El consumo eléctrico en las grandes industrias argentinas experimentó una notable caída del 6,5% en marzo de 2024 en comparación con el mismo mes del año anterior, según el último informe de la CATHEDA. Este marcado descenso es especialmente pronunciado en el sector manufacturero, que registra una disminución del 14%, liderado por caídas significativas en los rubros automotriz, productos metálicos, construcción y textil.

Dentro del espectro industrial, el análisis específico por sector revela variaciones importantes. Los sectores de productos metálicos, construcción, automotriz y textil enfrentaron las mayores disminuciones, con caídas del 28,5%, 23,9%, 18,2% y 15,6%, respectivamente.

La demanda diaria de electricidad en la industria de alimentación, comercios y servicios también disminuyó un 4,1% interanualmente. En particular, el segmento de comercios y servicios sufrió una caída del 5,9%, mientras que el Transporte decreció un 5,7% y los alimentos y consumo masivo, 2,5%.

En contraste, la industria del petróleo y minerales registró una reducción del 8,6% en su consumo diario de electricidad. Sin embargo, Aluar emerge como una excepción en este panorama general de declive, con un aumento impresionante del 14,1% en su demanda de electricidad, lo que evidencia un crecimiento del 31,1% en comparación con marzo del año anterior.

En términos de apoyo oficial, el Estado destinó $6.999 millones para subsidiar al sector industrial en marzo de 2024. Este monto representa el 3% del total de los subsidios al sistema eléctrico, volviendo a los niveles históricos observados en febrero de 2023. Aunque los subsidios industriales han aumentado un 196,3% en comparación interanual, se percibió en el informe de la entidad que lidera el petrolero Guillermo Pereyra, una reducción del 79% respecto al mes anterior, reflejando una volatilidad considerable en el apoyo estatal al sector.

El panorama es complejo y la industria eléctrica plantea varios desafíos para el Gobierno y las empresas, quienes deben navegar entre la necesidad de estabilizar el consumo energético y promover la recuperación económica en sectores estratégicos afectados por la baja demanda.