La Federación nació en 1988, un año de efervescencia social, de decisivo protagonismo del movimiento obrero, de avance sindical significativo en el sector alimenticio. Año del histórico plebiscito del 5 de octubre donde “Pinochet corrió solo y perdió”, sentenciando al régimen militar.

Para toda una generación en Chile la actividad sindical y el enfrentamiento a la dictadura eran dos ámbitos de actuación íntimamente conectados.

El movimiento estudiantil, la juventud militante partidaria y de a pie enfrentaba a los carabineros en la Alameda y en las principales ciudades del país. Al mismo tiempo, una camada de jóvenes trabajadores constituía nuevas organizaciones o apuntalaba las estructuras sindicales resentidas por el terremoto fascista.

Aldo Lezama, histórico dirigente de la Federación, tenía 19 años cuando se perpetró el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende en 1973. Tenía 22 al constituirse el Comité Coordinador de Afiliadas de UITA y 23 años cuando en agosto de 1987 un grupo de entusiastas veinteañeros fundó la Confederación Nacional de Trabajadores de la Alimentación de Chile (CONTALCH).

Trabajador en la empresa Soprole, fue arquitecto y albañil en la construcción de la Fenatral el 21 de marzo de 1988.

Aldo falleció en 2021, a los 64 años. Tenía mucho para dar como presidente de la Federación, en su habilidad como negociador y articulador de capacidades. Su pensamiento crítico, provocador, sin ataduras, hace falta en estos momentos de repliegue sindical.

Partió haciendo hincapié en la formación de cuadros, en la incorporación de los jóvenes a la lucha sindical sabiendo que sin su participación las organizaciones perecen en un letargo intrascendente.

En este mes, cuando Fenatral cumple 34 años, vale la pena recordar cómo al empuje de jóvenes sindicalistas se fue construyendo historia en medio de tantas dificultades y de tanto terror.