La presidenta de Fesprosa, María Fernanda Boriotti, detalló la situación de profesionales en el sistema de Salud, luego de que el Ministerio publicara el sábado los resultados de las residencias médicas 2024. «Si bien aumentaron en un 15% las personas que se presentaron a rendir el examen respecto del año pasado, todavía faltan profesionales en varias especialidades críticas».
María Fernanda Boriotti, presidenta de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa), respondió en Tiempo Argentino a una nota publicada en el diario Clarín sobre la evolución de vacantes y aspirantes a las residencias médicas, basado en los datos publicados por el Ministerio de Salud sobre el examen de este año.
La dirigente aseguró que si bien la cartera da cifras generales sobre las residencias del equipo de salud, «aún falta información sobre las especialidades no médicas, muchas de ellas en estado crítico, sobre todo la de enfermería, que sigue siendo el gran déficit del sistema de salud argentino».
Boriotti remarcó que esos 15 puntos que aumentó la cantidad de aspirantes a residentes que llama ligero «no alcanza a resolver el problema de las residencias vacantes que se vienen repitiendo en los últimos años».
Desde su perspectiva, esa caída en picada se debe a que el salario de los residentes no cubre ni el 50% de la canasta familiar de consumos mínimos, según los últimos cálculos de ATE-Indec. Es decir, el deterioro salarial es central en la crisis de falta de profesionales de salud.
«Hoy en día un profesional que ha estudiado una carrera universitaria de seis años y que se acerca a los 30 años de edad no puede darse el lujo de trabajar 60 horas semanales, con guardias incluidas, por 750 mil pesos de sueldo, que es el salario de ingreso de un residente en la provincia de Buenos Aires y en el Estado nacional. Del total de residentes, el 70% son mujeres con responsabilidades de familia», describió Boriotti.
Pero lograr sustentar la residencia no es todo. Cuando la terminan, explica Boriotti, los niveles salariales que «siguen estando por debajo de las necesidades de una familia tipo y, en el sector público, una explosión de la demanda, producto de una pobreza que ronda el 55% (según datos del Indec), y que ha empujado a muchas personas y familias a abandonar la atención privada».
Es decir, «ofertas de trabajo con bajos salarios, sobrecarga horaria, precarización laboral y cero estímulos para sumarse a las especialidades que requieren de muchos trabajadores y que cubren las necesidades básicas de la población». Se refiere especialmente a la clínica médica, la pediatría y la medicina familiar, áreas para las que «los aspirantes a la residencia son exactamente la mitad de los cargos ofrecidos». La situación se agudiza en los centros de salud más alejados de los centros urbanos y en las zonas desfavorables que ya no cuentan con buenos apoyos económicos.
«Durante años, las organizaciones sindicales, en particular la Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa), hemos pedido una paritaria nacional para encarar el problema de un modo integral. Vacantes de residencia, especialidades, salarios de residentes, oportunidades laborales y estímulos, pisos de derechos y de salario de todos los trabajadores de la salud y el financiamiento de todo el sistema sanitario tienen que ser encarados en una paritaria nacional».
«Todos los gobiernos de la democracia, y en particular a partir de la década del noventa, se han negado sistemáticamente a abrir un ámbito de discusión de este tipo. Por lo tanto, se vuelve imposible encarar una política integral de recursos humanos que pueda resolver la situación y mejorar, así, la oferta de servicios públicos para la población argentina», concluyó Boriotti.
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