Antes del paro nacional, sectores de la CGT crean corriente interna y agitan el fantasma del viejo MTA

Antes del paro nacional, sectores de la CGT crean corriente interna y agitan el fantasma del viejo MTA

Junto a la CTA, el Movimiento por los Trabajadores (MPT) “Saúl Ubaldini” debutó en la marcha del 30 de marzo. Con fuerte impronta K, piden un plan programático para enfrentar “el modelo macrista”. Antes del paro, los sindicatos exhiben unidad en la acción, pese a las diferencias por la ausencia de movilización ese día. Los dirigentes alineados al Gobierno, en minoría, resisten la medida de fuerza. 

Por Diego Lanese

 

El 30 de marzo pasado, cuando las dos CTA se movilizaron a Plaza de Mayo, hizo su presentación en sociedad el denominado Movimiento por los Trabajadores (MPT) “Saúl Ubaldini”, una nueva línea interna de la CGT que busca potenciar el perfil opositor a las políticas del Gobierno nacional de la central.

Con vínculos con el kirchnerismo, se sumó a la protesta del jueves pasado como parte de un plan, un anticipo de lo que puede suceder el próximo 6 de abril, cuando se realice el primer paro nacional con el gobierno de Mauricio Macri.

Con la idea de un programa combativo para enfrentar al macrismo, este nuevo espacio agita las banderas del viejo Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA), que en los ‘90 supo comandar Hugo Moyano. Este espacio quiere empujar a la dirigencia cegetista a un plan de lucha abierto contra el modelo de Cambiemos, sumando en este camino a gremios con una mirada más radical de la realidad. Viejas disputas internas ponen en peligro la unidad de la CGT.

El MPT debutó un día antes, en conferencia de prensa, junto a Hugo Yasky y Pablo Micheli. Sus referentes tienen una impronta K, como el secretario de Interior de la CGTe intendente de Quilmes (Frente para la Victoria), Francisco “Barba” Gutiérrez, o como Víctor Santa María, titular del PJ porteño. Además, hay varios dirigentes de gremios industriales, los más golpeados por las medidas económicas tomadas por el gobierno de Mauricio Macri. En este contexto, muchos pertenecen a otro espacio con perfil opositor, que reclama más “acción” al triunvirato cegetista, como es la Corriente Federal de Trabajadores.

“Esa política que está generando angustia y zozobra en la familia de los trabajadores es la que venimos a reclamar un cambio fundamental desde el gobierno de la Nación”, dijo Gutiérrez en el encuentro previo a la marcha, realizado en la sede del Centro de Información de los Trabajadores (CITRA).

La presencia de la UOM, que también participa de actividades de la Corriente Federal, o de Walter Correa, dirigente del gremio de los curtidores, hace pensar en una posible unificación o acción común con el espacio que lidera Sergio Palazzo, y que renunció a los cargos dentro del Consejo Directivo de la CGT por no estar de acuerdo con su tono “moderado”.

“La idea es buscar una agenda común para devolverle a la CGT la impronta combativa”, le confió a Política del Sur un dirigente que participa del nuevo espacio, quien admite “la cercanía con las políticas del kirchnerismo”, aunque se despegó de la conducción de Cristina Fernández de Kirchner. “Hoy no está en ese rol, incluso creemos que no se presentará de candidata”, agregó. En este sentido, en el MPT remarcaron que no ocultarán su actividad política, por lo que no es de extrañarse que tengan participación no sólo en la reconstrucción del peronismo y en una eventual lista que compita con el macrismo.

“El 7 de marzo pasado, la CGT convocó a todos los gremios industriales y a todos los trabajadores para luchar por la injusticia que significa la política económica de este gobierno del presidente Macri en contra de la producción nacional, abriendo indiscriminadamente nuestras fronteras, lo que está generando un cierre permanente de fábricas de todos los sectores industriales, textiles, plásticos, curtidores, metalúrgicos, siderúrgicos, electrónicos, mecánicos, etcétera”, recordó Gutiérrez en la previa de la marcha del 30.

La participación de este grupo en la movida de la CTA no contó con el aval del triunvirato, que cruzó a Gutiérrez y afirmó que sus dichos “corren por su cuenta”. “Quienes integramos el Consejo Directivo debatimos dentro de él y acatamos las decisiones que allí se toman, especialmente desde la conducción que es el triunvirato que integran Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña”, afirmó Rodolfo Daer, dejando en claro que la movida del MPT no es una iniciativa consensuada por la central obrera.

 

Unidad en la acción

En el anticipo del paro nacional del próximo jueves se escuchará mucho la palabra “unidad”, que la dirigencia quiere instalar como la contracara del Gobierno, por lo menos quienes buscan conformar este polo opositor desde los gremios. “En esta marcha se va a visualizar la unidad de acción que tiene el movimiento obrero en todo el país y lo vamos a hacer, también, en la memoria de Saúl Ubaldini. La diversidad de sectores que nos integra nos hace más fuerte en la unidad”, sostuvo Santa María en la conferencia de prensa donde se presentó el MPT, marcando la importancia de esta unidad.

Un ejemplo de esto es la pelea de los docentes, que se unieron para marcar un hito: la Marcha Federal. Los 400 mil manifestantes marcaron el camino de esta unidad, por lo que, para los gremios, apoyar su lucha es fundamental.

Por el momento, estos espacios se muestran “sólidos”, más allá de algunas dudas. “Hay que tener cuidado, el Gobierno quiere ‘partidizar’ la disputa, ponerla en el contexto electoral, y eso los sindicatos lo tenemos que evitar”, remarcó un dirigente docente respecto a estas diferencias. En este sentido, le reveló a Política del Sur que en la Marcha Federal hubo malestar de algunos sectores por ciertos discursos y actitudes de quienes están más cerca del kirchnerismo. “Cuando cantan ‘vamos a volver’, le dan pasto al oficialismo, que nos tilda a todos de opositores, desestabilizadores. Quieren polarizar políticamente la disputa gremial, sin pensar lo que es mejor para los trabajadores”, agregó el mismo dirigente, que le apuntó sus cañones a los sectores cercanos a Yasky, como la CTERA y CONADU, que mostraron algunas banderas y cantos a favor de Cristina y el Frente para la Victoria.

Más allá de esto, por el momento la unidad parece garantizada. No sólo los docentes mantienen las medidas conjuntas (CONADU y CONADU Histórica marcharon ya el año pasado juntos más de 15 años después de la fractura, y la semana pasada realizaron un paro conjunto), sino que las CTA consensuaron plan de lucha y los gremios industriales tienen una agenda común.

En lo que no hay acuerdo es en la falta de movilización del paro de este jueves. Para la CGT, la protesta debe “paralizar al país”, pero la CTA, los gremios clasistas e incluso algunos cegetistas piden movilizaciones. “La CTA no habla de hacer medidas de acción sin movilizar o luchar en la calle”, declaró Javier Perín, secretario general de la CTA de los Trabajadores de Lomas de Zamora.

En diálogo con el programa radial Política del Sur, el dirigente indicó que “aún no están definidas las acciones que se van a tomar ese día, pero se va a tratar de lograr un marco de acción. Las medidas o movilizaciones que se realicen ese día le darán mayor importancia y visibilizarán el paro general”.

Desde la izquierda rechazan “el paro dominguero” y preparan también sus actividades. “La CGT tendría que haber adelantado el paro para apoyar la lucha docente, y así lograr un triunfo para toda la clase trabajadora. Juntos con agrupaciones de base estamos definiendo actividades, para sacar el paro a la calle”, alertó Romina del Plá, titular de SUTEBA La Matanza y referente del Partido Obrero dentro de la CTA.

 

Sindicatos PRO

En este contexto adverso, el Gobierno nacional mantiene un grupo de dirigentes que, pese a ser minoría,sostienen su alineamiento a las políticas nacionales. El principal referente de este grupo es Gerónimo “Momo” Venegas y sus “62 Organizaciones Gremiales Peronistas”, un espacio que en su momento fue el brazo político de la CGT y hoy es desde donde el macrismointenta contraponer el peso opositor de la CGT y las CTA.

Para potenciar este trabajo, se comenzó a organizar las regionales de “las 62”, que además de juntar a dirigentes gremiales, serviría de sustento para que el Partido Fe de Venegas pueda ser parte de las listas locales, siempre dentro del frente Cambiemos.

“Las 62 está yendo a todas las regionales para darles la apertura. La realidad es que necesitamos poner en marcha rápidamente Las 62 porque no sólo se va a normalizar, sino que es parte del 33 por ciento del partido Fe, y a poco tiempo de cerrar las listas es importante que estén organizadas para ocupar los cargos que nos correspondan en todo el territorio argentino”, explicó el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Remises, Alejandro Poli, en un acto donde se puso en marcha la regional Almirante Brown de este espacio.

Venegas no sólo descalificó el paro nacional, sino que apuntó a la conducción de la CGT, a la que impugnó ante la Justicia. Con el aval de la Casa Rosada, el titular de UATRE intenta que se dicte la nulidad del congreso normalizador de la central obrera de agosto del año pasado, ya que considera que una conducción compartida es “contraria a los estatutos”. Si bien desde la CGT dicen que esta situación “se salvó con una enmienda votada antes de la elección del triunvirato”, la impugnación está en manos de la Justicia, que podría dictar algún tipo de medida, de acuerdo a lo que deslizaron desde el Ministerio de Trabajo.

Este tipo de “doble jugada” (gremial y judicial) ya se puso en práctica para intentar hacer que los choferes de colectivos no se sumen al paro. Así analizaron los metrodelegadosel fallo judicial que les retiró la personería gremial en el subte y se la entregó a la UTA. “No quedan dudas de que este insólito fallo tiene carácter político, en medio de una ofensiva del macrismo contra los trabajadores queriendo domesticarlos y debilitar a las organizaciones sindicales para poder aplicar el plan de transferencias de recursos económicos de los sectores populares hacia los sectores concentrados”, destacaron los dirigentes de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, alineada a la CTA de los Trabajadores, que paró dos horas el 30 de marzo y se sumará al paro de este jueves. “¿Será éste el precio que cobra la UTA para no ir al paro general?”, se preguntaron.

Pero el gremio que conduce Roberto Fernández finalmente confirmó que se sumará al paro del próximo 6 de abril. Lo ratificó en el marco de un encuentro de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), comandado por el lídercegetista Juan Carlos Schmid, quien anunció la “paralización total de los servicios de trenes, colectivos, subtes, combis, taxis, aviones, remises, motos, micros, camiones y barcos durante la huelga general de 24 horas”.

Para diferenciarse, la CATT aprobó en su última reunión que no realizará piquetes o interrupciones de tránsito que garanticen la medida de fuerza, como pretenden hacer la izquierda y los movimientos sociales. La CATT nuclea a buena parte de los gremios del transporte, que pueden garantizar -como hicieron en dos ocasiones durante la gestión de Fernández de Kirchner- un fuerte impacto de un paro nacional. Además, los sectores que no están dentro de este grupo que pertenece al rubro decidieron sumarse a la medida. Así, la Unión Ferroviaria -gremio mayoritario en los trenes- y los taxistas también protestarán, según lo decidieron delegados de todo el país reunidos en torno al Movimiento Argentino de Acción Sindical (MASA), que en Ezeiza se reunió y definió parar el próximo jueves.

La primera protesta nacional contra Macri será la número 40 desde que volvió la democracia. Se dará a los 15 meses de gestión. Fernando de la Rúa sufrió su primer paro a los tres meses de asumir, mientras que Raúl Alfonsín a los nueve. Carlos Menem recién tuvo su primer paro nacional en su mes 40 de gestión, mientras que Néstor Kirchner en el 47. Cristina Fernández pasó un período al frente de la Casa Rosada sin protestas nacionales, y en el mes 59 tuvo una de las cinco que sufrió.Más allá de los datos, la protesta enfrentará al Gobierno ante los fantasmas de la conflictividad, que de alguna manera alienta al vincular el paro con el año electoral y los intereses de un sector del peronismo, cuando hay mucho más -actores y reclamos- detrás de la medida.

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