El conflicto entre la firma y sus empleados continúa y la situación con el correr de los meses se agrava. Desde la Asociación Obrera Textil (AOT) alertaron que se produjeron 313 despidos y más de 3000 suspensiones en los primeros ocho meses del año.
En tal sentido, José Listo, secretario gremial, manifestó que “entre la apertura indiscriminada de las importaciones que provocó este gobierno y la caída del poder adquisitivo determinaron una combinación fatal para la industria textil, que emplea a 300 mil trabajadores y se corre el riesgo que se paralice la producción”.
Mientras el silencio absoluto se apoderó de los responsables de la fábrica, como así también de la gerencia de recursos humanos ante la consulta de Télam, desde el gremio remarcan que “desde el comienzo del año la importación de toallas por ejemplo se incrementó en un 138 por ciento, que equivale a la producción de todo un año, eso marca un stock saturado y las empresas amenazan con interrumpir la producción, algo que dejaría a 2000 trabajadores en la calle”.
Listo resaltó que “hemos advertido al Gobierno de estos inconvenientes, pero no observamos ninguna reacción y le proponemos a la administración macrista defender la industria, porque de ello dependen miles y miles puestos de trabajo, y nuestra idea es trabajar en forma conjunta con los empresarios para defender a los trabajadores textiles y a todo el sector”.
Según cuentan los empleados, que prefieren mantener su nombre en reserva “la empresa en diciembre había entregado una cartilla donde expresaban que con el cambio de gobierno el sector iba a estar en problemas, aunque luego dijeron que iban a realizar importantes inversiones en maquinarias, algo que no se cumplió”.
La Hilandería se encuentra emplazada desde hace más de medio siglo en la localidad de Lisandro Olmos, y ahí trabajan muchos vecinos de la zona que reclaman por la continuidad laboral, dónde remarcan que “muchos compañeros fueron despedidos, otros reubicados y otros que estaban contratados fueron cesanteados”.
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