Comercio: el gigante que el Gobierno quiere como leading case de las paritarias

Comercio: el gigante que el Gobierno quiere como leading case de las paritarias

La de los mercantiles es una discusión central para el Gobierno. Abarca a 1,2 millones de trabajadores y más de 400.000 que permanecen en la informalidad. La Casa Rosada quiere cerrarla con un 15% y sin cláusula gatillo, su idea original. Cómo juegan los antecedentes de los municipales y de Aguas, y el rol de "los Gordos" que le dieron la espalda a Hugo Moyano.

Luego de algunos acuerdos simbólicos, alineados con la pauta oficial pero menores a nivel efecto político, el Gobierno abrió formalmente la temporada alta de discusiones paritarias con el resultado que es premisa y obsesión en Balcarce 50: un 15% de aumento máximo, que excluye el agregado de la tan mentada cláusula gatillo, el plus por inflación que algunos sindicatos utilizan como herramienta para que el poder adquisitivo del salario no quede rezagado ante una disparada inflacionaria. Todo empezará a gestarse tras la semana en la que la marcha de Camioneros se llevó todas las miradas y pospuso las mesas salariales.

 

 

Este anhelo del Poder Ejecutivo, clave para no ponerle más presión a una meta de inflación que ya fue modificada por el Banco Central, tiene dos aristas: por un lado, el lazo político con los gremios denominados Gordos, que mantienen buen diálogo con el Gobierno y que decidieron darle la espalda a Hugo Moyano en la convocatoria del 21-F. Son estos el eje del éxito de lo que la administración nacional observa como "una paritaria lógica". En segundo término, el trabajo fino, de diálogo y negociación con uno de esos gremios "Gordos", como lo es el de Comercio.

 

 

Lo que sigue

La paritaria de los mercantiles es altamente significativa: alcanza a 1,2 millones de trabajadores en relación de dependencia y unos 400.000 que permanecen en la informalidad. La mesa para charlar el aumento 2018 se inicia en marzo, con la participación de CAME y CAC por las empresas, y el gremio Mercantil de Armando Cavalieri desde el ámbito sindical. Esta paritaria, además, tiene a los grandes supermercados como parte esencial dentro de la cámaras: hay al menos dos grandes firmas de consumo que están en el top five de contribuyentes impositivos, y que tienen al salario como el 50% de lo que consideran sus costos totales.

 

 

Hace algunas semanas, el gremio y las cámaras le dieron un susto a la perspectiva oficial cuando rubricaron la primera cláusula gatillo, seis puntos extra correspondientes a la paritaria 2017, pero que impactarán en los básicos del 2018. Así las cosas, abundan los diálogos cruzados de Cavalieri, los empresarios y algunos funcionarios, para cerrar un alza del 15% para este año. CAME y CAC ya aclararon por escrito que la idea no es tener, esta vez, un plus por inflación. Cavalieri, que está jugando cerca del Gobierno, habría garantizado que "se verá cómo sigue". Fuentes del sindicato dijeron a El Cronista que "las bases no confían en que sea positivo firmar sin plus, por eso por ahora no hay nada garantizado".

 

 

Pauta oficial

Fue el ministro de Economía, Nicolás Dujovne, quien a fines del año pasado puso en palabras públicas el porcentaje del 15% como pauta salarial. Días más tarde reforzó el concepto el presidente del Banco Central (BCRA), Federico Sturzenegger. Pero la realidad que reflejan los economistas plantea diferencias: Fausto Spotorno, de Orlando Ferreres & Asociados, explica que "la meta, como posible es posible, pero me parece difícil".

 

 

En la misma línea, Federico Furiase, de Eco Go, considera que "el Gobierno usa el tope para arrimar el bochín y lograr, quizá, una cláusula gatillo light. Pero el reajuste de la meta de inflación y la tasa impactaron en el dólar y corrieron la expectativa de alza de precios. Ya el REM muestra un 19,4% y una tendencia de aceleración en febrero a un 2,3 2,4%. Allí, empieza a perder cierta creatividad la meta del 15%".

 

 

Para Leandro Mora Alfonsín, economista de la UBA y docente en esa casa de estudios y en UCES, "en los últimos meses se han deteriorado las expectativas de inflación para 2018, siendo razonable pensar que este año puede cerrar con una alza en torno al 19%/20%, lejos de la meta del 15% ya flexibilizada por el BCRA.

 

 

Varios factores confluyen en esta dinámica; el nuevo piso que encontró el tipo de cambio, depreciándose un 17% en dos meses; la presión que puede seguir aportando a esta variable en el corto plazo la dolarización de carteras (también condicionada por las expectativas de aumento de la tasa de referencia internacional), los aumentos tarifarios pendientes y las discusiones paritarias que se inician.

 

 

Esta semana el Gobierno tenía planeado sentar a otros gremios chicos aliados a firmar y sacarse la foto del 15%, pero el 21F pospuso las postales. Hasta el momento, Cambiemos había logrado algunos acuerdos simbólicos, aunque de menor impacto en volumen de afiliados. Uno de ellos, el de la Unión Obreros y Empleados Tintoreros, Sombrereros y Lavaderos, el gremio que está a cargo de Luis Pandolfi, un anti moyanista que está enfrentando al camionero desde los años del kirchnerismo. Firmaron un 15% a pagar en dos veces (8% y 7%, en agosto y febrero, respectivamente). Ese acuerdo tiene un dato: se rubricó casi seis meses antes de que venza el convenio. Un guiño al oficialismo.

 

 

Lo mismo ocurrió con el Sindicato Único de Trabajadores de Remises y Autos al Instante (SURyA). Con cabeza en Alejandro Claudio Poli, un confeso dirigente afín a Cambiemos, firmaron un 15% en dos partes, 10% en abril y 5% en agosto. Pero hasta el momento, las mayores apuestas del Gobierno al 15% habían sido de dos "Gordos" de la CGT que se bajaron de la marcha del 21 F. Por un lado, los Municipales de Amadeo Genta, que firmaron con la Ciudad un 12% en dos tramos sin gatillo. Un acuerdo que alcanza a 83 trabajadores. Y el de Aguas, con José Luis Lingeri apoyando un 15% en dos tramos, 7,5% en abril y mismo porcentaje en septiembre. Este acuerdo tiene una "Cláusula de Revisión" en nueve meses. Un modelo de cláusula gatillo más moderada, que también podría aplicarse en la negociación emblema, la que se viene para Comercio.

 

 

Las paritarias más inestables

Lo que sigue en la agenda de discusiones es lo más grueso: hay dos grandes gremios, como el de los bancarios y los docentes, que ya empezaron a negociar. Los maestros de la provincia de Buenos Aires recibieron de la gobernadora María Eugenia Vidal una oferta de suba de 15% sin reapertura. Mientras que el gremio que conduce Sergio Palazzo viene de un paro de 48 horas reclamando una suba mayor al 9% que ofrecieron los bancos.

 

 

Después del 21F, Mercantiles, UOCRA y los estatales de UPCN están en agenda para arreglar. En los primeros días de marzo se sentarán los Ferroviarios y la UTA. Todos estos gremios, que son importantes, están alineados hoy con el Gobierno.

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