Con mate en mano y luciendo una campera del “bicho”, Daniel “Tano” Catalano nos abre las puertas de su oficina en la sede de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE Capital).
Su pasión por el fútbol y Argentinos Juniors ya se percibe al ingresar al emblemático edificio de la calle Carlos Calvo: una imagen del Diego, de camiseta roja y melena frondosa, cuelga del techo alumbrando la entrada y clavándole la mirada a los que ingresan. Familiero, como indica su cuenta de Twitter, se puso a estudiar medicina china y su pasión por la educación lo recompensó, recientemente, con un diploma en Pedagogía y Educación Social.
Por: Emiliano Correia - Gustavo Sosa.
Catalano, quien representa a las y los trabajadores del sector público, pelea para que el gobierno acelere el pase a planta permanente “por paritarias o por decreto. Es realmente una torpeza pensar que alguien después de diez años tiene que concursar”, dice, y sostiene que la implementación del trabajo remoto puede generar un ahorro en el flaco bolsillo de las y los estatales: “Ir a trabajar implica invertir un 19% más del salario, para movilizarte y comer”.
Con una mirada integral de los problemas que golpean a nuestro país, el Tano sabe surfear en las turbulencias del Frente de Todos. Por eso afirma que “yo no soy anti nada”. Y que “yo siento que Cristina es la líder política y Alberto es la consecuencia electoral de la decisión de Cristina. Hay que trabajar para que el país no se vaya a la mierda, y en eso hay que hacer todos los esfuerzos posibles”. Resalta así que “el 17 de agosto la CTA sale a la calle a pelear contra los generadores de precios, a bancar a un gobierno popular, a tratar de que no se desestabilice la economía de nuestro país”.
¿Teniendo en cuenta que venimos de cuatro años de macrismo y dos años de pandemia, ¿Se recuperó el poder adquisitivo de las y los estatales durante este tiempo? ¿Cuál es la situación en el sector y cómo analizás los anuncios de Silvina Batakis? (N. de la R.: esta entrevista fue realizada días antes de que el presidente argentino Alberto Fernández decidiera hacer cambios en su gabinete, entre ellos el reemplazo de la ministra de Economía Silvina Batakis por el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa.)
En la cuestión salarial nosotros estamos 20% abajo del salario del año 2015, por lo menos los trabajadores nacionales. En la paritaria del primer año (2020) perdimos plata, el segundo año empatamos con la inflación y este año supuestamente deberíamos empatar o estar un punto arriba, yo lo dudo. Por eso, nosotros veníamos discutiendo fuerte la necesidad de una suma fija para elevar el piso salarial y sobre ese piso definir los aumentos en cuotas. La verdad que no quisieron. Hubo una parte del Ejecutivo que la veía, pero hubo diferencias con los otros gremios, que plantearon que si vos ponés una suma fija, achicás la escala. Para nosotros, esa posición es egoísta, porque el que menos gana debería tener un incentivo mayor de guita. No obstante, no abandonamos eso, seguimos peleando por la suma fija, que pensamos que puede ayudarnos a recuperar el 20% de la masa salarial perdida. No creemos en esta cosa de que con dos o tres puntos por año resolvemos la pérdida de poder adquisitivo que sufrimos. O ponés la plata o no la ponés. Sin descalificar la intención del Ejecutivo, pensamos que con el camino que tomaron no vamos a solucionar esta situación. Y con la ministra de Hacienda nos parece que todavía no sabe qué hacer. Vino a hablarle al mercado, a un mercado que no puede contener, que de hecho no lo está conteniendo. No estamos pudiendo pagar la deuda, no la vamos a poder pagar, y tampoco se está pudiendo sanear la economía interna. Ojalá tenga la posibilidad de escuchar a los sectores populares, porque cuando nosotros planteamos la nacionalización de las empresas energéticas, cuando planteamos una empresa nacional de alimentos, cuando planteamos que es sumamente importante acordar una estrategia de explotación del litio desde el Estado, cuando planteamos que tiene que haber laboratorios propios, sustitución de importaciones, una renta a las grandes fortunas que sea permanente, lo hacemos pensando en una mayoría que necesita resolver su situación económica, mientras que ellos siguen pensando en una minoría que maneja el país. Entonces, en la medida en que no haya un viraje, no sé si va a durar la ministra de Economía, porque no sé si va a durar el gobierno así. La presión social que hay es muy grande y cuando a vos te apretan de los dos lados es un quilombo, porque los sectores populares no morfan. No sé cuándo se publica esta nota, pero ayer en Rosario hubo amenaza de saqueos, y la policía se movilizó en toda la provincia. La particularidad es que a Rosario la maneja el narcotráfico, una cuestión para atender y mirar. Pero el hambre es genuino, legítimo y ahí está. Rosario es una de las ciudades más pobres del país. Si vos no podés resolver la situación de los de abajo y los de arriba te están ahogando, tenés un quilombo. Ojalá la ministra pueda elegir a los sectores populares y pueda actuar en consecuencia. Tampoco digo que no nos esté eligiendo. Digo que con los anuncios que hizo y con la situación que se vive, es muy difícil. Y por la experiencia y el recorrido que tiene la ministra, y por ser parte de un gobierno popular, nosotros queremos que se resuelva rápido. Por eso el 17 de agosto la CTA sale a la calle a pelear contra los generadores de precios, a bancar a un gobierno popular, a tratar de que no se desestabilice la economía de nuestro país.
¿Qué otros reclamos le están haciendo los trabajadores estatales al Estado empleador? ¿Hay otros temas en agenda además de la suma fija que mencionabas antes?
Hay una tonelada de temas, pero el pase a planta, para nosotros, es una prioridad y tiene que ser por paritarias o por decreto. Es realmente una torpeza pensar que alguien después de diez años tiene que concursar, es hasta una falta de respeto para el laburante. Vos después de diez años no tenés que demostrar que sos idóneo en la tarea que realizás, si no lo fuiste seguramente te hubiesen echado. Por eso tendrían que pasarnos a planta permanente y dejar de hostigarnos. Nosotros seguimos discutiendo con Función Pública, porque los concursos están, pero son muy lentos. Alberto se comprometió a pasar a treinta mil compañeros a fin del mandato, pero con los tiempos que se están manejando, con suerte vamos a alcanzar los veinte mil. Si ellos no pueden garantizar que los treinta mil pasemos a planta y tampoco pueden garantizar seguir en el gobierno, para nosotros es una condena a muerte, así que vamos a seguir peleando por eso. Otro tema, que para nosotros es urgente, es el teletrabajo. Se tiene que reglamentar y se tiene que instrumentar porque además el Estado no se preparó para recibir a los trabajadores públicos. Vos volviste después de dos años a tu oficina y está en peores condiciones. La pandemia no terminó y nosotros seguimos hacinados en los sectores de trabajo. Ir a trabajar implica invertir un 19% más del salario, para movilizarte y comer. Tampoco pensaron en eso. Entonces, te desestabilizaron la organización familiar, porque vos de un día para el otro tuviste que ver qué hacías con tu pibe o con tu piba, garparle a alguien que los vaya a buscar a la escuela, al jardín, etc. Te desordenó, la verdad que desordenó a muchos trabajadores y trabajadoras, y tampoco se tuvo en cuenta. También hay cosas que nosotros pensamos que están ahí latentes, y no se les presta atención y son importantísimas. Este gobierno tiene que materializar el 100% del cupo de trabajadores con discapacidad en el Estado, y el 100% del cupo de trabajadores trans. Lo tiene que hacer porque son parte de las conquistas históricas. Vamos a militar para eso porque queremos que se cumpla.
Siempre que se habla de déficit fiscal, de desequilibrio fiscal, inmediatamente se pone el ojo en el achicamiento del Estado…
Es el argumento que encontró la derecha en la Argentina porque ellos miran países donde el Estado está sobredimensionado. Estados Unidos, Francia, Inglaterra, no son estados chicos; son estados grandes, son estados que intervienen en la economía, en las empresas de transporte y en los servicios públicos. Acá en Argentina ellos demonizan todo lo que implica que esas empresas puedan estar en manos del Estado, porque dependen centralmente de los grupos económicos que gobiernan los países del norte. Demonizan todo lo que tiene que ver con el control del Estado, porque en verdad ellos lo que están discutiendo fundamentalmente son las políticas universales, como salud y educación, y no se animan a decirlo abiertamente. Cuando fueron gobierno reventaron el ministerio de Salud, y ahora hacen como que no pasó nada. Cuando ellos gobernaron, el ministerio de Educación dejó de discutir la paritaria nacional docente. O sea, atentaron directamente sobre las políticas universales en un país que tiene, como bandera, la salud y la educación. Son las grandes banderas, las conquistas históricas con las que no se puede retroceder. Pero es la derecha y ellos entienden que el Estado tiene que generar bienestar solamente a quienes pueden usarlo, que no es el pueblo, sino los grupos económicos que tienen todas las licitaciones atadas. Ayer escuchaba un reportaje que le hicieron al auditor de la Ciudad de Buenos Aires por el tema de los pliegos del acarreo de autos. La empresa de acarreo de autos le paga mensualmente a la Ciudad de Buenos Aires 50 mil pesos de canon. El Estado pone todos los trabajadores de control, los predios adonde te llevan el auto son del Estado... Y no pagan por eso, no pagan la energía y tienen subvencionado el 50% de los trabajadores que son de una empresa. ¿Cuánto gana la empresa? Quinientos palos por mes, y la Ciudad de Buenos Aires solo recauda 50 mil pesos. Y además paga el salario de toda la gente que labura, para cagarle la vida al que tiene un auto y lo deja en la calle. Son todos curros. Investiguemos quién carajo son estos tipos, que tienen una empresa que se lleva los autos de la calle. Larreta debería presentar la renuncia, porque además, fuera de joda, es un gobierno que tiene muchos años, no arrancaron hace tres días y se encontraron con este quilombo. El auditor es radical, debería ser peronista, trosko o del FIT, pero no radical. No puede ser de la misma fuerza política del gobierno el tipo que audita esta barbaridad. Ah, pero ahí no hay problema con el Estado, el Estado de la Ciudad de Buenos Aires gasta 8 millones por día en publicidad, mientras hay 23 mil empleados públicos que son monotributistas. Tenemos una ciudad que tiene un nivel de recaudación similar a San Pablo. Pensemos en la cantidad de guita que hay dando vuelta en la Capital Federal, ahí no se cuestiona si el Estado está sobredimensionado o no. El único Estado que puede estar sobredimensionado es el Nacional, el que genera derechos para los 45 millones de argentinos. El que tiene que generar derechos para 3 millones no está cuestionado. También hay que ver por qué nunca se ataca al Estado de la Ciudad de Buenos Aires, que es el Estado más torpe que existe en la República Argentina. Bueno, ahí se ve que se les cae el relato, con los profundos silencios que hacen. El catering de la ciudad de Buenos Aires lo hace la esposa de Larreta. ¿Cuándo vamos a charlar sobre ese tema? ¿Quién es el señor o la señora que pone esas horribles macetas en la calle? Bueno, son cosas que hay que ver, hay un Estado bobo que habría que repensarlo, mejorarlo, que habría que ponerlo en perspectiva para garantizar derechos, y no se lo mira, se mira al otro Estado, porque responde a un gobierno popular. Al Estado que responde a un gobierno gorila no se lo mira, y habría que mirarlo porque la verdad, que haya pobres en la Ciudad de Buenos Aires es una definición política.
En el terreno político, ¿cómo estás analizando tanto la política nacional como el funcionamiento de la coalición del Frente de Todos?
Un desastre. Yo creo que el Estado nacional está paralizado y creo que está paralizado porque se repartieron los ministerios y lo que no hubo nunca fue una articulación en el reparto. Se pusieron de acuerdo en lo que necesitaba cada organización y se olvidaron de articularlo. Vos podés repartirte los ministerios, sos una coalición política, sos un frente político, pero en base a un eje de trabajo. Nunca se notó en estos años ese eje de laburo, salvo en la cuestión sanitaria. Si el gobierno no hubiera instrumentado lo que instrumentó para que haya respiradores en los hospitales, que los hospitales se vuelvan a abrir, que haya habido un ministerio fuerte, que investiguemos la vacuna, que ponga guita en Ciencia y Tecnología, está claro que hubiéramos tenido más pérdidas de las que tuvimos. Yo creo que el resto del Estado está paralizado y eso es una irresponsabilidad porque nosotros necesitamos un Estado muy activo y el Frente de Todos no logra ese nivel de síntesis. Que nosotros hoy tengamos Fabricaciones Militares todavía paralizada, existiendo la voluntad política del Presidente de reincorporar al total de los trabajadores, es desidia de todos los que están abajo. Que nosotros no podamos lograr que los trabajadores de agricultura familiar vuelvan a trabajar después de que el Presidente diga “Che vuelvan a trabajar” y que te digan que el presupuesto no lo permite, habla también de una definición política de mirar para otro lado. Nosotros necesitamos que los pequeños productores vuelvan a tener una articulación con el Estado, que la tienen a través de Agricultura Familiar. ¿Por qué no vuelven esos laburantes? ¿Por qué Salta y Santiago del Estero quedaron desprotegidas cuando hay una decisión del Presidente de que eso camine? Esta situación habla de la desinteligencia y la falta de articulación. ¿Por qué no se pone el acento en esto? Resolver uno a uno los problemas, para poder lograr que el Estado salga de la parálisis. Durante la pandemia se le dieron muchas responsabilidades a los movimientos sociales en el marco de la política pública y tenemos un montón de compañeros y compañeras en el territorio que no tienen funciones porque fue reemplazado el rol del trabajador y la trabajadora social por la organización social ¿No se puede articular? ¿No puede convivir eso de una manera armoniosa? El resultado es un empleado público sin funciones y la organización social llevando adelante esas tareas. Así con cada ministerio estamos atravesando una gran desarticulación del FDT. Después te encontrás con que el Congreso de la Nación saca una paritaria ejemplar, Anses y PAMI lo mismo y nosotros, los que estamos atados a la función pública, que somos la paritaria más grande, tenemos una paritaria siempre por debajo. Y entonces cuando vos mirás cómo es la articulación de quiénes conducen la política es mejor discutir salario con Cristina que con Alberto porque todos los organismos que dependen del espacio político de ella, logran mejores condiciones salariales que las que tiene hoy Alberto. ¿No hay un lugar donde nos podemos poner de acuerdo y todos tengamos un salario buenísimo, o una paritaria buenísima como los que alcanzan los compañeros del Congreso de la Nación? Uno tiene que mirar con la perspectiva de estar mejor, no peor. No queremos que los trabajadores del Congreso tengan nuestra paritaria. Nosotros queremos tener la de Congreso. Hay que ir adonde los compañeros están negociando mejor. ¿Por qué esa desinteligencia? ¿Por qué se labura de esa manera? ¿Cuál es el sentido por el cual siendo del mismo espacio político vos no podés tener una armonía, inclusive para ponerte de acuerdo en algo tan central como el salario? Si el ministerio de Trabajo ve que su espacio político logra una paritaria buenísima en una parte del sector público la tiene que replicar en el resto, no demonizarla. No demonices esa paritaria y poné la guita para que todos tengamos la misma posibilidad. Es realmente angustiante, porque vos vas a discutir con el diario del lunes. “Es lo que hay”, te dicen. Yo encima, como no soy paritario porque ATE Nacional me echó de la paritaria, mis discusiones son paralelas con el Gobierno y me la paso en tensión permanente porque entre que los de ATE Nacional te entregan... no por dos centavos porque están justamente llevándose toda la guita del aporte solidario, entonces van a firmar con los ojos cerrados cualquier estupidez que le pongan arriba de la mesa. Pongamos el sentido común, en vez de firmar, rechacemos y pidamos que haya lógica en una paritaria que nos pueda abrazar a todos. ¿Cuál es el sentido de firmar por firmar? ¿Y la discusión política? ¿Y la posición? Porque además de las desinteligencias en el Frente de Todos, existen las desinteligencias de nuestro propio sindicato, ATE Nacional, que va sin posición política salarial. Se sientan en el ministerio de Trabajo a firmar lo que le ponen arriba de la mesa, no dicen qué es lo que quieren, no nos preguntan a los laburantes cuánto queremos ganar. Es un todo. Por suerte nosotros no somos un frente dentro del sindicato, no somos parte de esa lógica. Somos la oposición. Pero los tipos que van a firmar la paritaria son unos irresponsables, tienen la posibilidad de sentarse a discutir salario, entonces ¡discutan salario! Los changos te firman cualquier cosa con alegría: “pará campeón, si la guita ya la tenés en el bolsillo, ya te estás llevando la plata de los que no son afiliados, 25 palos por mes te llevás”. Nuestros afiliados no ven esa plata, nadie sabe dónde va esa guita y “si la guita ya la tenés en el bolsillo”, por lo menos no entregués a los laburantes. Eso es parte del quilombo que hay. El Estado está empobrecido, con una falta total de articulación y lo central es que no tiene rumbo político ¡Lo que nos costó sacar el financiamiento a la cultura! Se nos caían 950 mil puestos de trabajo. ¿Cuánto hubo que hacer para que eso suceda? ¿Tanto costaba ponerse de acuerdo? ¿Estamos discutiendo si le vamos a cobrar a Netflix, o a HBO? Los chabones se la llevan en pala, si abrís la aplicación desde un celular te cobran, y vos desde el Estado no estás regulando eso. ¿Por qué? ¿O alguien le está cobrando por el costado? No nos pueden tomar más de boludos, algo tiene que estar pasando acá, se tienen que dejar de joder.
Cuando Alberto fue a visitar a Milagro vos habías destacado el hecho como un acto de valentía. ¿Considerás que hay pocos actos de valentía?
No sé si son pocos, yo creo que son fuertes. Yo ese día le mandé un mensaje a Alberto destacándoselo. Porque además Alberto es uno de los pocos presidentes que se ocupó de Evo Morales y que ayudó a recuperar la democracia en un país que fue intervenido por Estados Unidos y donde está demostrado que el gobierno de Mauricio Macri colaboró con plata y armas para que se produjera el golpe de Estado. Además, se ocupó de traer a Facundo Molares a Argentina. Entonces, no sé si son pocos, son categóricos y son determinantes. Después vos me decís la reforma judicial… y sí, falta todo, claro. Yo esto también lo destaqué varias veces. Recuerdo que Alberto dijo: “Yo no vine acá para hacer una revolución o para generar grandes transformaciones”. A mí eso no me contiene. Yo creo que si llegás, tenés que hacer todo. Él nos puso límites: “Hola, yo llegué pero voy a hacer esto, no me pidan más porque no lo voy a hacer”. Pero nosotros también jugamos y queremos que haga todo, queremos que haga la revolución, que se pelee con los mercados, le seguimos diciendo que Vicentín tendría que estar en manos del Estado, y se lo vamos a decir cada vez que lo veamos. No nos hacemos los otarios frente a eso. Pero me parece que algunas de sus acciones no son menores. Por eso, no sé si hay mil hechos para plantear, aunque también es un Presidente que tuvo cierta apertura para brindarnos otro tipo de cuestiones. Nosotros por primera vez en este sindicato tenemos la posibilidad de tener un plan de vivienda. Estamos pasando a planta a compañeros y compañeras, y frente a una posición política de que el Estado es una mierda, el tipo está tratando de regularizar el empleo público. No son hechos heroicos, revolucionarios, pero tampoco los teníamos. Hay que mirar un poco todo. Hay una decisión política de no perder con la paritaria, y que hay que ganarle a la inflación, son definiciones categóricas. Nosotros veníamos de una etapa donde los compañeros perdían los puestos de trabajo y más del 30% de la masa salarial. Entonces, en perspectiva de cómo estábamos a cómo estamos… Está bien, quizás hay que pensar mucho para ir encontrando los hechos, pero estos, para mí, fueron determinantes porque fueron hechos de cara al mundo. Hoy vamos a tener un embajador en Venezuela y no es un dato menor, es todo un dato de la realidad, y además es un embajador que sale del sindicalismo, de la CTA de los Trabajadores. Es un dato importante a tener en cuenta. Son pequeñas cosas que pueden ser enormes. Dentro del Frente de Todos hay un anti-albertismo y también hay una parte que expresa anti-cristinismo. Yo no soy anti nada. Yo siento que Cristina es la líder política, y Alberto es la consecuencia electoral de la decisión de Cristina, y hay que trabajar para que el país no se vaya a la mierda, y en eso hay que hacer todos los esfuerzos posibles.
En el plenario de la CTA de los Trabajadores, en Avellaneda, Cristina resaltó tu labor y resistencia en defensa de los estatales, ¿Qué sentiste vos personalmente con ese reconocimiento?
En el momento me dio como vergüenza, me puse recontra colorado, no sabía qué hacer. Cristina es como “El Diego”, vos la ves, y es todo. De hecho, las poquitas veces que tuve un ámbito para charlar con ella, me costó hablar, porque estaba más atento a lo que ella podía decir, que a lo que yo podía expresarle. Tiene una autoridad que es increíble, a mí me pasa eso, es alguien que me deslumbra, que me genera mucha admiración. Me pasa con Hebe también. Ayer estuve con ella y no podía parar de escucharla, no se me ocurre nada ingenioso para decir, me pasan esas cosas. Yo de todas maneras, además de la vergüenza que sentí, para mí Cristina lo que hizo fue un reconocimiento a todos nosotros. No lo tomé en términos individuales, lo tomé en términos colectivos. Nosotros sufrimos muchísimo y creo que ella rescató ese sufrimiento, más que la resistencia. Porque también lo que se vio es ese dolor que ya es repetido, pero que nosotros no dimensionamos. Vos no entrabas al laburo; estaba la Policía Federal en la puerta, había una lista. Vos podés ver eso en cualquier película yankee y te angustiabas. Nosotros lo vivimos acá. Había un tipo o una tipa con uniforme que te decía “Usted no entra a laburar” y vos tenías tus cosas adentro y no las recuperaste nunca más, te volviste a tu casa. Hay una cosa ahí, de la imagen del momento, que creo que Cristina la tiene recontra latente, que fue cómo fuimos perseguidos, hostigados, reprimidos, despedidos y me pareció un acto de justicia que una líder política pueda pararse desde el dolor del pueblo, como algo significativo. Porque nosotros perdimos, y entonces uno aprende de la derrota pero no deja de ser una derrota. Ganamos cuando logramos constituirnos como gobierno pero hasta que no logramos eso fue todo una pérdida para los empleados y empleadas públicas. Nosotros movimos el amperímetro. “Mirá cómo pelean”, decían, y nos cagaron a palos. No estuvo bueno, pero ella se paró desde ese dolor que nosotros pudimos trasmitir en ese momento histórico. Por eso también toda nuestra preocupación de cara al 2023. No puede haber otra vez una experiencia como esa. Además porque nosotros pensamos que no es justo vivir con ese nivel de incertidumbre y de angustia en ningún puesto de laburo, ni público ni privado. Ya sabemos que van a venir por nosotros. “Ché gobiernen, déjense de joder porque en el 23 tenemos los días contados”, advertimos. ¿Qué hay que hacer? ¿Es por acá, por allá, por arriba, por el costado? ¿Cómo hacemos? Porque volver a esa situación no, yo la verdad que no quiero vivirlo. Cuando ganamos el sindicato acá, a los dos, tres meses ganó Macri, y yo me puse a llorar. Mi esposa me decía “¿Qué te pasa?” “Nos van a hacer mierda y no sé qué carajo voy a hacer con el sindicato”, le contestaba. Yo no quiero volver a pasar ese dolor pero no en lo particular, el dolor colectivo que teníamos, acá no paramos un minuto. No dormíamos en casa, estábamos en los ministerios. No se puede vivir así, eso tampoco es resistencia, es sobrevivir. No queremos sobrevivir, queremos vivir.
Hablabas del 2023 y es inevitable preguntarte por las acciones que se están llevando adelante desde el Poder Judicial. Más ahora que empieza a surgir la idea de un posible condicionamiento a Cristina ante una eventual candidatura para el año próximo. ¿Cómo analizás estas cuestiones?
Con mucha preocupación porque además ellos no solamente avanzan sobre la figura más emblemática que tenemos nosotros, sino que están preparando el terreno para hacer mierda todo. Cuando vos ves que la denuncia del juez Gallardo tiene tantos tropiezos… se espió a todo el mundo, la izquierda, la derecha, todos. Nosotros tenemos el 60% de la Comisión Directiva de ATE Capital en la causa de las cámaras de la Capital Federal. O sea que hubo alguien del gobierno porteño que cargó nuestros datos y los encontraron. Eso habla de que están preparando el terreno para algo más, se están preparando para otra cosa. Se están preparando para que nuestra líder no llegue, para que no pueda ser candidata, la quieren en cana y además están viendo cómo hacer una limpieza racial, no nos quieren libres. Entonces, que ellos ya tengan los resortes y los mecanismos para hacerlo es muy difícil de transitar. Por eso, es mucho el dolor que uno tiene. La flaca, Milagro, está en cana hace siete años. Así vos tampoco tenés la garantía de que peleás y tu espacio político te banca. Vos peleás y si te va mal, te va mal, y nosotros lo sabemos porque vamos a la cárcel todos los meses. Nosotros no dejamos tirado a nadie. Pero nuestro espacio político tuvo dificultades para hacerse cargo de su propia situación. Hay que mirar bien cómo se transita. Creo que Larreta, Macri, Milei, Morales, toda esa runfla, no especulan y además generan condiciones que a ellos les permiten seguir avanzando. Morales te cobra una multa de doscientos litros de nafta si marchás, te identifican en la calle “¿Quién es el responsable de la marcha?”, y ahora se hacen todos los boludos, porque obviamente donde identifican al líder… o quince días de arresto, o el equivalente al valor de la nafta. No hay plata para garpar, y además está legalmente avalado por la lógica institucional de Jujuy que hicieron que sea ley. Bueno, imaginate eso a nivel nacional. Van a tener que empezar a hacer cárceles, con lo que está la nafta. Porque además te meten al referente en cana y te empiezan a desmovilizar. En Jujuy por suerte hay una revuelta, hubo una marcha enorme hace unos días, hay como muchas ganas de volver a recuperar la calle, la gente empezó a perder el miedo.
¿Tenés expectativas que de la marcha del 17 de agosto, junto a la CTA y la CGT, pueda surgir alguna medida del gobierno contra los especuladores y los formadores de precios?
Yo siempre tengo expectativas. La verdad que sí, prefiero que me la bajen ellos. Todo lo hago con expectativas de que algo va a pasar, sino no convocaría nadie para el 17. Yo creo que el 17 de agosto tenemos que ser una marea de trabajadores y trabajadoras ganando la calle, y eso le tiene que dar un espaldarazo al gobierno para avanzar. Después sucederá lo que deba suceder, pero hay que hacerlo con esa convicción y con esa impronta. El 17 hay que salir, hay que decirle al gobierno “¡Acá estamos, dale, vamos!”. Si queremos pasar por la Corte, pasamos por la Corte, ¿adónde hay que ir? ¿Queremos pasar por la oficina de Blaquier? Vamos, no hay problema, estamos en la calle movilizados y que se sienta. Hay que poner una tonelada de gente en la calle, hay que hacerlo con mucha alegría, con mucho entusiasmo, sabiendo que estás peleando contra el poder real.
¿Y creés que hay tiempo para encarar unas elecciones en el 2023 con perspectiva, con posibilidades de ganar?
Yo lo voy a hacer. A pesar de las diferencias políticas, yo milité para que Scioli sea presidente, si hay algo que no me mueve el amperímetro es Scioli y le puse toda la onda. Para mí, hay que intentar todo, no hay posibilidad de que nosotros perdamos esa esperanza. Pobre Scioli, no digo nada en su contra, pero la verdad que jugaron en contra desde nuestro propio espacio político, dijeron, que vaya Scioli, que gane con lo justo, y después vemos... y perdimos. García Linera siempre nos enseña que un pueblo que no tiene esperanzas es un pueblo que no tiene rumbo político. Yo tengo esperanzas y debo tener esperanzas porque tengo dos hijos y no me permito no tener esperanzas. Si hay algo que nunca va a pasar es eso.
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