La bandera de las paritarias, con el condimento de que la Ley de Contrato de Trabajo les otorgó un marco de convenio, es peronista. En ese plano la participación del Gobierno como “monitor” de la puja salarial ofrece una amplia tonalidad de grises.
Aún a disgusto del ministro Carlos Tomada, poco afecto a los títulos sobre la incidencia del Ejecutivo en la negociación colectiva, su década a cargo de la cartera laboral lo ha tenido como protagonista y testigo de que las variables de negociación se encausaron cuando se iban a pique los acuerdos. Esta puja metalúrgica tiene un sello invisible: la Casa Rosada liberó a los gremios afines para que pujen con las cámaras empresariales, más que un guiño. Y la partitura tiene esencia política, ante lectura atenta y en detalle la presidenta Cristina Fernández señaló días atrás:
“Hay que aumentar la inversión y disminuir un cachito la rentabilidad o traer alguna de la que se llevaron afuera. Para eso hay que reducir un cachitito las ganancias. La inversión tienen que ponerla los empresarios acá, pero nada de achicar la demanda, no, no. Porque achicar la demanda es muy simple, es achicar los salarios. No hay ninguna otra manera. El que diga otra cosa miente”.
El mensaje presidencial ofrecerá muchos ángulos de discusión sin dudas, pero tiene tópico y perfil peronista/kirchnerista, aún para quienes todavía discuten si el movimiento que se trazó desde Néstor Kirchner puede o no cantar la marcha partidaria completa.
Que la UOM tiene llegada al Ejecutivo, línea directa con Axel Kicillof y juega en el terreno político del calendario electoral no hay duda. Que la premisa “el que más gana es quien mejores sueldos debe pagar”, es otro tópico del oficialismo que le sienta de parabienes. De allí que en Mar del Plata, todos los voceros sindicales remarcaron “el paro de 36 horas es contra los empresarios”, no solo pensaron en el presidente de la UIA Héctor Méndez a la hora de su malestar.
La presión metalúrgica, descuentan en la UOM no está en soledad, cuenta con guiños explícitos y de los otros. Algo similar a la luz verde que recibió Sergio Palazzo, el jefe de la Bancaria, cuando el titular de Economía le prometió respaldar la inquietud sindical de avanzar el la participación de las Ganancias.
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