Por: Alejandro Cancelare.

Hay puentes que nunca se rompen, sótanos que siempre se mantienen con una mínima luz encendida y habituales asistentes de las mesas decisorias del poder en las que su palabra siempre parece extrema, exagerada, pero el tiempo y las circunstancias los ponen en un actor central.

Sin lugar a dudas, Luis Barrionuevo es uno de estos actores. Autor del hit Carlos Menem hace más de dos décadas, en la que tuvo que competir contra toda la estructura del peronismo representado por Antonio Cafiero, hace casi un año que está poniéndose afónico para explicar por qué motivo Wado de Pedro debe ser el candidato de todo el peronismo unido. "Esta elección va a ser más fácil que aquella", se jacta el gastronómico.

Desde aquel gobernador riojano, con extremas patillas, hasta este candidato, que se recupera y se reinventa como De Pedro, pasaron cosas. Desde aquella batalla campal contra Cristina Fernández de Kirchner, cuando ella hacía campaña en contra de Barrionuevo en su Catamarca natal, hasta las apuestas a puro “olfato” junto con su amigo Enrique “Coti” Nosiglia en favor de Martín Lousteau en la Capital Federal cuando Mauricio Macri le dejaba la conducción porteña a Horacio Rodríguez Larreta hace casi ocho años.

Esa idea aún se mantiene y tiene que ver con esos túneles que, si bien no suelen utilizarse, cuando se necesita la luz se enciende, el pasillo está limpio y se puede volver a utilizar. Siempre son apuestas donde ambos ganan, radicales y peronistas, como las antiguas y gloriosas épocas donde todo era entre dos, bien binario.

¿Es Barrionuevo un dirigente analógico en un mundo terriblemente digital? Posiblemente. Pero lo que la inteligencia artificial aún no aporta, la experiencia y el conocimiento casi psicológico de todos los actores, hacen que siempre tenga una diferencia en su favor.

BARRIONUEVO Y OTRA APUESTA FUERTE, EN FAVOR DEL CHIQUI TAPIA, HACE TRES AÑOS CONTRA TINELLI.

No hace falta que salga a desdecirse de lo que opinó de Cristina Fernández de Kirchner y de su difunto esposo. Tampoco nadie se lo pide. Mucho menos necesita aparecer en los festejos como los del 25 de Mayo para jurar lealtad o pasar por el Senado de la Nación cada vez que la vicepresidenta quiere comunicar algo. No es ni Hugo Yasky ni Hugo Moyano, mucho menos Sergio Palazzo.

Hace un año, Barrionuevo organizó un encuentro en la Federación de trabajadores Hoteleros y Gastronómicos que preside para agradecerle al responsable de Interior el apoyo que le dio a la industria turística. Seguro que también habló y mucho con Matías Lammens, el ministro de Turismo, pero nunca lo pensó como candidato. Ya estaba Lousteau en ese rol.

Desde aquel encuentro, Barrionuevo empezó a rearmar su propia estrategia político sindical por afuera de la CGT, los “gordos” e independientes, siempre necesitados de estar cerca de la mirada oficial, ya sea Cristina Fernández de Kirchner o cuando Alberto Fernández tenía alguna chance de utilizar la lapicera que nunca usó.

La Mesa Nacional Sindical Peronista es el ámbito que supera a la propia Federación de Trabajadores Gastronómicos, que ya dos veces lo aclamó como candidato presidencial. "Y el PRO desaparece cuando pierda la Ciudad contra Martín Lousteau", se entusiasma el dirigente gastronómico quien, en su momento, acompañó a Mauricio Macri en su precandidatura presidencial. Eran los tiempos que en el que el propio Hugo Moyano, junto con el fallecido Gerónimo "Momo" Venegas participaban con el entonces candidato de Cambiemos, de inauguraciones en conmemoración a Juan Domingo Perón.

La apuesta máxima de Barrionuevo, a la que suele aportar su amigo Nosiglia, es que De Pedro sea el futuro presidente, Axel Kicilof sea reelecto gobernador y Lousteau jefe de Gobierno. Hace un año que le insiste a todos con la misma triada.

"Mirá vos, me trataban de loco", le confesó a De Pedro en su último encuentro en Mar del Plata. Para el gastronómico, la vicepresidenta "ya lo eligió como el candidato" y "todos van a estar encolumnados con él". No lo dice, pero su instinto sabe que siempre se lo relacionará con los inicios en el peronismo de Sergio Massa a través de Federalismo y Liberación en General San Martín.

Pero, a pesar de lo cercano que fueron, desde hace más de una década que no se consultan nada. Los dos piensan exactamente lo mismo el uno del otro. Se conocen muy bien. Como cuentan los que creen en muchas teorías "parece que tomaron más de una vez del mismo vaso".