Amichetti reconoció que la CGT tuvo un rol activo en los primeros meses de la gestión libertaria, con movilizaciones y dos paros nacionales. Sin embargo, cuestionó la postura adoptada en la segunda mitad de 2024: “Compró una lógica histórica de que en momentos difíciles es conveniente hacer una pausa y negociar. Ocurre que intenta negociar con el que quiere venir a destruirte, llevando al país a ser una colonia, sin industria y con precarización laboral”, advirtió.

El dirigente de la Corriente Federal de los Trabajadores insistió en que el avance del modelo económico actual genera condiciones para construir un frente nacional y reclamó una CGT “en permanente debate, con una estrategia de confrontación, con un programa y en defensa de los sectores nacionales”.

Sobre la dispersión de fuerzas en el sindicalismo, Amichetti comparó la actualidad con el gobierno de Mauricio Macri y sostuvo que la experiencia de haber gobernado entre 2019 y 2023 dejó una gran frustración: “Estamos en un momento de mayor dispersión de fuerzas porque estuvimos cuatro años en el gobierno y la frustración fue muy grande”, señaló.

En ese sentido, remarcó la importancia de reagruparse para enfrentar al gobierno de Milei: “Es muy importante que definamos la estrategia para desgastar todos los días un poco más a un proyecto que intenta destruir las bases económicas del país y del pueblo y desarticular el Estado”, afirmó. Sin embargo, consideró que las políticas del presidente no se consolidarán en el tiempo: “Me parece que se va a ir dando. No hay posibilidad de que los planteos que hace el presidente se puedan consolidar”.

Sobre la interna del peronismo entre la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador Axel Kicillof, opinó que estas disputas surgen en el marco de coyunturas electorales: “Se generan internas a partir de las coyunturas electorales. La trampa de esa interna es que se termina practicando la política dentro de los márgenes que da el sistema”, expresó.

Finalmente, el dirigente gráfico reflexionó sobre el rumbo de la política y el rol de las organizaciones populares. “Milei llegó al gobierno como una ruptura. Nuestro fracaso tiene que ver con no plantear una ruptura del sistema. Hay que volver a las fuentes del peronismo con la realidad de estos tiempos, con la concepción revolucionaria del peronismo”, insistió.

Para Amichetti, el desafío va más allá de los partidos políticos: “La democracia no solo puede pasar por los partidos políticos. Es necesaria una democracia donde podamos plantear un proyecto de nación a través de las organizaciones del pueblo, elaborando y defendiendo ese proyecto, con el compromiso del pueblo en sostenerlo”, concluyó.