El titular del Sindicato de Empleados de Comercio Seccional Mar del Plata, Guillermo Bianchi, reconoció la “legitimidad electoral” del Gobierno de Javier Milei, aunque precisó que el ajuste propuesto “va al corazón del pueblo trabajador, no a las minorías adineradas”.

Bianchi aceptó que se trata de “un gobierno que tiene legitimidad electoral, no sólo porque ganó sino porque ha tenido el presidente actual la honestidad intelectual de plantear desde el principio que el de él era un plan de ajuste categórico, y que iba al corazón del bolsillo de la casta”.

De todos modos, a pocos días de comenzada la gestión, en diálogo con UPM por Radio Mitre Mar del Plata, para el gremialista el Gobierno “empezó a no tener legitimidad de gestión, porque empezó a desandar lo que parecía riguroso en lo preelectoral”.

Para graficar esto, Bianchi señaló que Milei “firmó la baja de Ganancias y hoy borra de un plumazo lo que hace muy pocos meses había escrito. Sabiendo que los funcionarios no pueden poner a los familiares, va a romper una ley que había impuesto Macri para poder poner a su hermana. Y, por otro lado, claramente el ajuste va al corazón del pueblo trabajador, no va a las minorías adineradas de nuestro país”.

El titular de Empleados de Comercio a nivel local remarcó que “la devaluación de más del 100% y las medidas de ajuste complementarias que comenzó a transparentar el gobierno pegan de lleno y deterioran el ingreso de las mayorías. Y ese costo para saldar el déficit fiscal, que se planteó como objetivo central, recae sobre la clase media, la clase trabajadora, los jubilados, los pequeños y medianos comerciantes y los cuentapropistas”.

Y en ese sentido fue categórico al asegurar que “nosotros somos lo que vamos a poner el dinero para ajustar los desbarajustes económicos y financieros que hubo en Argentina”.

Bianchi consideró que el de Milei “es un modelo que va a confrontar con nuestra idea” y destacó lo que sucedió con el Ministerio de Trabajo que perdió su rango y pasó a ser Secretaría: “El valor simbólico es que lo subordinan a Economía. Lo que hacen perder es el valor del trabajo y el de la organización, y nos quieren hacer entender que esa consigna de que la justicia social ‘es un cáncer’ para nuestro país, es realidad”.

“Esta es conceptualmente la diferencia que tenemos con el modelo que quieren imponer a sangre y palos, la imposición de un modelo muy injusto”, concluyó.