Hace casi 13 años atrás, la Aceitera Huanguelén se instaló en el Parque Industrial de Bolívar. Con el propósito de elaborar aceite y expeller de soja, la compañía propiedad de Daniel Vázquez llegó a contar con 21 obreros y un empleado administrativo, y fue una importante fuente de trabajo para el municipio que conduce Marcos Pisano.
Luego de acarrear una deuda salarial con sus empleados desde hacía varios meses, el 29 de diciembre pasado la aceitera bajó sus persianas. Las 22 familias que cumplían funciones en la planta se niegan a abandonar los puestos de trabajo y exigen a los gobiernos nacional, provincial y municipal que intervengan para revertir la situación.
Info BLANCO SOBRE NEGRO dialogó con Juan Manuel Lupardo, delegado gremial de los aceiteros y uno de los cesanteados de la compañía:
¿Cuál es la situación de la aceitera Huanguelen?
La aceitera paró la producción el 22 de diciembre por decisión empresarial, cuando se terminó el solvente, uno de los insumos más importante. A partir del 23 de diciembre, recibimos $10.000 de adelanto del mes, y cuando la suma fue cercana a los $40.000 decidimos, como medida de protesta, no realizar tareas de mantenimiento de la planta. Sí cumplimos los horarios correspondientes a cada turno. El 29 de diciembre nos llegaron los despidos a los 22 trabajadores de la fábrica.
¿Cómo evalúan la intervención del Municipio ante esta situación?
Hablamos con el intendente Marcos Pisano y con el diputado nacional Eduardo “Bali” Bucca. Ellos nos dieron todo el apoyo y se pusieron a disposición nuestra, y la semana pasada nos ayudaron con un subsidio a cada uno de los despedidos.
Nosotros ahora estamos esperando que se dicte la conciliación obligatoria para poder volver a trabajar. El dueño tiene 15 días hábiles para negociar lo económico. El 14 de febrero tenemos una nueva audiencia ante el ministerio de Trabajo de la Nación.
El Municipio nos entregó el subsidio que habíamos tramitado hace 20 días y se comunicaron con Daniel Vázquez, que es el dueño de la fábrica. Este le contestó que estaba complicado en lo económico. Queremos que los gobiernos nacional, provincial y municipal intercedan para que no cierre definitivamente. Hace dos meses que no cobramos nada.
¿Cuáles son las explicaciones que dan los propietarios de la fábrica?
Hace 15 días que tuvimos el último contacto con el dueño y siempre nos repite lo mismo: que está complicado económicamente. Es lamentable la situación. Llevamos más de 40 días fuera de la empresa peleándola.
_(Ndr: Aceitera Huanguelen, que había organizado un plan de pagos para sus empleados por los salarios atrasados, ingresó en concurso de acreedores en julio pasado. Según los obreros cesanteados la fábrica no da pérdidas, dicen que el dueño manejó mal de la compañía, ya que durante el 2017, por ejemplo, la planta funcionó a un 40 por ciento de su capacidad instalada).
¿Cómo venían con el proceso productivo?
La fábrica estuvo algo complicada el año pasado por el tema de las inundaciones. Entonces, por ahí andaba 15 días y luego paraba, o bien se quedaba sin soja o sin solvente. Pero funcionando normalmente producíamos un camión de aceite cada día y medio y 4 camiones de expeller de soja, que se usa como alimento de los animales. La planta funcionando normalmente genera muchos recursos económicos.
¿Ustedes sólo trabajan con soja?
Sí, nosotros solamente usamos como materia prima la soja. Elaboramos el aceite crudo y el expeller. El aceite que producimos luego es trasladado a Catriló para su refinación.
¿Están esperando arreglar las indemnizaciones?
No, nosotros queremos volver a trabajar y estamos esperanzados en ello. Somos 22 obreros que queremos empezar con nuestras tareas en la fábrica.
¿Tienen confianza en que la empresa se va a reabrir?
Nosotros tenemos fe en que se va a reactivar. Cada día que pasa se hace más difícil. Pedimos al municipio de Bolívar que nos acompañe.
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