Este miércoles 25 de enero se realizó, en el Centro Cultural Kirchner, el lanzamiento del Observatorio del Trabajo Informático (OTI), impulsado por la Asociación Gremial de Computación (AGC), el sindicato de la industria informática.
El acto contó con la presencia de las autoridades de la AGC y representantes académicos de la UBA, la UTN y otras instituciones educativas públicas y privadas, dirigentes nacionales, en particular de áreas estatales vinculadas a la informática y la ciberseguridad, representantes de la sociedad civil, dirigentes sindicales de otros gremios y autoridades de la CGT.
El panel estuvo compuesto por el moderador, Manuel Alonso, Subsecretario Gremial de AGC, el director del OTI, Esteban Sargiotto, Vanesa Núñez, Secretaria de Innovación y Futuro del Trabajo de la CGT y Claudio Aciti, vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas dela UNICEN, junto al Secretario General de la AGC, Ezequiel Tosco.
El eje de la presentación fue la publicación del primer "Informe Anual 2022: Una radiografía del sector de SSI desde la mirada de los trabajadores". El acto consistió en una breve presentación de los puntos principales del informe, cuyo objetivo es "desterrar algunos mitos e incluso falsedades que circulan sobre el sector informático que no hacen más que desalentar a jóvenes y entusiastas que se quieren meter en la industria y se encuentran con que no es cierto que alcanza con unas pocas semanas para convertirse en un informático y ganar miles de dólares", según palabras de su director.
El informe trazó un mapa detallado del sector productivo conocido como IT -incluido en la recientemente denominada Economía del Conocimiento- tomando como hilo conductor para su análisis las legislaciones que regulan la actividad y lograr con ello una caracterización del papel que desarrollan en ella el sector empresario, el Estado y los trabajadores. Allí se observó cómo han sido repartidos los beneficios durante los distintos regímenes de promoción (especialmente la Ley de Promoción del Software y la actual Ley de Economía del Conocimiento), quienes los han usufructuado, cuál es la mediana salarial del sector y en qué medida se ha constituido un régimen de promoción o bien uno de concentración.
"El Estado ha destinado una enorme inversión pública a lo largo de las décadas y ha sido muy efectivo en su régimen de promoción que, en una primera etapa, aumentó exponencialmente la cantidad de empresas y trabajadores de Software y Servicios Informáticos (SSI). No obstante, con el tiempo ha quedado demostrado que, de seguir así, sólo consolida la concentración: en el período 2014-2019, sólo 4 empresas -Mercado Libre, Globant, Accenture y Red Link- se llevaron el 46% de todos los beneficios del régimen de promoción, que significó una inversión del Estado de unos 500 millones de dólares", apuntó.
Y detalló: "Sólo en un año y medio de vigencia de la Ley de Economía del Conocimiento, estas pocas empresas se llevaron más de 42.000 millones de pesos en exenciones tributarias y otro tanto en subsidios para formación". "Para que sea un régimen de promoción debería haber más inscriptos y apuntar a pymes y micropymes, que representan más del 80% de la industria. Sólo el 3% son grandes", destacó el informe en una señal de la visión del gremio respecto del sector.
En ese sentido se expresó también el Secretario General, Ezequiel Tosco, quien resaltó el vínculo del gremio con la Secretaría de Economía del Conocimiento "para avanzar en mejoras para los trabajadores y para incluir más empresas, un objetivo que en buena medida se logró con el actual crecimiento de inscriptos al régimen".
Tosco agregó que "es de gran importancia ordenar todos estos temas que se tocaron hoy, que son muy diversos, como la situación de los trabajadores freelance, los problemas académicos que trae aparejado el crecimiento de carreras cortas y tecnicaturas, entre otros problemas, una serie de problemas que sólo se pueden resolver con los trabajadores sentados en una mesa junto al Estado, la academia y el sector empresario".
El informe presentado consistió en un procesamiento de datos y de información de la industria poco difundida y la elaboración de escalas salariales alejadas de fines publicitarios y más fieles a lo que indica la realidad, fundamentado en fuentes primarias e información pública, sin sesgos de uno u otra parte.
El informe anual del OTI "no será el último", señalaron desde la AGC, y formará parte de "una serie de reportes que se publicarán todos los años, dando lugar a la voz de los trabajadores, que aún siendo protagonistas de la industria, no han tenido voz a la hora del debate público nacional respecto de la industria que integran".
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