Juan Carlos Bandeo, secretario general del gremio textil en Reconquista, explicó que la decisión de aceptar el recorte fue inevitable. «No nos podíamos negar a negociar; la gente necesita trabajar», afirmó, subrayando que la situación se volvió crítica cuando un grupo significativo de trabajadores aceptó voluntariamente el nuevo organigrama laboral de seis horas, que incluye la eliminación de turnos los sábados y domingos.

El acuerdo, que estará vigente hasta el 30 de noviembre, establece que durante estos tres meses, los empleados recibirán solo el 75% de sus haberes. La medida ha generado preocupación entre los trabajadores, quienes deberán enfrentar una disminución en sus ingresos en un contexto económico ya difícil.

Las razones detrás de esta situación son múltiples. Desde la empresa, se ha señalado que la falta de fibra de algodón, sumada a la competencia desleal de ropa importada y de bajo costo, ha hecho insostenible mantener la producción a los niveles habituales. «Si sigue como está hoy la importación, especialmente de ropa, esta situación que enfrenta el sector textil no tendrá solución», advirtió Bandeo.

El sindicalista también resaltó la problemática de los costos de producción en el país. «Cada vez más gente va en los tours de compra, a La Salada, por ejemplo, y a países vecinos, como Paraguay y Bolivia, donde la ropa se adquiere a precios mucho más bajos que los de la producción nacional. Esto complica aún más la situación de las empresas textiles locales», enfatizó.

La Algodonera Avellaneda es una de las principales jugadoras en la industria algodonera del país, con operaciones que incluyen desde el acopio y desmotado hasta la confección de prendas de vestir. Sin embargo, la crisis actual pone en jaque no solo la estabilidad de sus empleados, sino también el futuro de una de las empresas más importantes del sector textil argentino.