Las autoridades nacionales apuntan a un paquete de ayuda financiera y auxilio fiscal para que la cooperativa santafesina recupere sus niveles de producción
Apartir de la venta de varios de sus activos y marcas para encarar un duro proceso de recuperación de sus finanzas, SanCor quedó competitivamente en desventaja con respecto a su principal competidora en el negocio lácteo como es Mastellone Hnos.
La cooperativa láctea que alguna vez supo liderar el mercado intenta salir de una crisis casi terminal con ayuda del Estado para encarar un plan de consolidación importante y de volver a ser viable a partir de un mayor volumen de producción.
Fuentes cercanas a la compañía con sede en la ciudad santafesina de Sunchales entienden que el Estado puede generar condiciones para la salida definitiva del problema y acompañar el proceso.
Saben que no se puede utilizar el mismo esquema que en IMPSA, donde el Gobierno se quedó con la mayoría accionaria e inyectó u$s20 millones para reflotar la compañía metalúrgica que alguna vez perteneció a la familia Pescarmona.
En el caso de SanCor ese esquema es imposible de practicar porque se trata de una cooperativa y las leyes establecen ciertas condiciones que hacen inviable este tipo de fórmula.
El camino que analizan quienes están detrás del diseño del plan de rescate de la empresa es a través de generar alianzas con jugadores del sector u obtener financiación de largo plazo; recuperación de la deuda con Venezuela que llega a los u$s18 millones) y la posibilidad de obtener ciertas flexibilizaciones en las condiciones impositivas.
SanCor: cómo es el plan del Gobierno para auxiliar a la empresa
En este contexto, aparecieron los primeros fondos para financiar el fideicomiso creado para obtener fondos frescos y del que iban a participar también empresarios importantes de otros sectores como José Urtubey y Marcelo Figueiras, entre otros y quienes siguen manteniendo reuniones con los equipos del Ministerio de Economía y trabajan para encausar el salvataje de la cooperativa con el aporte del Estado.
El primer paso lo dio el gobierno nacional cediendo $1.200 millones a ese instrumento a través de la Decisión Administrativa 54/2023, publicada en el Boletín Oficial del 26 de enero pasado en la que se aumenta la partida presupuestaria del Instituto Nacional de Asociativismo Y Economía Social (INAES) en esa suma para que se destinen a la cooperativa.
El dinero va directamente a parar al llamado Fideicomiso Financiero de Administración Reestructuración SanCor y se destinará a la adquisición de leche, insumos y servicios productivos.
El momento en el cual se toma esta decisión no es casual si se tiene en cuenta que se trata de un periodo del año en que merma la producción de leche, con lo cual siempre el sector encuentra problemas.
En el caso de SanCor, si bien que está en mejor escenario que hace algunos años, todavía se encuentra en una situación límite y sin este apoyo financiero le costaría atravesar los próximos meses.
"Resulta oportuno aumentar el presupuesto vigente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), organismo descentralizado actuante en la órbita de la Jefatura de Gabinete, con el fin de atender las transferencias a cooperativas agropecuarias destinadas al Fideicomiso Financiero de Administración Reestructuración Sancor, creado a los efectos de abordar la situación de gravedad institucional de Sancor Cooperativas Unidas Limitada, para brindar asistencia financiera destinada a la adquisición de leche, insumos y servicios productivos", dice la Decisión Administrativa que lleva la firma del Jefe de Gabinete, Juan Manzur, y del ministro de Economía, Sergio Massa.
De hecho, el memorándum de entendimiento firmado en noviembre del año pasado para crear el fideicomiso establece que se deberán destinar partidas específicas implementadas por el Estado Nacional para la adquisición de materia prima y los respectivos insumos para su elaboración y transformación industrial, con el objeto de lograr un equilibrio operativo que permita una transición hasta el arribo de las líneas de crédito que por intermedio del entonces Ministerio de Desarrollo Productivo y los bancos de la Nación y/o BICE permitan que el grupo empresario inicie su actividad.
De manera indirecta, el esquema mantiene vigente el modelo económico y financiero aprobado durante una asamblea de SanCor realizada en 2021 para que el grupo de empresarios, que junto al gremio y al aporte del Estado intenten recaudar u$s60 millones para que la empresa produzca 1,5 millones de litros de leche por día.
Rescate a medias
Se trata de Fidulac, la figura societaria que engloba al fideicomiso SanCor Capital que se iba a nutrir de aportes de inversores interesados en reflotar una láctea que tiene un peso específico fundamental en la cadena productiva provincial, a lo cual le sumarán mecanismos de financiamiento estatal para apuntalarla.
En un primer momento, el fideicomiso buscaría recaudar u$s60 millones, solamente para iniciar un formato de administración diferente al actual y poder regenerar la sustentabilidad futura de SanCor a partir de agregar valor, sumar un management que reestructure la empresa totalmente y se avance en la conformación de una sociedad anónima.
Hace unos meses y tras unas declaraciones del Chino Navarro en contra del esquema, el grupo inversor no solo reafirmó por escrito su compromiso de invertir inicialmente u$s15 millones, sino que, luego de que Atilra solicitó un esfuerzo mayor, se mostraron predispuestos a analizar un mayor ingreso de fondos.
De todos modos, en noviembre pasado el gremio amenazó con realizar un paro nacional de actividades por 48 horas que se frenó por la intervención del ministro Massa, quien hizo promesas para ayudar desde el Estado a que SanCor encamine su recuperación.
De todos modos, la figura del fideicomiso sigue rondando los pasillos oficiales como forma de convivencia con la cooperativa, con la mayoría de los activos importantes que todavía le quedan a la láctea gerenciados por el grupo empresario de manera separada hasta que, en el mediano plazo, toda la compañía pase a manos de una misma administración.
La operación formaba parte del proceso de desguace que viene sufriendo SanCor desde hace, por lo menos, seis años y que la fue dejando sin sus mejores activos y plantas productivas.
La intención pasa por reestructurar su abultado pasivo financiero cercano a los $10.000 millones para salir a flote tras años de retroceso.
La empresa también tiene deudas por $6.000 millones con la AFIP y otros entes oficiales, además de compromisos con proveedores que fue tratando de ordenar a partir de u,n Acuerdo Preventivo Extra judicial (APE) que rubricó también con ex empleados y el gremio.
Desguace permanente
Si bien llegó a tener 17 plantas procesadoras y más de 5.000 empleados, con el correr de los años fue achicando su estructura. Otro ejemplo fue la venta de sus fábricas de Chivilcoy (Buenos Aires) y Morteros (Córdoba) y las marcas Las Tres Niñas y Angelita al grupo agroindustrial Adecoagro que la cooperativa con sede en Sunchales cerró por u$s45 millones.
La transacción formó parte del llamado Plan SanCor ideado por el board de la cooperativa para reducir su estructura tanto en plantas, como en marcas y empleados.
Ese plan también incluyó la venta del 50% de las acciones de Arla Foods al mismo grupo sueco-danés por u$s35 millones. Una sociedad dedicada a la industrialización y comercialización de proteínas de suero de queso.
SanCor también se desprendió del 10% del negocio de frescos restante a Alimentos Refrigerados S.A. que en el 2016 había sido comprada por Vicentín por u$s100 millones y que se dedica al rubro de yogures y postrecitos.
Algo similar ocurrió con la marca de queso untable Tholem que por u$s6 millones, SanCor vendió a la compañía de origen francés, Savencia Fromage & Dairy Argentina, que en la Argentina ya es dueña de Milkaut, Santa Rosa, Adler y Bavaria.
Tiempo después continuó el desguace de la firma con la cesión de su planta ubicada en la localidad de Centeno que pasó a manos de la firma La Tarantella. En tanto, otra localizada en Brinkmann fue vendida a Alaisa y la de Charlone pasó a manos de San Gotardo, mientras que la de Coronel Moldes fue cedida a la Cooperativa de tamberos de Huanchilla.
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