Los trabajadores nucleados en la UOM de las empresas electrónicas radicadas en la ciudad de Río Grande, Tierra del Fuego, comenzaron hoy su tercer día de huelga en el marco de un paro por tiempo indeterminado. Es por no haber llegado a un acuerdo salarial con la cámara que nuclea a las fábricas del sector. Los empresarios habían ofertado mejorar 10 puntos la paritaria que firmó Antonio Caló antes de su derrota. «Vamos a una medida extensa en el tiempo», avisó Oscar Martínez.
La medida de fuerza, que hoy entra en su tercera jornada, fue decidida luego de que las asambleas de operarios rechazaran por mayoría la propuesta de aumento de sueldo realizada por integrantes de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte).
Los empresarios ofrecieron, en primer término, un aumento escalonado del 45%, similar al aceptado por la UOM en otras jurisdicciones y pactado por Antonio Caló antes de caer en las elecciones a manos de Abel Furlán.
Ante el rechazo de los dirigentes sindicales, la cámara mejoró la oferta, y la llevó a un incremento del 55% (30% retroactivo a abril, 15% en julio y 10% en octubre) más un bono de $25 mil en mayo y otro de $20 mil en junio, con una cláusula de revisión en noviembre.
«Si bien durante los últimos días, dentro de la comisión directiva y la comisión paritaria (del sindicato) se ha trabajado en busca de encontrar alternativas, y se logró que Afarte se flexibilizara y llevara adelante otra propuesta, fue trasladada a las asambleas y hubo un rechazo absoluto en todos los turnos de todos los establecimientos», había asegurado Martínez en diálogo con FM del Pueblo.
El secretario general de la UOM insistió en que la protesta fue adoptada «por el conjunto de los trabajadores y avalada por el congreso de delegados».
El paro se produce luego del vencimiento del plazo de la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo que interviene en el conflicto.
Ayer, en comunicación con Radio Provincia, el gremialista dejó una pista de lo que viene: «Creemos que vamos a una medida extensa en el tiempo», advirtió.
Y señaló que por el momento no ha habido comunicación con AFARTE ni con ningún sector y que ello «no creo que eso suceda, por lo menos en las próximas horas».
La huelga metalúrgica fueguina, por estas horas puede empezar a leerse como una señal y un signo del nuevo perfil que está tomando el gremio tras la salida de Caló y la fuerte presión de las bases.
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