• GESTO A LOS GREMIOS, QUE MIRAN CON PREOCUPACIÓN AL GOBIERNO.
• AYER CONFIRMARON PEDIDO DE BONUS GENERALIZADO.
El Gobierno cederá a la CGT el control de las obras sociales sindicales. Lo hará en los próximos días con la firma, demorada, de la designación de un técnico afín a los gremialistas al frente de la Superintendencia de Servicios de Salud. La nominación está en línea con las gestiones de reunificación de la central obrera, al contar con el visto bueno de los sectores de Antonio Caló y Hugo Moyano. Y apuntará a calmar la ansiedad del sindicalismo peronista que ayer, como anticipó este diario, resolvió pedir un bonus de fin de año para todos los trabajadores formales.
El elegido para la Superintendencia es Luis Scervino, director médico de la Obra Social de Obras y Servicios Sanitarios y un técnico de confianza del jefe de ese sindicato, José Luis Lingeri. La demora en la definición tenía hasta ayer dos explicaciones: por un lado, las tratativas de las empresas de medicina prepaga (un área que también es responsabilidad de la SSS) para condicionar el margen de acción del nuevo funcionario, y por otro la ausencia de renuncia de la actual ocupante del puesto, la santacruceña Liliana Korenfeld.
De todos modos, en la estructura del organismo y en el sector sanitario anoche daban por hecho que Mauricio Macricumpliría su compromiso con la CGT. De hecho, ayer Scervino visitó la Superintendencia y se presentó como nuevo jefe del organismo que cuenta con un presupuesto anual estimado de $ 7.000 millones y que tiene a su cargo la distribución de fondos millonarios entre las obras sociales gremiales. El puesto de gerente general (número dos del área) estaba reservado para Oscar Cochlar, un exfuncionario de la SSS y que también goza de la confianza de los sindicalistas.
El nombramiento recayó sobre Lingeri, el experto de la CGT en la estructura de financiamiento de las organizaciones de salud de los gremios. Esa condición, y la de haber sido titular de la ex Administración Nacional del Seguro de Salud (Anssal) en el Gobierno de Carlos Menem, le dio históricamente al directivo de AySA preeminencia entre sus pares a la hora de negociar con las sucesivas administraciones recursos para las obras sociales.
La garantía de la designación de Scervino transmitió ayer alivio entre los principales referentes de la CGT. El tema fue tratado en una reunión del Consejo Directivo de la central obrera que conduce Caló y que, como adelantó ayer este diario, tuvo como eje central el reclamo que se elevará al Gobierno de un bonus de fin de año. El monto no fue resuelto ayer pero se calcula que tendrá un piso de $ 3.000 para asociarlo con algunos de los adicionales demandados por sindicatos de la CGT.
Hasta ahora los primeros vínculos entre Macri y el gremialismo peronista fueron pendulares. El nombramiento deJorge Triaca al frente del Ministerio de Trabajo calmó la ira inicial que había disparado el primer nombre que trascendió, Jorge Lawson, un empresario de Córdoba con activismo en la Unión Industrial. También preocupó el amago de no modificar Ganancias y no conformó la exención dispuesta en el pago de ese impuesto sobre el aguinaldo de fin de año sólo en sueldos en bruto inferiores a 30 mil pesos. La demora en resolver la estructura de la SSS también generó inquietud.
Comentá la nota