La Asociación del Personal del Inta (APINTA), el gremio que conduce Mario Romero, se declaró en estado de alerta y movilización en defensa del organismo y de los puestos de trabajo.
La Asociación del Personal del Inta (APINTA), el gremio que conduce Mario Romero, se declaró en estado de alerta y movilización en defensa del organismo y de los puestos de trabajo.
La organización sindical se pronunció “ante los anuncios del Gobierno Nacional de descontinuar la contratación de todos los trabajadores y trabajadoras Estatales ingresados en el año 2023”.
A través de una declaración pública, APINTA reivindicó el valor del Instituto “como herramienta para el desarrollo territorial” y sostuvo la necesidad de su “continuo crecimiento y expansión”.
Reunida en Congreso Ordinario, en Mar del Plata, la conducción nacional del gremio junto a referentes sindicales de los distintos puntos del país emitió un documento que se transcribe en forma completa a continuación:
El INTA como herramienta para el desarrollo territorial
La inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación es fundamental para el progreso y el desarrollo de los países avanzados. Existe una muy fuerte correlación entre inversión, en particular estatal, en Investigación y Desarrollo (I&D), y el PBI per cápita que mide el nivel de productividad, y permite promover el bienestar social.
Los países que más invierten en I&D son los que tienen al mismo tiempo un mayor ingreso por habitante y mejores indicadores socio-económicos. La mayoría de los avances científicos y tecnológicos se desarrollan en instituciones públicas donde los y las investigadoras pueden sostener su trabajo de modo estable en el tiempo.
EI INTA es un organismo estatal descentralizado, creado en 1956 por el Decreto Ley 21.680/56 con la finalidad de "impulsar, vigorizar y coordinar el desarrollo de la investigación y extensión agropecuaria y acelerar, con los beneficios de estas funciones fundamentales, la tecnificación y el mejoramiento de la empresa agraria y de la vida rural". La autarquía operativa y financiera del INTA fue establecida al momento de su fundación y restablecida por la ley 25.641 de 2012, la que establece para su financiamiento el 0.45% del valor de las importaciones que abonan tributos aduaneros y el 31.3% de la tasa de estadística. La institución tiene presencia en las cinco macroregiones de la Argentina Noroeste, Noreste, Cuyo, Pampeana y Patagonia, a través de una estructura que comprende; una sede central, 15 centros regionales, 56 estaciones experimentales, 6 centros de investigación, 22 institutos de investigación, y más de 350 Unidades de Extensión. La estructura política está compuesta por el Consejo Directivo (CD) que es el máximo órgano de conducción, que establece las políticas y estrategias globales y decide sobre la distribución de recursos del organismo. El CD está compuesto por representantes del sector público y privado, garantizando una activa participación del sector productivo y académico en la fijación y priorización de las políticas, como así también en el control social de su accionar. Este sistema de gobernanza se replica en todos los niveles de su estructura, tanto en los consejos regionales como en los consejos locales asesores, lo que garantiza dar respuestas a las demandas territoriales a través de la producción de conocimiento, la transferencia y la innovación, empleando para ello una estrecha interrelación con otros actores de sistema de CyT, entidades del sector agrobioindustrial tanto públicas como privadas, cooperativas, ONGs y los gobiernos provinciales y municipales.
A lo largo de su historia, el INTA se constituyó como referente en la producción de conocimiento para el desarrollo agrobioindustrial nacional, pueden reconocerse, por ejemplo, sus aportes en el desarrollo de la tecnología del silobolsa, que se exporta de manera exitosa a más de 50 países, la que junto a la siembra directa cambió la forma de producir granos en el país y trasciende fronteras. Por otro lado, son invaluables los aportes en la agroecología y la promoción del desarrollo rural, que por ejemplo, con la implementación del Programa Cambio Rural, con 30 años ininterrumpidos de funcionamiento y 730 grupos con más de 6.500 productores y productoras, favorece la producción, facilita la intensificación y la reconversión productiva. Sus aportes a la ruralidad se cuentan también a través de la creación del Programa ProHuerta, el que con más de tres décadas de historia junto con el Ministerio de Desarrollo Social mejora la seguridad y la soberanía alimentaria en los sectores vulnerables de la población.
La producción de conocimiento, la transferencia tecnológica y la innovación son centrales, abarcando el desarrollo, manejo y conservación de recursos genéticos animales, vegetales y microbianos, entre los que pueden citarse el mejoramiento genético de cultivos de valor industrial, los recursos forestales, los cultivos extensivos e intensivos, además del rescate y la conservación de especies nativas con valor estratégico. El conocimiento aplicado en el desarrollo de vacunas para prevenir la aftosa, brucelosis y leucosis bovina entre otras, son muestra de su potencial para el acceso a mercados internacionales. El INTA desarrolló herramientas que permiten a los satélites Saocom de la CONAE, obtener imágenes, sobre el agua disponible en el suelo y alertar sobre potenciales inundaciones e incendios, así como una red de radares meteorológicos que cubren 46 millones de hectáreas en nuestro territorio y permiten prever los efectos del cambio climático.
Los logros descriptos son sólo una pequeña muestra del potencial de la Institución y no son casuales sino fruto del esfuerzo comprometido de sus casi 7.000 trabajadores y trabajadoras formados sostenidamente a lo largo del tiempo.
Su presencia en los territorios mediante una estructura distribuida a lo largo y ancho del país, sus herramientas programáticas para la ejecución de las líneas de investigación y extensión y el financiamiento para el sostenimiento de salarios y actividades sustantivas permiten alcanzar sus objetivos Institucionales y acompañar el desarrollo de los territorios y las comunidades.
Creemos en un INTA en continuo crecimiento y expansión. Para lo cual es fundamental sostener y ampliar sus programas de formación con becas profesionales y técnicas, garantizar la estabilidad laboral con salarios dignos y un presupuesto que cumpla con lo establecido por su autarquía. Robustecer la estructura territorial, el sistema de investigación, extensión y transferencia, recuperar la jerarquía de los IPAF, las oficinas de información técnicas entre otras estructuras que acompañan el desarrollo de los pequeños productores, es esencial para promover el arraigo territorial, el desarrollo de las economías regionales, la inclusión social y la salud ambiental.
Ante los anuncios del Gobierno Nacional de descontinuar la contratación de todos los trabajadores y trabajadoras Estatales ingresados en al año 2023, APINTA se declara en estado de alerta y movilización en defensa de los puestos de trabajo.
APINTA, como representación sindical mayoritaria del personal de la institución y frente a la coyuntura económica y política ratifica el compromiso irrenunciable en la defensa de sus trabajadores, trabajadoras y del Organismo.
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