La empresa Canteras Cerro Negro, una de las más importantes del sector ceramista en Argentina, despidió a 96 trabajadores de su planta en Olavarría, apenas un día después de que la Cámara de Diputados aprobara el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La medida generó un fuerte rechazo por parte del Sindicato de Obreros y Empleados Ceramistas de Olavarría (SOECO), filial de la Federación de Obreros Ceramistas (FOCRA), que denunció la situación ante el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires. Como respuesta, la cartera laboral intervino y dictó la conciliación obligatoria, mientras los trabajadores realizaban una huelga desde la llegada de los primeros telegramas de despido.
Un conflicto con antecedentes
Desde el gremio advierten que esta situación no es nueva y denuncian que el sector viene sufriendo el impacto de políticas que promueven la desindustrialización y favorecen la importación de productos que podrían fabricarse en el país.
Canteras Cerro Negro es propiedad del holding Sociedad Comercial del Plata SA, un grupo argentino con inversiones en construcción, energía, agroindustria y bienes raíces. En 2024, la compañía reportó ganancias por 66.420 millones de pesos, mientras que en diciembre del mismo año su subsidiaria Destilería Argentina de Petróleo SA (DAPSA) firmó un contrato con YPF para la comercialización de combustibles por 1.130 millones de dólares.
Un conflicto en puerta
Desde SOECO advierten que la lucha recién comienza y anticipan un conflicto prolongado en defensa de cada puesto de trabajo. "Estamos decididos a llegar hasta las últimas consecuencias", aseguraron desde el sindicato.
Por el momento, la conciliación obligatoria brinda un respiro, pero el conflicto en Cerro Negro sigue abierto y podría convertirse en un emblema de la resistencia sindical frente al nuevo escenario económico del país.
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