Se ha firmado un reajuste para los trabajadores de seguridad privada que impactará en los bolsillos de los trabajadores en los meses de diciembre, enero y febrero próximos. Al salario neto de un vigilador que hoy ronda los $91.200, se le adicionará un 15% en diciembre, ($103.200 neto, $120.000 bruto), un 11% en enero ($115.200 neto, $132.000 bruto) y un 5% en febrero, llegando a esa instancia a $121.600 de bolsillo o su equivalente en un importe bruto de $142.000.
Inflación interanual VS salarios.
Por más que los responsables de la firma de la recomposición salarial intenten vender este hecho como "un gran triunfo de los trabajadores", los números no mienten. Tomamos como referencia el mes de septiembre ya que los datos oficiales de la inflación llegan hasta ese mes del 2022. Ahora bien, si hacemos el cálculo interanual inflación - salarios desde septiembre del 2021 hasta septiembre 2022, encontramos que el salario neto de un trabajador de seguridad era de $48.600 al inicio de nuestra comparativa y al final de la misma, paso a ser de $82.200 lo que representa un incremento del 70%. Por otro lado, el cálculo de la inflación interanual en el mismo período informado por el INDEC, arroja un avance inflacionario del 83%, haciendo que el salario de un trabajador de seguridad privada que ya en septiembre del 2021 estaba un 45% por debajo de la línea de la pobreza, (CBT sep 2021 $70532 - salario neto $48.600) haya perdido 13 puntos contra la inflación interanual del 2022, por lo tanto no existe tal recomposición que signifique un "gran triunfo para los trabajadores", sino por el contrario, los salarios de los vigiladores continúan en caída libre.
Al respecto, el Bloque Nacional de Seguridad Privada anunció que saldrá a confrontar estos incrementos pactados con movilizaciones en distintos objetivos de las principales empresas de seguridad integrantes de CAESI y al Ministerio de Trabajo quien es responsable de homologar salarios por debajo de la línea de la pobreza para los vigiladores en contrasentido con lo declarado por la misma Ministra de Trabajo, Kelly Olmos, quien expresó recientemente que “es un imperativo trabajar para que los salarios mejoren” y ante la situación de los salarios que no llegan a alcanzar la canasta básica de alimentos enfatizó: “hay que trabajarlo no solo porque lo planteó la vicepresidenta Cristina Kirchner”. Pese a las declaraciones de la ministra, la cartera de trabajo continúa convalidando salarios a la baja y para colmo de males, con dirigentes ilegítimos que ya deberían haber desocupado el cargo que ostentan al frente de UPSRA.
El armado sindical de Christian López y Leónidas Requelme expresó que insistirán con una recomposición salarial que saque a los trabajadores de la línea de la pobreza compuesta por incrementos paritarios, adicionales y bonos de fin de año.
La gravedad de la situación en el interior se acrecienta a niveles alarmantes.
Consultado sobre el tema, Christian López expresó que "las empresas del interior de la provincia de Buenos Aires y en general las del interior del país incumplen sistemáticamente los acuerdos paritarios abonando salarios por debajo de la línea de la indigencia. Aun no pagaron los incrementos paritarios de mayo y tampoco se vislumbra esperanza de que cumplan con esta nueva renegociación firmada ayer" expresó el líder moyanista dejando entrever que los que plasmaron su firma en la renegociación paritaria, tanto García como el Ministerio de Trabajo, se asemejan más a una lapicera vacía que carecen de capacidad y voluntad de control para que los sectores empresariales cumplan con la ley.
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