Se multiplicaron los reproches de dirigentes de los “gordos” y el Masa por la falta de respuesta del Ejecutivo a sus reclamos. Piden a Caló una postura más firme de la entidad
Las idas y vueltas que esta semana demoraron la difusión del crítico pronunciamiento de la CGT de Antonio Caló sobre la reforma judicial impulsada por el Gobierno evidenciaron los cortocircuitos que envuelven a la primera línea de la central oficial y que ya generan fuertes divisiones que amenazan con la salida de algunos gremios de la entidad. El motivo de esas divisiones es recurrente: el futuro de la relación de la central con la administración de Cristina Fernández.
La dirigencia cegetista más cercana a la Casa Rosada, entre los que se encolumnan el grupo de los llamados “independientes” (Andrés Rodríguez de Upcn y Gerardo Martínez de la Uocra) y hasta el propio Caló, insisten en la apuesta del diálogo con el Ejecutivo como estrategia para obtener soluciones a las demandas sindicales y tratan de evitar cualquier iniciativa que pueda originar un conflicto con la Presidenta. Sin embargo, esa posición es cada vez más resistida por los dirigentes que integran el denominado grupo de los “gordos” (grandes gremios de servicios) y por algunos sectores del MASA, como el caso del líder de la UTA, Roberto Fernández, quienes advierten que con esa estrategia la CGT estuvo lejos de lograr sus objetivos.
“No se puede seguir así, más que consecuentes somos obsecuentes sin obtener absolutamente nada”, se quejó un importante dirigente de la central. Otro gremialista hasta puso en duda su continuidad dentro de la estructura cegetista sin un cambio de postura en la relación con el Ejecutivo. “Es absurdo que la agenda de la CGT esté subordinada a la posibilidad de que nos reciba o no la Presidenta”, criticó.
Las crecientes diferencias internas fueron el miércoles el eje de la extensa reunión del consejo directivo de la central obrera, realizada en la sede del gremio de taxistas que conduce Omar Viviani, donde hubo fuertes reproches por la tardía reacción de la entidad en medio del debate por la polémica reforma judicial. Ocurre que recién el martes, y después de varias marchas y contramarchas, la cúpula cegetista hizo público su rechazo a los proyectos para limitar las medidas cautelares y crear los tribunales de Casación en el ámbito laboral y previsional, que ayer convirtió en ley la Cámara de Diputados.
“Este debió discutirse antes porque se trata de medidas que afectan a los trabajadores, salimos tarde y mal”, reprochó otro dirigente del sector cegetista que más cuestiona la falta de respuestas del Gobierno y reclama una posición de mayor firmeza por parte de la entidad.
Los cortocircuitos en la interna de la CGT oficial se producen justo en momentos en que Caló negocia con la industria metalúrgica el aumento salarial de la UOM, paritaria que el Gobierno pretende utilizar como referencia para el resto de las actividades. Esa negociación (ayer hubo un nuevo encuentro en el Ministerio de Trabajo sin avances significativos) ya desató algunas críticas dentro de la CGT, en especial después de que la UOM revisó su reclamo salarial inicial de una suba de 35% y oficializó un pedido del 25% en dos tramos.
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