La Comisión de Defensa de la Competencia (Coprodeco) recibirá a la Federación Obrera de la Industria Frigorífica y Afines (FOICA) este jueves 22 de febrero.
Hasta la semana pasada, ninguna autoridad de la citada Comisión se había dispuesto a convocar a las representaciones obreras del sector cárnico, para conocer su parecer frente al sonado caso de la compra de tres frigoríficos de Marfrig por parte de Minerva Foods.
Frente a este silencio, la Rel UITA solicitó una reunión para que la Coprodeco recibiera a nuestra organización afiliada, que representa a uno de los principales actores dentro de la cadena productiva: las trabajadoras y los trabajadores frigoríficos.
La Comisión accedió a la solicitud y recibirá a los dirigentes obreros en la tarde de hoy, y aunque la reunión fue un pedido que salió desde las organizaciones sindicales, puede ser tomada como una buena señal de parte del organismo encargado de dictaminar si la operación procede o no.
“No hay ningún inciso o artículo que hable de las condiciones y la protección de los trabajadores y trabajadoras cuando se aprueban este tipo de transacciones”, declaró Martín Cardozo, presidente de FOICA.
Luces rojas
“Son innúmeros los casos de fusiones de empresas, que además de generar una concentración monopólica en el mercado, impactan directamente en reestructuras sobre las plantillas, los salarios y las condiciones de trabajo”, agregó el dirigente.
A fines de agosto de 2023 la transnacional brasileña Minerva Foods adquirió tres plantas frigoríficas en Uruguay de su competidora Marfrig, también de capitales norteños.
La operación, que encendió alarmas entre sectores empresariales, productores, trabajadores y organismos gubernamentales, se enmarcó en una compra regional de otras 13 unidades, 11 en Brasil, una en Argentina y una en Chile.
En noviembre del mismo año, Minerva solicitó a la Comisión de Promoción y Defensa de la Competencia de Uruguay el análisis de la adquisición para saber si esta infringe la normativa nacional sobre concentración.
El organismo técnico, que depende del Ministerio de Economía y Finanzas, definió el lunes 20 que la investigación pase a una “segunda etapa”.
La Ley Antimonopolio fue aprobada en 2007 por el primer gobierno de Tabaré Vázquez (Frente Amplio) tras presiones del movimiento obrero luego que la transnacional −oh casualidad− también brasileña AmBev comprara las fábricas de cerveza Norteña, Patricia y Pilsen e inmediatamente después dispusiera el cierre de la ubicada en Paysandú (Norteña) impactando gravemente a los trabajadores, sus familias y la economía local.
Nueva información
Según se explica en la resolución publicada el lunes por la Coprodeco, en esta segunda instancia se requerirá nueva información a las partes y a terceros, “sobre la base de las consideraciones” que efectuó la empresa interesada.
En ese marco, el análisis de los efectos de la operación “debe incorporar las participaciones de mercado de las empresas, la concentración en los mismos y otros factores tales como las barreras a la entrada en el sector, la contestabilidad de los mercados, las modalidades de abastecimiento, producción, logística, comercialización y distribución de las empresas, las ganancias de eficiencia asociadas a la operación, entre otros aspectos relevantes”.
Por otra parte, en la comisión se entiende “oportuno” incorporar en el análisis las condiciones para la exportación e importación de ganado en pie y de carne, “desde y hacia Uruguay”.
Productores rurales, defensores del consumidor y vendedores de carne presentaron a su vez una demanda colectiva ante el órgano regulador de la competencia de Uruguay, para impedir el negocio entre las brasileñas Minerva y Marfrig que otorgaría a la primera el control de la faena cárnica del país.
Desde filas empresariales hay coincidencia en que, de aprobarse la transacción el impacto sobre el mercado será muy negativo. De los trabajadores poco se habla, pero si nos remitimos a los antecedentes sobre este tipo de operaciones, el resultado es, a las claras, desfavorable.
Es inevitable recordar lo que sucedió hace algunos años en el sector cervecero con AmBev, hoy transformada en el gigante AB InBev. Los trabajadores y las trabajadoras fueron apenas números en el engranaje capitalista y en la lógica de crecer dinamitando plantas.
Comentá la nota