Los industriales pidieron un techo del 20 % a los aumentos. El oficialismo los acusó de querer eliminar la discusión salarial. Los sindicatos insistirán.
Gremios, empresarios y Gobierno se inmiscuyeron ayer en una polémica por las paritarias, cuyo trasfondo es la alta inflación y la negativa de la Casa Rosada a hacer cambios en Ganancias. El disparador fueron declaraciones del presidente de la Unión Industrial Argentina, Héctor Méndez quien -reforzando el mensaje que dio la entidad a comienzos de la semana, de que los empresarios no deben hacerse cargo de la compensación por Ganancias-, sostuvo que “los vamos a sacar corriendo a los que vengan con un planteo de aumento de 43%”. Para Méndez, el incremento debe ser “entre 15% y 20% como máximo”.
Pero además, entrevistado por radio La Red, el dirigente se ganó la furia oficial: “Estamos sujetos a una presión impositiva jamás conocida, monumental, similar a los países de alto desarrollo”, dijo, pero mientras en esos países “el pueblo recibe de todo, acá no recibe nada: viaja mal, se cura mal, vive mal, no tiene viviendas”. Méndez volvió a las paritarias: “En un país normal, sin la inflación actual, la discusión paritaria casi dejaría de tener sentido”, y agregó que “acá nos toca bailar con la más fea, la moneda se deteriora a toda velocidad y eso lógicamente hace que las paritarias sean antipáticas”.
Desde el Gobierno hicieron su propio recorte (de inflación no se habla) e interpretación de los dichos de Méndez: “Hablar de eliminar las paritarias es un claro gesto en contra de los trabajadores”, sostuvo el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, defendió las paritarias y se sumó a las críticas: “No vayamos a políticas que bajo la consigna de terminar con la inflación lo que crezca sea la pobreza, la desocupación y el desempleo”. El kirchnerismo reaccionó desde el Congreso, donde el diputado Héctor Recalde pidió “prudencia” a Méndez y afirmó que “no es cierto que el pueblo viva mal”. Y el gobernador de Entre Ríos y precandidato presidencial por el FpV, Sergio Urribarri, sostuvo que “las paritarias deben tener un piso del 30%, hay que ser justo con los trabajadores”.
Desde los gremios salieron a ratificar los reclamos. El titular del sindicato de la Alimentación de Capital, Rodolfo Daer -aludido por Méndez porque fue quien pidió 43%-, le dijo a Clarín: “Cuando planteamos ese porcentaje no fue por Ganancias. Es lo que marca el Instituto de Estadísticas y Censo de la Ciudad de Buenos Aires, que un matrimonio con dos hijos en edad escolar debe tener un sueldo superior a $12.660”. Daer -su gremio está en la CGT Balcarce pero se sumó al paro general del 31 de marzo- cuestionó la “distorsión” de Ganancias. Acordó que “si no hubiese esta inflación no estaríamos discutiendo estos porcentajes, pero no es el país de las Maravillas, es Argentina y los que reclamamos es mantener el poder de compra”.
Desde la CGT opositora de Hugo Moyano, Jorge Sola, del sindicato del Seguro y secretario de Acción Social, calificó de “irresponsables” los dichos de Méndez. “El Estado ha trasladado el problema de Ganancias a las discusiones paritarias. Si bien el Estado es el principal responsable, los empresarios han ganado mucho, y si no tenemos respuestas vamos a reclamar por nuestro poder adquisitivo a los empleadores”.
El secretario general de la UTA, Roberto Fernández, también se metió en la polémica, aunque no quiso dar un porcentaje: “En la UTA no queremos discutir por un 30, 40 ó 50%, queremos discutir el salario real que permita acceder a un nivel digno de vida”, señaló.
En línea con Méndez, el vice de la UIA, José Urtubey, consultado por Clarín sostuvo que “entrometer Ganancias en la discusión paritaria es injustificado e ilegal. Es absurdo pretender transferir una obligación tributaria del trabajador al empleador”. Evitó dar un porcentaje de paritarias: “Los sectores tienen distintas realidades”, sostuvo, y confió en que al final habrá “razonabilidad” en la discusión salarial.
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