Desde clubes pequeños del ascenso hasta los más importantes de la liga profesional del fútbol argentino contratan seguridad privada. A los trabajadores que realizan estas tareas los vemos en cada partido, controlando los ingresos de los estadios o con los clásicos chalecos fluorescentes de espaldas al campo de juego y mirando hacia las tribunas.
Una noble tarea la de estos trabajadores cuya misión es cuidar a quienes concurren a los estadios argentinos a alentar a sus equipos favoritos, excepto por un detalle: la mayoría de los clubes de fútbol, por no decir la totalidad, contratan para este trabajo a empresas que no registran, o registran parcialmente en los mejores casos, a sus empleados.
En las innumerables recorridas que el Bloque Nacional viene realizando tanto en el conurbano bonaerense como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en casi la totalidad de los casos se detectaron trabajadores en condiciones de informalidad y totalmente precarizados, los cuales son empleados en negro, algunos bajo la modalidad eventual, otros sin registrar ni en la AFIP, lo que conlleva trabajadores sin aguinaldo, vacaciones, obra social y ART; ni en el Ministerio de Seguridad, organismo que es encargado de extender las habilitaciones correspondientes a toda persona que se desempeñe en el ámbito de la seguridad privada.
Lo llamativo del caso es la falta de requerimientos por parte de los clientes, en este caso grandes clubes del fútbol argentino, los cuales no poseen aparentes impedimentos económicos, a estas empresas de seguridad en cuanto a las habilitaciones necesarias para prestar el servicio, y más llamativo aun, es la inacción de los organismos encargados de fiscalizar y penalizar este tipo de faltas.
Por esta razón, el Bloque Nacional de Seguridad Privada anunció que implementará las acciones necesarias, sean tanto gremiales, ministeriales y/o judiciales con el fin de que tanto los empresarios de seguridad como los clubes de fútbol regularicen de forma inmediata a los trabajadores que prestan servicios en esos ámbitos.
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