Por Carolina Biedermann.

Tal como lo habían adelantado miembros de la Confederación Nacional del Trabajo (CGT), Regional Córdoba, hoy llega a la ciudad el líder sindical Héctor Daer para participar del evento de colación de grados en el Instituto Cruz del Sacrificio. Aunque parezca un evento aislado, todo acto es político y habrá un mensaje.

Luego, la mesa chica se trasladará a la sede del sindicato ubicada en la calle Lima. Allí se espera que el líder marque la estrategia que encararán para seguir adelante ante cada uno de los posibles escenarios, frente a una casi inminente aprobación de la ley bases en diputados.

En los últimos días la CGT volvió a recoger el guante y la discusión volvió a intensificarse. Después de la marcha que encararon los gremios a principios de año, en la que vino a Córdoba el dirigente Abel Furlan, el frente sindical se guardó al silencio. Las razones planteadas por la regional fueron que, ante un Presidente que arrancó el año con un alto grado de incertidumbre, no querían continuar con medidas de fuerzas y ser tildados de responsables, ante una eventual caída del Gobierno. Pero a siete meses de mandato, la CGT auto reprimida vuelve a salir.  

Las medidas de fuerza por venir empiezan a tomar forma. Mientras tanto hay trabajo por hacer. Los sindicatos nucleados se involucraron en la rosca del Congreso y operan en diputados para juntar los votos necesarios para que la ley no salga, enfatizan desde la regional local.  

Córdoba, tierra de Agustín Tosco, Atilio López, Elpidio Torres y de la revolución Universitaria, hace contrapeso a la conservadora y derechosa que encontró, por descarte, en Javier Milei, la posibilidad de combatir al peronismo kirchnerista desde el corazón nacional.

Cohesión, falta de trabajo y aumento de los impuestos son el termómetro con el que los trabajadores miden el clima social. Hace menos de un mes, en el marco del tratamiento de la ley base, el movimiento obrero cordobés apeló a los senadores, a votar en contra del proyecto oficialista, pero no lo logró.

Las filas trabajadoras agremiadas se oponen puntualmente a la suba del piso para pagar el impuesto a bienes personales, que según el gobierno aseguraría el éxito del blanqueo de capitales, y el restablecimiento de la cuarta categoría del impuesto a las ganancias. Ambos proyectos fueron rechazados por la cámara alta y el gobierno de Milei volverá por la revancha del paquete fiscal que los incluye, con el regreso del proyecto a diputados.

El Panal observa de lejos

Sobre la ley bases, Martín Llaryora, reconfiguró la estrategia y se expresó en apoyo a la ley promovida por el Gobierno nacional.

El gobernador de Córdoba camina por una cornisa difícil de transitar, entre un electorado que aún sigue apoyando al Presidente y sus principios que sientan las bases en su identidad.

Llaryora no está en contra de los gremios, no sólo por ser justicialista. El Gobernador de Córdoba reivindica la lucha gremial, incluso lo hizo en su discurso de asunción, en la ciudad de San Francisco. Además, su padre fue sindicalista, y con los gremios de Córdoba trabaja para fortalecer la relación institucional. Entiende a los gremios como vía de contacto y negociación formal entre el Estado y los trabajadores. Esto explica mucha de las acciones provinciales frente al derecho a huelga y los puentes de diálogo entre la Provincia y estas instituciones.

A pesar de los tiempos difíciles que atraviesan estas instituciones, la CGT en Córdoba continúa dividida. El dirigente sindicar visitará la Regional Córdoba que cuenta con el aval nacional. Mientras tanto en la provincia también opera la CGT Córdoba, que nuclea a otro grupo de sindicatos con peso propio.

Definición Nacional anti sindicatos

El gobierno de Javier Milei llegó para combatir a los sindicatos. Sin mensajes entre líneas, apuntó directamente hacia estas organizaciones desde la apertura de las sesiones ordinarias, cuando dijo que trabajaría para limitar las reelecciones en los gremios y que los mandatos pasen a ser de cuatro años, con una posibilidad de repetir, ante organizaciones en donde los líderes permanecen durante años en los mismos cargos.

Una acción concreta fue la de apuntar a desbaratar, a lo que Milei le llamo las cajas negras, avanzando con la desregulación del sistema de obras sociales y prepagas, quitándole a los trabajadores la obligatoriedad de que sus fondos tuvieran que pasar por la obra social y después definir la elección de una prepaga.

En lo que lleva de mandato, la administración del Presidente libertario ya enfrentó dos paros generales, en defensa de los derechos laborales, la democracia y el salario digno.