Así lo denunció Oscar Ruiz Díaz, despedido de la planta de Acindar mientras regía su tutela sindical. Ahora busca su reincorporación por vía judicial: «Quisimos romper con el sistema gremial de la UOM Matanza que nos llevó, entre muchas cosas adversas para los trabajadores, a tener al día de hoy los salarios metalúrgicos más bajos de los últimos 10 años».
En octubre de 2023, Oscar Ruiz Díaz fue despedido de la planta de Acindar ubicada en La Tablada, partido de La Matanza. Habiendo rechazado la indemnización está llevando adelante un juicio en el que pide su reincorporación porque denuncia que su despido esconde una trama de «connivencia entre la UOM y la empresa contra compañeros que quisimos romper con el sistema gremial de la UOM regional Matanza que viene desde la vuelta de la democracia y es el que nos llevó, entre muchas cosas adversas para los trabajadores, a tener al día de hoy los salarios metalúrgicos más bajos de los últimos 10 años».
Ruíz Díaz ingresó a la fábrica en 2005 y desde el 2011 se desempeña en el sector de almacenes como chofer de autoelevador; y en 2007 comenzó su actividad gremial; vocación que le despertó el despido de otro activista y compañero de trabajo, Daniel Toro. «Lo habían despedido y luchó solo durante 10 años para que lo reincorporaran, lo que finalmente consiguió. Sin embargo, a los tres meses en una clara jugada entre el gremio y la empresa lo hostigan y lo vuelven a despedir».
La historia que fue dinamitando el vínculo laboral
«Esa injusticia fue la bandera de largada para que junto a tres compañeros decidiéramos presentarnos a las elecciones de noviembre 2017», relata Díaz. Junto a él, se sumaron otros compañeros y conformaron la lista Alto Carbono; agrupación que compitió y ganó las elecciones de Comisión Interna «independiente de la empresa y del gremio», aclara. Y agrega: «Queríamos modificar ciertas cuestiones para que los trabajadores pudiéramos tener mejores condiciones salariales y laborales; además de bregar por incorporar a planta a los contratados».
En el relato, cuenta que «durante la pandemia, la empresa quiso imponer un plan de suspensiones que rechazamos y luego aceptamos porque nos amenazaron con dar de baja a 30 contratados. Afectada por la situación, la empresa arma un retiro voluntario que aceptan muchos compañeros de nuestra agrupación, lo que nos dejó en desventaja de los que seguían la línea del gremio».
Sigue: «Llegamos a marzo 2021 cuando se hace una reunión de Comisión Interna para reemplazar a uno de los que se había ido, pero por una moción se terminaron renovando 3 cargos de la Comisión dejándonos a nosotros con solo dos representantes; maniobra que contó con el aval de Hugo Melo, en aquel entonces secretario general de la UOM Matanza».
Lejos de amilanarse, cuenta Días que «con otro compañero decidimos armar un frente para discutir la conducción a Melo y su lista Marrón; lo hicimos con el sello Identidad Metalúrgica. A su vez, había otra lista opositora que conducía el actual adjunto de UOM Matanza, Juan Prado». Finalmente se fusionan ambas listas y consiguen tres cargos en la Comisión Directiva. En paralelo se realizan elecciones en Acindar en noviembre de 2021, quedando fuera del cuerpo de delegados por un voto, pero manteniendo la tutela sindical por un año.
El acuerdo que terminó de explotar la relación Acindar – Ruíz Díaz
Luego de esas elecciones, la UOM acuerda con Acindar a un régimen laboral interno de polivalencia en el sector Almacén: todos los trabajadores tienen que hacer todas las tareas del sector a cambio de un plus salarial, «pero yo me negué porque no corresponde por Convenio; además, yo venía pidiendo equiparar nuestros salarios con los de la planta de Villa Constitución; muy distinto a sumar trabajo por un plus».
Continúa: «Fue ahí que comenzó una persecución muy fuerte a tal punto que tuve que llevar adelante una denuncia ante el Ministerio de Trabajo provincial que, luego de tres audiencias, no se llegó a ningún acuerdo. Incluso pedí que me pasaran a otro sector, pero la empresa no quiso». Ya sin tutela gremial, en octubre de 2023 lo despidieron y «ninguno del cuerpo de delegados, ni los tres directivos de nuestra lista me llamaron».
Y cierra: «Unos 10 compañeros incluso hasta los apoderados de nuestras listas fueron siendo despedidos; hoy solo quedan unos 4 trabajadores opositores en la planta. Esta forma antidemocrática de gestión se acaba con el voto de todos los afiliados».
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