Además, “en el tercer trimestre de 2022 la tasa de empleo femenina superó el 47%, uno de los valores más elevados de la serie”, según el Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo de la Unsam.
Por
EUGENIA RODRÍGUEZ
Al mirar el proceso de recuperación de la actividad económica posterior a la pandemia por Covid-19 y lo sucedido en el mundo laboral, se destaca un incremento de la tasa de actividad y de empleo así como una reducción de la desocupación. En ese marco, el 38% de los nuevos puestos de trabajo creados en el último año fueron ocupados por mujeres.
Los datos se desprenden de un informe publicado por el Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín, que indican que para fines del 2022 continuaba la tendencia al alza en la participación de las mujeres en el mercado laboral registrado, luego del período de crisis por la pandemia. El dato saliente es que “en el tercer trimestre de 2022 la tasa de empleo femenina superó el 47%, uno de los valores más elevados de la serie”.
Ello debe analizarse considerado las desigualdades estructurales de género presentes en todos los ámbitos de la sociedad y de las que el mundo laboral no es ajeno ya que los datos de actividad y empleo son históricamente más bajos para las mujeres que para los varones, registrándose brechas en los tipos de trabajos a los que se accede, las condiciones, y los ingresos que se perciben.
En esa línea, el informe indicó que en materia de empleo las mujeres tuvieron “un incremento de 1,2 puntos porcentuales en el último año –con respecto a 2021- y de 3,2 puntos respecto del 2019”, lo que resulta “muy alto en términos históricos, siendo una de las tasas más elevadas desde el año 2003”.
Estos datos se inscriben en un contexto en el que, para ese período, la tasa de actividad general alcanzó el 47,6% y la tasa de empleo el 44,2%, llegando a porcentajes máximos que intentan desandar el proceso anterior en el que se duplicó la desocupación en el país (pasó de 5,9% a 9,7% en la etapa 2016-2019).
En valores absolutos, en el tercer trimestre de 2022 la cantidad de mujeres ocupadas alcanzó los 8,9 millones con un incremento interanual de 323 mil personas, en tanto que el desempleo fue de 7,8%, uno de los valores más bajos registrados para este indicador. Desde CETyD agregan también que este crecimiento en la cantidad de mujeres ocupadas supera en la comparación a aquellas que se incorporan a la población económicamente activa.
Un aspecto no menor es la desocupación en la franja etaria de 14 a 29 años, que encuentra mayores dificultades al ingresar al mundo laboral. Se registra una reducción general de dicha tasa que para las mujeres bajó de 18% en el tercer trimestre del 2021 a 16,6% en mismo periodo del 2022. Se encuentra aún 2,3 puntos por arriba de los varones jóvenes desocupados. Vale aclarar que las mediciones oficiales se realizan todavía en términos binarios por lo que no agregan datos de otras identidades.
¿Qué trabajos predominan?
El informe de la Universidad de San Martín señaló que “la cantidad de personas ocupadas en todas las categorías ya superó a los niveles de la pre-pandemia, destacándose el mayor dinamismo del empleo no registrado y el trabajo por cuenta propia, que fueron las más afectadas y también las que más crecieron en la recuperación post-pandemia”. La tasa de empleo no registrado en el tercer trimestre de 2022 se ubicó en 37,4%.
Lo anterior no solo tiene impacto en la vida activa sino también en el acceso al derecho jubilatorio. Según datos del CEPA, sólo 1 de cada 10 mujeres y 3 de cada 10 varones en edad jubilatoria están en condiciones de hacerlo, si se mira particularmente qué pasa con las mujeres de entre 55 a 59 años se observa que “el 46,1% no cuenta con ningún aporte” y solo “el 6,6% tiene entre 25 a 27 años de aportes”.
Lo anterior refleja la importancia de la política de moratoria que actualmente se encuentra frenada para su renovación en la Cámara de Diputados tras la negativa de la oposición para tratarla en sesiones ordinarias. En el año 2021 el 74,4% de quienes accedieron a una jubilación a través de moratoria fueron mujeres, mientras que para mediados del 2022 del total de las jubilaciones de mujeres el 85% fue mediante moratoria.
Otra variable a considerar tiene que ver con las llamadas brechas patrimoniales que evidencian desigualdades en la titularidad de propiedades. Del total de personas alcanzadas en 2019 por el Impuesto a Bienes Personales (grava el stock de riqueza acumulada) el 67% eran varones y el 33% mujeres, y si se mira el Aporte Extraordinario de las Grandes Fortunas, se observa que 3 de cada 4 aportantes son hombres.
Paritarias y género
El informe de CETyD analizó también la dinámica de la negociación colectiva y asegura que, cada vez con mayor frecuencia, se incorporan las demandas de género a la discusión. “La negociación colectiva es central para abordar los desafíos de las transformaciones del mundo de trabajo en los últimos años. Si bien la cuestión salarial es protagonista en las discusiones paritarias, algunos sectores avanzaron sobre otras temáticas”, destacó el documento y reflejó algunos ejemplos concretos.
En el caso de la Unión Obrera Metalúrgica y las cámaras empresarias del sector, se pactó un “acuerdo macro” que adecua el CCT 260/75 (que comprende a casi 300.000 trabajadores) a la Convención 190 de la Organización Internacional del Trabajo, que busca garantizar el derecho a ambientes laborales libres de violencia. Algunos de los objetivos del acuerdo son concientizar a trabajadores y empleadores en torno a la violencia y el acoso, promover el acceso a recursos para la intervención ante situaciones puntuales y realizar talleres de prevención.
Por su parte, el Convenio 1675/22 de la Federación de Sindicatos Unidos Petroleros e Hidrocarburíferos (SUPeH) incorporó una cláusula sobre violencia laboral y un apartado sobre protección a víctimas de violencia en el entorno familiar. En esa línea, pone a disposición herramientas de apoyo psicológico, médico, legal y económico.
En cuanto a brecha salarial, la Federación de Trabajadores Pasteleros, Servicios Rápidos, Confiteros, Heladeros, Pizzeros y Alfajoreros y la Asociación de Propietarios de Pizzerías y afines, modificaron el CCT 24/88 e incluyeron un artículo sobre retribución igualitaria que establece que el personal, con independencia de su género, percibirá igual salario por las mismas tareas.
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