El nucleamiento se muestra como el sector más duro contra las políticas oficiales, y quiere forzar el llamado a un paro nacional. Lo hará, dicen las fuentes, con el resto de la dirigencia, no sola. Pese a esto, tiende puentes en las dos CTA. Cruces con el triunvirato, que mantiene la actitud dialoguista. El moyanismo, cerca de las posturas de este espacio.
Por: Diego Lanese.
En pleno neoliberalismo, el MTA ungió a Hugo Moyano como el “ala dura” del sindicalismo, que enfrentó al menemismo y de alguna manera renovó las viejas estructuras. De ese sector, una porción de la dirigencia quedó relegada de las primeras planas, y formó un núcleo que hoy gana terreno en el mapa interno de la central obrera. Es que aquel viejo MTA, junto con otros espacios como la Corriente Sindical Federal y la Asociación Bancaria formaron la denominada Corriente Federal de Trabajadores, el espacio díscolo de la actual CGT unificada, que se muestra como la principal referencia de oposición a las políticas del gobierno nacional, y amenaza con romper con la hegemonía dialoguista que impera en la central. Con Sergio Palazzo a la cabeza, este espacio marca sus diferencias con el triunvirato, y construye una agenda propia. Los lazos con el moyanismo y la posibilidad de romper con la unidad.
La Corriente Federal se formalizó en agosto pasado en un acto en el microestadio de Ferro, como parte del proceso de unidad que finalizó el 22 de agosto en el confederal de la CGT. Allí, se aprobó un documento de 26 puntos que funciona como “agenda programática”, que se llevó al encuentro de la central, y que entre otras cosas pide una reforma tributaria, constitucional, y que marca a los trabajadores como “la esperanza”. El líder del espacio es el bancario Palazzo, y entre los referentes están el titular de la Federación Gráfica Héctor Amichetti, Mario Almirón (SADOP), Víctor Carricarte (empleados de farmacias), Walter Correa (curtidores) y Carlos Minucci, entre otros.
En el confederal del 22, la corriente renunció a los cargos de la nueva comisión directiva, pero se mantuvo dentro de la CGT. Fuentes consultadas por Gestión Sindical indicaron que en un primer momento “la postura del espacio sirvió para evitar la ruptura”, pero con el correr del tiempo sus opiniones se radicalizaron, y hoy tensan la relación con la dirigente oficial, al punto que generaron algunos cortocircuitos en los últimos días. El gran tema, la posibilidad de un paro, que hoy parece lejos en la cabeza de la central obrera, y que es motorizado por la corriente. Por eso, los dirigentes referenciados en Palazzo y compañía tienden puentes con las dos CTA y el moyanismo, hoy los referentes de la postura “parista” del movimiento obrero organizado.
Esto trajo algunas críticas por parte del oficialismo cegetista. Juan Carlos Schmid, uno de los integrantes del triunvirato, acusó a Palazzo de “hacerle el juego al enemigo”. Esto, entre otras cuestiones, abrió la posibilidad de la ruptura, rechazada por ambos espacios. “Un paro sin la CGT no es posible”, dijeron fuentes sindicales, que por el momento no creen que la Corriente y el moyanismo se “corten solos” para hacer una protesta contra el gobierno.
Una de las cuestiones que “hacen ruido” dentro de la CGT es que el líder de la Corriente Federal es radical. La figura de Palazzo es respetada por cómo logró levantar un gremio golpeado por la “mafia de los medicamentos”, que terminó con el líder histórico Juan José Zanola preso. El origen no peronista del dirigente le juega en contra en la disputa interna. Por eso, ayer 17 de octubre dirigentes peronistas del espacio organizaron un acto en homenaje a la gesta popular. “En la Corriente tenemos un posicionamiento y no se trata sólo de una cuestión partidaria, se trata de una cuestión ideológica, saber a qué proyecto de país servimos con nuestra acción. No vamos a servir a una minoría que gobierna para una minoría”, dijo en el acto Almirón. En tanto, Carricarte pidió que se decrete la emergencia ocupacional, y que se reabran las paritarias.
Por su parte, la Bancaria realiza las primeras acciones de su plan de lucha, que pretende aumentar la presión para la reapertura de paritarias del sector, y además sumar el pedido de un bono de fin de año y otras reivindicaciones. Según confirmaron a Gestión Sindical fuentes sectoriales, la medida de fuerza se cumplió “con una alta adhesión”, y se repetirá mañana miércoles en las últimas tres horas de atención al público. El gremio que lidera Palazzo se encuentra “en estado de movilización”, y no descartan convocar a un paro nacional. El mismo se combinaría con la medida planteada por las dos CTA y la propia Corriente Federal, a la que adherirían camioneros y otros gremios, primera avanzada de un endurecimiento de las posturas, ante la falta de respuesta del gobierno. Como en los 90, cuando se forjaron como una renovación del viejo sindicalismo peronista, este espacio se vuelva cada vez la cara más opositora al macrismo, y hace ruyido puertas afuera, y adentro del sindicalismo nacional.
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