Las cartas ya están en la mesa y la puja se volvió ya una cuestión de Estado. Valga el juego de palabras, es el propio Estado quien deberá mediar entre dos partes que ya se mostraron irreconciliables, al menos por ahora.

Los profesionales de la Sanidad no van a continuar sin recomponer salarios y los prestadores de Salud tienen enfrente no solo a los trabajadores sino al Gobierno, a quien le exigen poder aumentar y aumentar.

“La decisión ministerial es injusta e ilegítima. No se puede impedir la realización de medidas de fuerza, cuya única finalidad es lograr la actualización de los básicos del sector asistencial. El gremio negocia hace más de dos meses de buena fe y, los empresarios, se niegan a formular una propuesta“, criticó Sanidad luego que Trabaje dicte una nueva Conciliación Obligatoria.

La marcha y paro nacional de Sanidad está dilatada hacia el 4 de agosto y ya el ministerio no podrá ejercer una nueva etapa de negociación. Ese día, el cielo porteño se teñirá de celeste y no habrá herramienta legal para impedirlo.