La unidad del espacio sindical opositor que tiene como eje a Hugo Moyano crujió en los últimos días de 2018 y en el arranque del año por un factor interno. La creación de un gremio de jubilados encendió alarmas en ese núcleo y las repercusiones llegaron a otros dirigentes de la CGT que tienen en sus afiliados ya retirados buena parte de su caudal de apoyo en cada elección.
La tensión llevó incluso a varias organizaciones opositoras a poner en duda su participación en la saga de protestas contra el tarifazo que arrancará este jueves con una movilización al Congreso nacional.
La piedra de la discordia fue la fundación del Sindicato de Trabajadores Pasivos (STP), una iniciativa que tuvo veloz acogida en el Ministerio de Producción y Trabajo como sede de su acta constitutiva el 28 de diciembre pasado. La entidad cuenta con Delicia Sensión como secretaria general y con el abogado previsionalista Christian D’Alessandro (exasesor de Sergio Massa) como apoderado. Su promotor gremial es Marcelo Peretta, un dirigente de historial sinuoso en las internas de la CGT y que en la actualidad se mueve bajo el ala de Moyano, a quien sus rivales le adjudican el padrinazgo de la iniciativa. Peretta encabeza el Sindicato de Farmacéuticos y Bioquímicos (Safyb).
El mismo día del acto fundacional la Corriente Federal de Trabajadores (CFT), el sello que integra el frente opositor junto a Moyano y que agrupa a los bancarios de Sergio Palazzo, los pilotos de Pablo Biró y los gráficos de Héctor Amichetti, entre otros, emitió un comunicado para despegarse. Frente a la versión inicial de que el proyecto contaba con el aval de sus miembros la CFT aclaró que muchos de los gremios involucrados “representan y contemplan los intereses de sus trabajadores jubilados y pensionados desde hace décadas, y seguirán haciéndolo”.
En la misma línea, el secretario general de la Asociación de Empleados de Farmacia (ADEF), Víctor Carricarte, aseguró que “un sindicato de jubilados rompe con el modelo sindical porque en la actualidad muchos de los trabajadores pasivos son afiliados vitalicios de sus gremios de origen”. Carricarte conoce desde hace años a Peretta, quien intentó establecer una personería nacional de Safyb y chocó con ADEF en la Justicia. Según Carricarte su rival debió conformarse con establecer una personería acotada a la provincia de Misiones y a las localidades chaqueñas de Resistencia y Quitilipi.
Otro que tuvo encontronazos con Peretta fue el cotitular de la CGT y jefe del gremio de Sanidad, Héctor Daer. Aunque con volúmenes muy disímiles (se calcula que los afiliados de Sanidad son más de 200 mil en tanto que a Safyb le adjudican un uno por ciento de esa cantidad) ambos coincidieron en trámites ante el Ministerio de Trabajo y protagonizaron un incidente que demandó la intervención del personal de seguridad de esa cartera. Fue a la salida de un ascensor cuando, frente a frente, Daer le reprochó a Peretta declaraciones públicas que entendió lesivas y le exigió retractarse.
A pesar de haber generado tantos enconos el titular de Safyb supo tejer vínculos que lo posicionaron en los últimos años en lugares de alta visibilidad. Uno de sus primeros padrinos fue Gerónimo “Momo” Venegas, el fallecido titular de los rurales de Uatre, junto a quien integró el reducido grupo de sindicatos de abierta adscripción a Cambiemos en el arranque de la gestión de Mauricio Macri. Incluso el gremialista transitó canales de televisión para defender la inicial reforma laboral impulsada por Jorge Triaca. Luego buscó la protección de Luis Barrionuevo, con quien Peretta se mostró como activo partícipe de la intervención del PJ, y más recientemente recaló en las filas de Moyano, donde se mostró como decidido opositor al Gobierno. Lo hizo como parte de una de las tres versiones de las 62 Organizaciones, que a fin de año consiguió un encuentro con el ministro Dante Sica y su secretario de Trabajo, Lucas Aparicio.
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