Fue anfitrión de una amplia mesa que incluyó a sindicalistas y hombres del riñón de Fernández. Planea sostener el grupo y se acerca al presidente electo, fantaseando con quedar al mando de la central.
“Acá hay varios que van a ser ministros, pero no los quiero quemar”. La frase de Héctor Daer generó risas entre los que cenaban carne y vino tinto en el quincho de la sede del sindicato de Sanidad. El titular del gremio celebró su cumpleaños con un asado en el que reunió a buena parte del peronismo porteño, los sindicatos de peso y dirigentes del espacio del electo presidente, Alberto Fernández. Cuentan los presentes que Daer está jugando fuerte en dos frentes y que por eso será, de ahora en más, un anfitrión gastronómico y de tertulia política más frecuente. En primer lugar, busca profundizar su armado político en el ámbito porteño y, a la vez, trabajar fino para ser el próximo secretario general de la CGT.
Daer tiene proyectado sostener estas tertulias en el tiempo. Planea, al menos, reunir a este grupo cada dos meses. Mientras tanto, reafirma su cercanía con Fernández. Tras la cena del miércoles, este jueves mantuvo una reunión con él y se mostró a los abrazos caminando juntos por la calle México, allí donde está el búnker del Frente de Todos, en el barrio de San Telmo.
Haciendo gala de su poder de convocatoria, reunió a una parva de dirigentes de peso: Ginés González García, Jorge Arguello, Mariano Recalde, Claudio Moroni -presunto ministro de Trabajo de Fernández-, Juan Manuel Valdés, Juan Cabandié, Enrique “Pepe” Albistur, Victoria Tolosa Paz, Daniel Filmus, Víctor Santa María, Gisela Marziotta, Claudia Neira, Francisco Cafiero, Gabriel Fuks, el economista Miguel Pesce, Daniel Arroyo, Nicolás Trotta -coordinador de equipos técnicos de Fernández-, Dora Barrancos, Claudio Ferreño (primer diputado de la Ciudad), Julio Vitobello y Alberto Iribarne, todos amigos personales del presidente electo. También cenaron los dirigentes sindicales José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Omar Viviani (Taxistas) y Andrés Rodríguez (UPCN). Otro hombre importante que se sentó a la mesa fue el sacerdote Carlos Accaputo, el titular de la Pastoral Social. El cura, relevante en el armado del Pacto Social de Fernández, es amigo personal de Daer.
Los memoriosos en la comida recordaron que Daer y Ferreño son viejos conocidos, que fundaron juntos el partido peronista porteño “Un grito de corazón”, que le dio sustento a Fernández en su último tiempo en el Frente Renovador, justo antes de que virara a acompañar el ex ministro Florencio Randazzo. Los comensales que charlaron con Letra P aclararon que la idea de Daer es seguir en el armado porteño para construir una fuerza allí.
A la hora de los discursos, hubo un análisis de las elecciones y Daer tomó el micrófono. “Esto fue un ballotage anticipado, Macri creció pero Alberto ganó en primera vuelta, algo que hace tres meses nadie esperaba”, dijo el dirigente. Luego, Santa María agregó que él, como jefe del PJ porteño, estuvo al frente de la fuerza peronista que más votos obtuvo en la historia de la Ciudad de Buenos Aires. El resto fue festejo, brindis y, tras cuatro horas de comida, Daer sopló las velitas pidiendo que “no abandonemos nunca la unidad”.
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