En su análisis, Quiroga explicó que el poder adquisitivo de la gente es el principal factor que afecta las ventas. Aunque el consumo de carne de pollo y cerdo ha aumentado, no lo suficiente para compensar la caída en la demanda de carne vacuna. "Resiente el consumo a niveles históricos, similares a los de hace 20 o 25 años", señaló.

El dirigente sindical también apuntó que los trabajadores enfrentan una pérdida constante de poder adquisitivo debido a la inflación. "Nosotros percibimos el salario 35 días después de la inflación. Vamos siempre detrás, sea cual sea el gobierno de turno. Cuando dicen que se recomponen los salarios, es mentira. Siempre vamos atrás", afirmó Quiroga, señalando la dificultad de obtener un salario que permita a los trabajadores cubrir sus necesidades básicas.

Además, Quiroga lamentó el impacto de la inflación en la vida cotidiana de las familias argentinas. "Es increíble cómo los precios aumentan constantemente, ya sea en el mercado, la panadería o los colegios privados. En un país productor de alimentos, es muy triste que haya niños que no puedan consumir siquiera un vaso de leche", expresó.

El panorama para el sector cárnico, según Quiroga, es desalentador. "La negociación salarial con las cámaras empresarias se vuelve cada vez más complicada, y el consumo de carne, al igual que el de otros productos esenciales, continúa en descenso en un contexto de inflación elevada y pérdida del poder adquisitivo", concluyó.