La protesta busca un incremento salarial del 8% y tres días libres adicionales para empleados del sector público y personal de tierra. Christine Behle, vicepresidenta de Verdi, justificó la medida señalando que "los empresarios aún no han presentado una oferta en las negociaciones salariales en curso". 

Por su parte, Ralph Beisel, director general de la ADV, alertó sobre el "daño económico inmenso" que la huelga podría causar, afectando no solo a la aviación sino a toda la economía en una situación ya tensa. 

Los aeropuertos afectados han advertido sobre interrupciones masivas y recomiendan a los pasajeros verificar el estado de sus vuelos con las aerolíneas. 

Esta huelga se suma a una serie de paros recientes en Alemania en medio de negociaciones por un nuevo convenio colectivo del sector público, que abarca a más de 2,5 millones de empleados.