por la explícita intención del gobierno, una magnitud de conflicto totalmente desproporcionada, los responsables de gestionar una solución no han hecho más que echarle nafta al fuego desde los medios de comunicación, y cortar todo tipo de diálogo sensato», remarcó.
Y planteó: «El gobierno debe dejar de generar cortinas de humo y títulos catástrofe, y proveer una salida al tema salarial de manera impostergable».
«La sociedad toda ya sabe perfectamente que este no es para el gobierno un tema de salarios sino una cruzada ideológica», concluyó el gremio que instó «a los funcionarios nacionales a dar las discusiones que deban darse, en los ámbitos que corresponde y con argumentos genuinos. Los trabajadores estamos a la altura, y el gobierno tiene deber y responsabilidad de estarlo también».
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