La CGT se vio envuelta por unas horas en un juego de la silla que causó malestar interno y reproches durante el almuerzo que sus dirigentes compartieron con Alberto Fernández este martes, y que terminó por excluir de la foto a tres representantes del Consejo Directivo. La controversia fue producto de equívocos en la convocatoria que inicialmente se pensó en la sede de la central obrera pero que luego se trasladó al gremio de estatales UPCN.
En la “mesa chica” de la organización explicaron el conflicto a partir del novedoso entusiasmo entre los gremialistas con el candidato presidencial del Frente de Todos, que llegó al cabo de un período de incomodidad con el exjefe de Gabinete por su preferencia hacia el sector opositor del sindicalismo que rodea a Hugo Moyano. Algunos lo definieron como una suerte de “puerta 12” que sobrepasó los espacios físicos de la mesa preparada para el convite y que obligó a marginar a un puñado de los inicialmente convocados.
Los perjudicados fueron Luis Hlebowicz, jefe del gremio de Pasteleros, Noé Ruiz, de Modelos, y Erick Mendoza Díaz, reciente líder de la Asociación de Médicos (AMRA). Aunque los organizadores de la cumbre con el postulante admitieron que se trató de una desinteligencia relacionada con el número de invitados y los espacios en la mesa, en al menos un caso de los excluidos hubo quejas por lo bajo por una supuesta discriminación.
Los promotores del encuentro dijeron que Fernández acudió a la cita con cinco acompañantes: el gobernador de Tucumán, Juan Manzur, el exmandatario de Jujuy Eduardo Fellner, el dirigente del Movimiento Evita Fernando “Chino” Navarro, el asesor económico Santiago Cafiero y un asistente más. Y que la mesa dispuesta por el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, sólo podía acoger a un total de 30 comensales.
La revisión de esos números alarmó a los gremialistas cuando constataron que la inmensa mayoría de los incluidos en un grupo de whatsapp con los integrantes del Consejo Directivo habían dado el presente en UPCN. Las únicas ausencias fueron del mercantil Armando Cavalieri y del judicial Julio Piumato, pero incluso sin ellos no alcanzaban las sillas. En una gestión despiadada y veloz uno de los referentes (no fue identificado por sus pares) bajó del almuerzo a Hlebowicz, Ruiz y Mendoza Díaz.
La decisión no fue gratuita. No sólo Héctor Daer, cotitular de la CGT junto a Carlos Acuña, debió asumir la tarea de disculparse por teléfono con cada uno, sino que pasadas las horas comenzaron los reproches por el criterio utilizado. En tanto que Hlebowicz llegaba al almuerzo con la novedad de que la obra social de Pasteleros acababa de financiar una costosísima y exitosa intervención quirúrgica para separar, por primera vez en la historia argentina, a dos siameses unidos por el sistema urinario, los genitales y el aparato digestivo. Una medalla que les calzaba justo a los gremialistas en momentos en que el Gobierno eligió el sector como rival electoral y retaceó fondos comprometidos para sus organizaciones de salud.
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