La trabajadora notificó su embarazo al tercer mes de gestación y pidió licencia por ser parte de un grupo de riesgo. La alimenticia Jumalá le inventó causas y la despidió. Protesta del sindicato.
El Sindicato de la Alimentación (STIA) reclamó en las puertas de la firma Jumalá por el despido de una empleada embarazada de la planta de Córdoba.
La protesta, impulsada por los delegados y los compañeros. fue respaldada por el gremio. Los operarios temen más acciones de parte de la empresa.
En este caso, una empleada con 20 años de antigüedad notificó su embarazo a los tres meses de gestación. Además reclamó la licencia que corresponde según las disposiciones sanitarias por la pandemia de Covid-19.
La empleada ni siquiera recibió el permiso de la patronal que pidió su cesantía permanente, y la despidió.
«La compañera notificó su embarazo al tercer mes y notifica también que necesitaba ser dispensada por la resolución 207 nacional por ser grupo de riesgo», explicó Eduardo Cornejo referente del gremio.
Y aclaró que «decidieron despedirla con causas totalmente inventadas sucedidas el año pasado para no pagar indemnización».
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