Tras el fracaso del Consejo del Salario, el Presidente busca recortar fondos al sistema de salud sindical por DNU y quiere que la Corte revierta el fallo del capítulo laboral incluido en el megadecreto, que la Cámara del Trabajo frenó. La central obrera advierte: “Va a generar condiciones de una acción sindical”.
Por: Mariana Prado.
Entre los varios frentes que mantiene abiertos contra lo que llama “la casta”, el presidente Javier Milei redobló las últimas horas su enfrentamiento con los gremios, mientras la Confederación General del Trabajo (CGT) se prepara para dar una nueva respuesta en las calles.
Tras la falta de acuerdo en el Consejo del Salario de la semana pasada y la negativa del Gobierno de laudar o definir el aumento vía Decreto de Necesidad y Urgencia, los equipos de Milei trabajan sobre un plan para desregular las obras sociales sindicales, a la vez que presentó un recurso ante la Corte Suprema de Justicia, a fin de lograr revertir el fallo que declaró inconstitucional y suspendió la aplicación de la reforma laboral del mega DNU presidencial de diciembre.
En la sede de la calle Azopardo, la central obrera acelera el debate sobre una próxima convocatoria a un nuevo paro general contra Milei, bajo duras advertencias de una creciente conflictividad social si no cambia el rumbo. “Va a generar condiciones de una acción sindical. El paro, la huelga no son un fin en sí mismo. Tienen la finalidad de llamar la atención y generar un reclamo de todas estas cosas que están pasando”, dijo Héctor Daer, integrante del triunvirato de la CGT, en radio Mitre.
Crece el debate de un nuevo paro de la CGT
Sin pausa en su enfrentamiento con los gobernadores y los cruces con Lali Espósito, Milei también pone el ojo sobre los gremios. La CGT le hizo el primer paro general a 40 días de haber asumido el Gobierno y sumó en la movilización a otros sectores con los que no suele coincidir, entre ellos partidos de izquierda, organizaciones sociales y desocupados.
El 24 de enero, la CGT realizó el primer paro con movilización contra el gobierno del presidente Javier Milei (Foto: TN /Leandro Heredia).
Luego de la medida de fuerza, la central obrera sacó pecho y avisó que su representatividad abarcará mucho más de lo sindical y desde entonces evalúa cómo seguir.
Puertas adentro, los más dialoguistas cuestionaron que se quemó un cartucho vital al subir de cero al paro general, sin medidas de fuerza intermedias, pero las bases gremiales fueron las que terminaron empujando el paro. “Ahora, solo queda escalar”, reconocieron a TN en ese sector.
Una primera pulseada fue este jueves en el Consejo del Salario, que fracasó, según la CGT, por la intervención del Gobierno. “Hace una parodia, no deja que podamos discutir con los empresarios, no hace ninguna propuesta, el ajuste que se está dando sobre los jubilados, va a generar condiciones de una acción sindical”, alertó Daer.
Pablo Moyano, líder camionero y también integrante del triunvirato, coincidió en que en el ámbito de la Secretaría de Trabajo “en ningún momento hubo posibilidad de discutir con el sector empresario” y aseguró que “fue una jugada del Gobierno para tratar de romper lo que históricamente fue el Consejo”.
El clima se va caldeando en un verano sin respiro y que anticipa un marzo de mayor tensión. “Es un Gobierno que quiere llevarse todo por delante, todas las medidas son en contra de los laburantes. Lamentablemente, esto va a ir creciendo en la conflictividad”, advirtió Moyano.
Esta semana, el Gobierno tendrá una nueva muestra. La Fraternidad, que nuclea a los conductores de trenes, dispuso un paro general de actividades en todo el país por 24 horas, desde la 0:00 de este miércoles, en reclamo de un aumento salarial. Mientras que peligra el inicio de las clases ante la falta de convocatoria a la paritaria nacional docente.
Milei apunta a los gremios
La primera jugada de Milei contra lo que considera la casta de los gremios fue el capítulo laboral incluido en el megadreceto presidencial, que modificaba varias leyes laborales La respuesta fue la judicialización y el paro y movilización en las calles.
Luego de llevar el reclamo a la Corte Suprema, para que revierta ese revés, los equipos de Milei trabajan ahora sobre la desregulación de las obras sociales. Es una caja millonaria que los gobiernos anteriores manejaron como moneda de cambio para frenar conflictos gremiales. Ahora, el Gobierno quiere que sean los usuarios los que elijan qué servicio de salud tener.
Si bien actualmente se puede optar por la obra social que se prefiere, algunas normas mantienen encorsetado al sector. Cerca del Presidente sostienen que muchos gremios tienen cautivos a sus afiliados, por eso quieren golpear donde creen que más les puede doler: los recursos. Algo similar a la pelea con los gobernadores.
Hasta ahora, en la Argentina conviven tres modalidades de atención sanitaria: el público, el privado y el mixto, que corresponde a las obras sociales, que cuentan con los aportes obligatorios de los trabajadores y los empleadores. El proyecto oficial es desregular para que las obras sociales compitan en pie de igualdad con las prepagas.
En los primeros días de febrero, las empresas de medicina prepaga anunciaron para marzo el tercer aumento del año, que alcanzará el 23% en promedio. En lo que va del 2024, sus afiliados recibieron facturas con un alza en los aranceles del 30% en enero y del 26% en febrero.
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