Los colegas en la cúpula de la CGT quedaron enfrentados, sin pretenderlo, en un conflicto en la clínica de San Justo; otra vez en la mira Zulet, la esposa de Hugo.
Por Mariano Martín
La falta de pago del aguinaldo en un sanatorio del sindicato de Camioneros provocó un conflicto que volvió a dejar en veredas enfrentadas a la familia Moyano y a Héctor Daer. La controversia se produjo en la clínica que la obra social del gremio, Oschoca, posee en la localidad de San Justo, y derivó en protestas del personal médico y no médico del establecimiento. Según las autoridades del sindicato de choferes, hoy habían comenzado a regularizarse los pagos.
El conflicto, en rigor, puso en alerta tanto a Daer como a Pablo Moyano, que comparten la jefatura de la CGT. Es que el jefe de Sanidad, el sindicato que nuclea a los trabajadores no médicos de los centros de salud, se vio sorprendido la semana pasada por la protesta organizada por la seccional Hurlingham de su sindicato. Allí está a la cabeza Jorge D'Andrea, un dirigente alineado políticamente con el kirchnerismo que se mantiene a distancia de la conducción nacional de la organización.
Además, la discontinuidad en los pagos volvió a encender las alertas dentro de la propia estructura de Camioneros que lidera Hugo Moyano. Por debajo suyo subsiste una pulseada entre su hijo mayor y número dos en el gremio, Pablo, y Liliana Zulet, esposa de Hugo y a cargo de Iarai Sociedad Anónima, la gerenciadora de la obra social Oschoca. La tensión entre ambos proviene de años y recrudece cada vez que aflora un desmanejo económico. Como publicó este diario, el cotitular de la CGT suele endilgarle a su padre el contraste entre los números ajustados de Oschoca y la aparente prosperidad financiera de Iarai.
El Sanatorio San Justo es uno de los bienes más preciados de la familia Moyano. Inaugurado hace poco más de una década, el centro médico cuenta con un centenar de camas de internación con habitaciones individuales, consultorios externos, laboratorio de análisis clínico robotizado y cuatro quirófanos, entre otras prestaciones. En la conducción de Oschoca aclararon ayer que el pago había comenzado a saldarse pero cerca de la cúpula del gremio admitieron que no se trató de una crisis aislada sino que fue parte de otros desbalanceos recurrentes.
Para Daer la protesta también significó un dolor de cabeza. De hecho en su entorno intentaron minimizarla para evitarle un choque con su colega del triunvirato de la CGT. Apenas el jefe de Sanidad se anotició de los reclamos que ya habían llegado a la puerta del sanatorio, con trabajadores y médicos que demandaban el pago en tiempo y forma, activó resortes internos para mitigarlos. A sus colaboradores más estrechos y al propio Pablo Moyano les hizo saber que la protesta tenía más que ver con D'Andrea que con la comisión interna de los trabajadores de la clínica.
La familia Moyano y la cúpula de Sanidad mantienen un enfrentamiento de añares, sólo comparable con el que sostiene Camioneros con el gremio de Comercio, de Armando Cavalieri. De hecho Daer y su mentor, Carlos West Ocampo, junto con Cavalieri, lideran en grupo de los denominados "gordos" de los grandes sindicatos de servicios de la CGT que ostentan la hegemonía de hecho en la central obrera. Se trata de los mayores rivales sindicales de los Moyano, a quien históricamente le adjudicaron una intransigencia irracional con los sucesivos gobiernos y una voracidad sin límites en la captura de afiliados de otras organizaciones; el camionero, a su vez, les endilgó siempre un rol acomodaticio y poco reivindicativo.
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