Es debido a las restricciones de diversas actividades por el coronavirus. Los gastronómicos son los más afectados debido al cierre total de sus locales.
Durante los casi 90 días desde el inicio de la cuarentena, producto del coronavirus, numerosos negocios debieron cerrar sus puertas y con ello, decayeron notablemente sus ingresos. En ese desesperante marco, los aportes que de manera mensual realizan a las obras sociales de sus empleados, cayeron entre un 50 y un 70%.
En diálogo con 0223, Nancy Todoroff, secretaria general de la Unión de Trabajadores, Hoteleros, Gastronómicos de la república Argentina (Uthgra) de Mar del Plata, se mostró preocupada por el adverso panorama y advirtió que esta situación podría agravarse con el transcurrir de los meses.
“El tema de los aportes es un verdadero desastre. En abril, los aportes a la obra social de los gastronómicos cayó casi un 70% y en mayo creemos que va a bajar aún más. La situación se va a poner muy difícil”, analizó.
Al respecto, la dirigente explicó que “la falta de aportes complica la actividad sindical, debido que hay que sostener estructura de empleados administrativos, de centros recreativos o de la escuela de hotelería. Son 62 personas y hay que sostener los salarios y toda la estructura. Aunque ha habido un recorte al máximo, trabajando en tiempo parcial para sostener las obligaciones en el tiempo. Y con la obra social corren riesgo los servicios de salud. Estamos en una situación sumamente crítica”, lamentó.
Por su parte, Guillermo Bianchi, secretario general del Sindicato de Empleados de Comercio Zona Atlántica, estimó que los aportes patronales a las obras sociales “bajaron un 50%” y eso repercute "de alguna manera en los servicios de salud".
“Son situaciones extraordinarias que se dan cuando la actividad laboral se detuvo casi por 60 días. Y más allá de los supermercadistas, el corazón de nuestra actividad la conforman los pequeños comercios, que estuvieron mayormente cerrados. Al tener que afrontar el pago de alquileres, salarios y echar mano a sus ahorros, se fijan prioridades en los pagos y eso hizo mermar los aportes”, explicó el dirigente mercantil.
En ese punto, Bianchi sostuvo que “debido a este desequilibrio financiero, el estado salió al rescate a través de un dinero que debían de los fondos especiales, para sostener a las obras sociales, que están siendo duramente afectadas”, aseveró, al tiempo que estimó que “la segunda parte de esta historia será cuando termine la pandemia, que tendrá un mercado laboral disminuido. Y habrá una medicina mucho más cara, debido a que está anclada al dólar. La situación será muy compleja”, analizó Bianchi.
La situación de las empresas vinculadas a la pastelería también es compleja, según describió a 0223, Carlos Vaquero, secretario general del Sindicato de Trabajadores Alfajoreros, Reposteros, Pizzeros y Heladeros (Starpyh) de Mar del Plata.
Para Vaquero, lo fundamental en esta crisis “es mantener los puestos de trabajo” y en ese contexto, admitió que el aporte a la obra social del sindicato “cayó en un 50%”.
“Algunas empresas no han podido trabajar, otras lo han hecho pero con menos personal. Se ha hecho un acuerdo entre las empresas y las cámaras de un 75% no remunerativo, donde las empresas se hacen cargo de los aportes a la obra social de los trabajadores pero no de la parte que corresponde al sindicato y las escuelas de pastelería”, explicó Vaquero.
En ese marco, Vaquero señaló que “los aportes han disminuido un 50%, donde muchas empresas gastronómicas no han podido pagar porque han tenido cerrado sus locales. En Mar del Plata no han cerrado las grandes pero si algunas de las empresas chicas, como pizzerías de barrio. Distinto es en el Partido de la Costa o en Necochea, donde muchas debieron cerrar”, dijo.
“Con el delivery o el take way subsisten pero tienen apenas entre el 20 a 30% del personal. Habrá que esperar después de la pandemia, como queda el mapa de locales. Si se corta el ATP, muchos van a tener que cerrar”, concluyó Vaquero.
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