La caída del modelo sindical argentino que, por ahora, el Congreso no quiere

La caída del modelo sindical argentino que, por ahora, el Congreso no quiere

Para el especialista en mercado laboral, la Argentina necesita urgente frenar la reelección de los sindicalistas, más libertad en las obras sociales y transparencia en los fondos de los sindicatos.

 

JUAN PABLO CHIESA

 

El Gobierno de Javier Milei comunicó que no acompañaría el dictamen para reformar la ley de Asociaciones Sindicales que buscaba limitar el poder de los gremios y sus eternos mandatos. Veamos que es la libertad y la democracia sindical y que modelo tiene nuestro país. La libertad y la democracia sindical son un derecho esencial para darle nacimiento a los sindicatos y especialmente para un desarrollo y funcionamiento, totalmente, independiente respecto al Estado.

 

Los propósitos y los fines de los sindicatos deben ser propios de organizar y representar a los trabajadores de su rama y/o actividad. Esta situación en la Argentina no ocurre en particular.

Los propósitos y los fines de los sindicatos deben ser propios y orientados a organizar y representar a los trabajadores de su rama.

FOTO: MDZ.

El modelo sindical argentino, creado en 1945, fue desarrollado como un método para proteger la libertad y la democracia sindical.

El régimen de unicidad sindical (modelo actual argentino) significa la posibilidad de organización y de actuación de un solo sindicato. (generalmente el más representativo), otorgándole el Estado la afamada "Personería Gremial".El régimen de pluralidad sindical se configura cuando se pueden formar varios sindicatos dentro de la misma rama y/o actividad. Es el modelo de Uruguay, España, Francia, etc. Con este modelo varios gremios tienen la "personería gremial".

No cabe duda de que existe una crisis en el modelo sindical argentino que se desenvuelve en torno al principio de concentración de poderes de los sindicatos con personería gremial, confiriéndole el derecho exclusivo de sentarse a negociar. Este modelo sindical argentino, no asegura la fuerza de la acción sindical; no cumple con la democracia sindical y no se adapta a los principios de la libertad sindical consagrados en los convenios de la Organización Internacional del Trabajo.

Vemos cómo se otorga mayor preponderancia a la normativa internacional vigente, y es ésta, que es citada por la Justicia argentina impulsando, lentamente, a la modificación de las leyes sobre asociaciones sindicales torciendo este arquetipo.

TE PODRÍA INTERESARPunto por punto: cuáles son los cambios que llegan con la reforma laboral impulsada por Milei y ejecutada por SturzeneggerUn proyecto de ley sube condenas por incendios: "Que sepan que si hacen fuego, van presos"Podemos decir que estamos en la necesidad de una reforma de las leyes de envoltura sindical.En 1956 se intentó, sin éxito, imponer el modelo de pluralidad sindical.El derecho sindical es un derecho complejo de acción y de organización en defensa de los intereses de los trabajadores.En Argentina tenemos un conglomerado de situaciones nefastas: la perpetuidad de poder en los sindicatosLa libertad y la democracia sindical deben estar al servicio de fortalecer la acción de los gremios y no su atomización.Existe una crisis en el modelo sindical argentino. Foto: MDZ.

En la Argentina la dirigencia sindical es una casta de funcionarios millonarios y privilegiados ajenos a cualquier realidad de los trabajadores que dicen representar. Sus privilegios y su estilo casi "gánster" es el que permite asociar a los burócratas sindicales con las mafias pesadas de la escoria sindical. Se viola la libertad sindical cuando se impone la negociación de paritarias a pautas impuestas por planes en contra de los trabajadores.

Se viola la libertad sindical cuando se utiliza a la Justicia Federal para intervenir sindicatos.Se viola la libertad sindical cuando con total arbitrariedad se decide a qué sindicatos se le da la personería gremial, y a cuáles no. En Argentina no hay libertad sindical

Pareciera que, la etapa en que la libertad sindical estaba condicionada por la represión política de turno está llegando a su fin. 

Es evidente que la Justicia en Argentina ha establecido pronunciamientos que, en cierto modo, alteran el modelo sindical nacional y destronan a la ley de asociaciones sindicales, que se mantienen vigente, merced a la soberanía política de turno. No hay quien ponga en duda hoy la necesidad de la independencia de los sindicatos frente a la empresa y al Estado. 

Sin pluralismo, sin competencia, sin privilegios de vedas estatales, no hay libertad ni democracia en el sindicalismo argentino.

Juan Pablo Chiesa.

* Juan Pablo Chiesa es abogado especializado en Empleo y Políticas Públicas, escritor, docente y presidente de Aptitud Renovadora. 

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