La "batalla del cartón" que involucra a 150 mil trabajadores

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La Federación de Cartoneros señaló que la importación pone en riesgo el empleo y los ingresos de las familias que viven del reciclaje.

Las cooperativas nucleadas en la Federación Argentina de Cartoneros, Carreros y Recicladores (FACCyR) advirtieron que “peligra el reciclaje en el país” ya que las empresas compradoras de cartón paralizaron la compra porque dicen estar “sobre-stockeadas” y, además, pretenden reducir el precio entre un 10% y 30%, después de cuatro meses de precios congelados y una inflación que no afloja. Esta situación pone en riesgo el trabajo de más de 150.000 recicladores y recicladoras en todo el país ya que la venta de cartón representa un 60% de sus ingresos, según señalaron desde la federación.

Esto provocó en los últimos días un fuerte cruce entre Juan Grabois, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), y el ministro Matías Kulfas, a cargo de Desarrollo Productivo. “El genio de Kulfas habilitó la importación de basura norteamericana y ahora de bobinas”, acusó el dirigente social. El ministro respondió que “no es la primera vez que se agrede sin fundamento, recurriendo a información completamente distorsionada”, y aclaró que “las importaciones de residuos no son administradas por el Ministerio de Desarrollo Productivo sino por el Ministerio de Ambiente. "No tengo conocimiento de que dicho Ministerio haya aprobado la importación de ‘basura norteamericana’”, sostuvo.

Grabois reconoció también que el presidente Alberto Fernández “se comprometió a revisar la situación de la importación de basura y bobinas que "destruyen la industria local del reciclado y, particularmente, golpean a los cartoneros en su magro bolsillo. Espero que no crea a libro cerrado el diario de Irigoyen que le venden porque es objetivamente falso”.

¿Cuál es el punto central de la discusión? La importación del material que reciclan los cartoneros perjudica de manera directa a cientos de cooperativas y trabajadores independientes, y complica la única fuente de ingreso que tienen miles de familias que arrastran décadas de exclusión.

Con el argumento del sobre-stock, las dos principales compradores de cartón, Cartocor, de Arcor, y Smurfit Kappa, que concentran el 60% de la producción y con un alto nivel de incidencia en el mercado de alimentos de los sectores populares, empezaron a extender los plazos para el retiro de cartón de las cooperativas de recicladores y de los galponeros que le venden a estas industrias. En el caso de los galponeros de las zonas urbanas, la compra de cartón disminuyó o directamente se paralizó, con una baja en el precio de entre 30% y 50%, según la zona.

“Sufrimos una desigualdad constante. Nosotros hoy podemos alzar la voz y pelear en conjunto como federación, pero hay un montón de compañeros que en esta crisis tienen como única salida el cartoneo”, explica Matías Capoblanco, cartonero y referente de la FACCyR, en diálogo con El Destape. Él, como la mayoría de sus compañeros y compañeras, comenzó a cartonear con la crisis del 2001, en pleno estallido social, cuando tenía apenas 12 años, en una quema de chatarra en La Tablada. 

¿Qué nivel de ingresos puede generarse un cartonero organizado en una cooperativa? Matías Capoblanco detalla que “en la cooperativa programan turnos de cuatro horas, ya sea en planta, promoción ambiental o en las rutas. Algunos pueden mover 50, 80 kilos, y otros que se la rebuscan el triple y pueden traer 200 kilos. Eso es una luca y media, dos lucas por día en los buenos días”.

“Ante la incapacidad de acopiar este material, por una cuestión de espacio pero también económica, presionan para disminuir el precio y estirar los plazos de pago”, explicó Alicia Montoya, parte del equipo técnico de la Federación y presidenta de una cooperativa.

Las empresas también argumentan que importan el material porque es de mejor calidad que el recuperado por los cartoneros. “El cartón que entregan los cartoneros, el que recogen en Córdoba, Rosario, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, La Plata, en la Ciudad de Buenos Aires, es el cartón que sale de los supermercados”, por lo tanto, el material que fabrican las mismas empresas, tal como explicó Montoya.

Entre 2021 y 2022 subieron 49% las importaciones de bobina de papel kraft y 285% las de papel acanalado (corrugado), según detalló Grabois en una nota publicada en ElDiarioAr este domingo. “También sustituye el material de la industria papelera nacional. Le tira el salario abajo a los cartoneros que no tienen un ingreso fijo, salvo en los casos en que estén cooperativizados”, agregó el dirigente social.

Kulfas, por su parte, argumentó que si bien “importa determinadas especificaciones de papel y cartón (bienes finales, no residuos) que no se producen en el país y son necesarias para las industrias”, y que esas importaciones “se vienen reduciendo y cayeron 29% en la última década”, según dijo el viernes en declaraciones a Futurock.

La federación de cartoneros considera que las medidas de protección frente al mercado exterior como las que se aplican a la industria textil deberían extenderse al reciclado. “No sólo protegeríamos puestos de trabajo y el ambiente, sino también las escasas reservas de moneda extranjera”, agregaron.

Además, advirtieron que esta dinámica no solo genera una crisis en el sector sino que profundiza la crisis ambiental y económica en cada municipio del país. El circuito que describen es el siguiente: los recicladores no pueden vender el cartón que recuperan, los municipios deben pagar más por el transporte y enterramiento y se multiplican los basurales a cielo abierto

Desde la FACCyR insistieron en la necesidad de avanzar en la implementación de un Plan Nacional de Reciclado, tal como le plantearon a los ministerios de Desarrollo Productivo y al de Ambiente, a cargo de Juan Cabandié, pero advirtieron que “desgraciadamente, no hemos sido oportunamente escuchados y un año y medio después nos encontramos ante una crisis laboral y ante un posible colapso en la gestión de residuos”.

Explicaron que, históricamente, las importaciones de recorte de papel y cartón jugaron como reguladores del precio interno de estos materiales. “Durante la gestión del macrismo, se intentó liberar las importaciones de residuos, asimilándolos como insumos de producción, con el único objetivo de llevar el precio interno a valores internacionales. Frente al argumento que se debería ajustar el precio interno al precio internacional, es bueno recordar que en distintas áreas de producción (industria textil, acería, aluminio) se protege el trabajo argentino ya que claramente la Argentina no está en condiciones de competir con países como China, Estados Unidos, etcétera”, dijeron desde FACCyR.

Ante esta situación que consideraron “gravísima”, propusieron la conformación de una mesa con los ministerios de Producción y Ambiente para acordar una salida de emergencia para proteger unos 150.000 puestos de trabajo; un Plan Nacional de Reciclaje, con apoyo a municipios y cooperativas de todo el país; y avanzar en la sanción de una Ley de Envases con Inclusión Social, proyecto que ya fue presentado en el Congreso.

"El proyecto de Ley de Envases presentado por el Ejecutivo Nacional en el Congreso en octubre del  2021, sigue siendo una herramienta estratégica para dar una salida al problema de la gestión de residuos, con reciclaje inclusivo y en el marco de una verdadera economía circular. Impulsar su debate es una tarea urgente. Sin ley de envases, continuaremos poniendo parches y haciendo que la crisis la paguen los que menos tienen", agregaron.

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