En el marco de su Congreso extraordinario, junto a delegaciones internacionales alertó del avance del neoliberalismo en la región, y lanzó como objetivo un “paro regional para el 2020”. Afirman que “la empresa es muy difícil, pero no imposible”. En el plano local, destacaron la unidad con sectores populares, y se mostraron expectantes de los primeros movimientos del futuro gobierno.
Diego Lanese.
Con la participación de delegados de todo el país, este lunes la CTA Autónoma realizó su Congreso nacional extraordinario, un encuentro que hizo las veces de estreno de la confirmación de la conducción de la central, que luego de una larga disputa con el sector de Pablo Micheli, se quedó con el aval de la justicia y la secretaría de Trabajo. El encuentro sirvió para hacer un balance del ciclo que se cierra el 10 de diciembre, y el que se inicia con la presidencia de Alberto Fernández, que fue invitado a la jornada pero no participó, aunque envió emisarios.
El encuentro estuvo marcado por una fuerte presencia internacional, que analizó el contexto complejo que vive la región. En este sentido, una de las conclusiones que sacaron los dirigentes es la necesidad de hacer “una acción continental” contra los golpes de Estado y para apoyar la lucha de los trabajadores en toda la región. El congreso estuvo marcado además por la expulsión de dos referentes del sindicalismo venezolano, a los cuales las autoridades migratorias de la Argentina no le permitieron el ingreso al país. En el plano local, la dirigencia aseguró que el objetivo es “fortalecer la organización”, y se mostraron expectantes de la gestión que pueda hacer el Frente de Todos.
La presencia de referentes sindicales de toda la región le dio un fuerte carácter internacional al Congreso de la CTA Autónoma, que se celebró en Centro de Exposiciones Migueletes. Allí, con la presencia de varias delegaciones del continente, comenzó a tomar forma la idea de una acción continental delos gremios.
La propuesta fue avalada por la Confederación Sindical de las Américas (CSA), cuya propuesta es “un paro internacional” para el año que viene. Si bien la medida es “una empresa extraordinaria”, en la CTA creen que puede lograse. Por eso, llamaron a apoyar “las rebeliones populares en Ecuador, Chile, Colombia y Haití”, y repudiar los golpes de Estado del presente, como el de Bolivia, o los del pasado, como los que se dieron en distintos años en Honduras, Brasil –en referencia al final del gobierno de Dilma Rousseff –y Paraguay –destitución del presidente Fernando Lugo -.
“Nunca se planteó un objetivo tan ambicioso como un paro continental, porque la gravedad de lo que pasa en el continente lo amerita”, sostuvo un dirigente que participó de las discusiones, ante la consulta de Gestión Sindical.
La cumbre internacional comenzó con un hecho polémico: la expulsión de dos representantes del gremialismo de Venezuela. Se trata de Wills Rangel, secretario general de la Central Bolivariana Socialista de Trabajadores, y Jacobo Torres, secretario de Relaciones Internacionales de esa central, a quienes las autoridades migratorias del país no dejaron ingresar a territorio nacional, y los enviaron de vuelta al suyo.
“Los compañeros que sufrieron este atropello no cuentan con ningún requerimiento judicial y cumplieron con todas las normas migratorias, por lo que hacemos responsable al gobierno argentino de esta arbitrariedad que contradice el respeto más elemental de un estado de derecho», señalaron desde la CTA Autónoma, mediante un comunicado.
Durante el congreso, se leyó una carta donde los dirigentes explicaron lo sucedido, y destacaron el acompañamiento del embajador venezolano en la Argentina, Arnoldo Olivares, y de “los compañeros de las CTA, que inmediatamente se apersonaron a proteger nuestra integridad y exigir las explicaciones del caso ante semejante atropello político y diplomático”. “Sepan camaradas que más temprano que tarde se impondrá en nuestra Patria Grande la justicia, la verdad y la integración por la que nuestros Libertadores dieron sus vidas y obras en ese hermoso sueño de nuestra América”, remarcaron los dirigentes venezolanos.
En el plano local, la dirigencia de la CTA analizó el ciclo que se cierra el 10 de diciembre, y los desafíos que existen a futuro en el marco de la asunción del gobierno de Alberto Fernández. “Se discutió sobre lo que deja este gobierno, y los pasos necesarios para recuperar lo perdido en este tiempo”, le dijo a Gestión Sindical José “Pepe” Peralta, de la CTA Autónoma de Capital Federal.
El dirigente destacó “la oportunidad de realizar distintas discusiones, en especial por las dificultades que deberá afrontar el país”. Si bien la CTA no apoyó formalmente al Frente de Todos, fue muy crítico de la gestión de Mauricio Macri, y llamó a votar en su contra. En varios momentos del Congreso, la dirigencia se integró a la derrota del oficialismo, y abrió un compás de espera respecto de las medidas que puede tomar el futuro gobierno.
En ese sentido, cuando se reunieron con el posible Ministro de Desarrollo Social Daniel Arroyo, se invitó a Alberto Fernández a este encuentro. Si bien no asistió, envió algunos representantes, como el intendente de San Martín Gabriel Katopodis, que suena como posible ministro de producción bonaerense.
“En este Congreso se condensa la esperanza de construir lo que soñamos, el orgullo de vernos la cara en las asambleas y que seamos los mismos y las mismas que estamos resistiendo y resistimos estos cuatro años”, dijo en el discurso de cierre el titular de la CTA Autónoma, el visitador médico Ricardo Peidro. Además, insistió con el rol de la Central en la lucha contra el macrismo: “No hubo día de movilización en que una compañera o un compañero o una organización nuestra que no estuviera en la calle. Fuimos y somos protagonistas de la derrota de Macri. Fue consecuencia de la lucha de los miles de compañeros y compañeras, que en las calles y en las urnas le dijimos ‘chau Macri’, ‘chau modelo económico’, ‘chau neoliberalismo’”.
Por último, Peidro habló de la unidad del movimiento obrero, y destacó ue la CTA “dice que la verdadera unidad de los trabajadores es la organización, y lo que los une es la lucha. No hay salvación por sector, la única salvación es entrelazar nuestros corazones, nuestras propuestas, con los compañeros de todo el mundo que pelean para derrotar este modelo de hambre”.
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